En aquel entonces el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el rey Mohamed VI restablecieron las relaciones bilaterales y cerraron numerosos acuerdos de cooperación. Precisamente, los tratados más fructíferos se rubricaron con el sector empresarial. 

“En Marruecos, en todos los proyectos de hidrógeno verde o de energías renovables en general, se valora el hecho de que las empresas españolas puedan encargarse del desarrollo más grande. Proyectos que estaba llevando a cabo Francia”, afirma a EL ESPAÑOL-Invertia Jaume Reverter, empresario catalán afincado en Rabat desde hace una década.

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De hecho, en la última Reunión de Alto Nivel (RAN), celebrada en febrero de este año, se acordó que las empresas españolas estarán presentes en grandes proyectos de ingeniería, como la desalinizadora de Casablanca, que se acaba de adjudicar a Acciona. Una inversión de 800 millones de euros. 

Además, en este momento, la energética española concurre en el proceso de selección para el diseño, la financiación, la construcción, la explotación y el mantenimiento de la tercera estación del complejo solar Noor Midelt.

“Están dando facilidades para que los españoles se hagan con estos proyectos. Hay voluntad en Marruecos de que las empresas españolas puedan ir a trabajar con unas garantías y unos proyectos con los que pueden ganar la batalla a las francesas”, asegura Reverter.

La reunión de alto nivel con Francia no se ha celebrado este año, como estaba previsto. Además, el rey Mohamed VI y el presidente Emmanuel Macron no se han encontrado en Gabón, a pesar de haber coincidido.

Pedro Sánchez y Mohamed VI, en su último encuentro en Rabat. Efe

Rabat señala a París como el responsable de una campaña de desprestigio contra el país. A partir de la resolución del Parlamento Europeo condenando a Marruecos por la falta de derechos humanos, el portal Magreb-Intelligence publicó que la Dirección General de Seguridad Exterior Francesa (DGSE) está detrás de una ofensiva en varios frentes para manchar la imagen del país. Acusan a su director, Bernard Emié, de dirigir la operación en diferentes sectores: político, diplomático y mediático.

Además, el acercamiento de Francia a Argelia y la no declaración de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental también han aumentado las tiranteces con el país magrebí.

Cifras históricas

En su última visita, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se reunió con representantes y asociaciones empresariales y destacó que las relaciones económicas bilaterales "se encuentran en un momento excelente y siguen creciendo". Los intercambios superaron por primera vez en 2022 una "cifra histórica": 20.000 millones de euros. La cantidad se ha duplicado por cinco en los últimos años.

El país magrebí supone el tercer mercado fuera de la Unión Europea para España, solo por detrás de Estados Unidos y del Reino Unido. Es nuestro decimotercer proveedor mundial.

Las exportaciones españolas a Rabat superaron los 10.000 millones de euros en 2022, lo que representa un aumento de 12,7% respecto al año anterior y del 28,2% en comparación con 2019. También las importaciones procedentes de Marruecos subieron: de 6.962 millones en 2019 a 8.096 millones en 2022, lo que supone un aumento del 16%.

Marruecos es el primer destino de la inversión española en África con un stock de inversiones cercano a los 2.000 millones de euros y una creación de 19.915 empleos. Además, desde 2017 es un país PASE (Países de Actuación Sectorial Estratégica) destacando el especial interés de sectores como la automoción, la energía, la agricultura y la industria alimentaria. También otros como la tecnología industrial, el turismo, el transporte ferroviario, las energías renovables y el ciclo integral del agua.

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Además, Marruecos es un país prioritario de la Estrategia Horizonte África, que busca apoyar la internacionalización de las empresas españolas en el mercado africano y favorecer una creciente y sólida presencia española en el continente.

Por ello, la Administración española intenta potenciar las operaciones tanto de exportación como de inversión en Marruecos. De ahí, el acuerdo firmado entre Cofides y el Fondo Soberano marroquí Ithmar Capital para colaborar en nuevas inversiones.

De hecho, este protocolo financiero duplicará la capacidad de ejecutar nuevos proyectos en Marruecos a cargo de empresas españolas, con un importe global de 800 millones de euros.

El texto prioriza específicamente una serie de sectores: energía, agua, transporte y logística, industria agroalimentaria e innovación.

Talgo y CAF 

Las empresas españolas están interesadas en formar parte del plan de Marruecos para extender su red de alta velocidad con 1.300 kilómetros de nuevas líneas que unirán Casablanca-Marrakech-Agadir, por un lado, y Oujda con Rabat, por otro; y de participar en los proyectos de ampliación y modernización de su red aeroportuaria y de navegación aérea.

De hecho, Talgo y CAF concursan por la adjudicación de la Oficina Nacional de Ferrocarriles de Marruecos (ONCF). Podrían hacerse con contratos millonarios del megaproyecto de trenes, alrededor 1.470 millones de euros. Comprará 168 trenes nuevos del 2027 al 2030, y lanzará una red ferroviaria en el país

La ONCF y la empresa seleccionada crearán una estructura común encargada de garantizar, por cuenta de la ONCF, los servicios de mantenimiento ordinario e industrial de los trenes.

Un escenario muy diferente al de 2018, cuando Emmanuel Macron y el rey Mohamed VI inauguraron el primer tren de alta velocidad de África, que une Tánger y Casablanca.

Otros acuerdos

Asimismo, también se contempla la colaboración en proyectos de planificación, gestión y regulación del sector de servicios de transporte por carretera o de control del tráfico marítimo y gestión y explotación del servicio de ayudas a la navegación, entre otros ámbitos.

Además, a medio plazo, Marruecos prevé aumentar la capacidad en los aeropuertos de Marrakech, Tánger y Agadir.

En cuanto a infraestructuras, incluye la posibilidad de colaborar en el despliegue de sistemas de monitoreo y supervisión, de programación y seguimiento de operaciones de mantenimiento de carreteras y autopistas y de optimización de los costes de explotación de la red en servicio, o de apoyo a los estudios de viabilidad y planificación de los puertos, entre otras áreas.