El vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, durante la rueda de prensa de este jueves

El vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, durante la rueda de prensa de este jueves Comisión Europea

Macroeconomía

La UE se dota de una hoja de ruta para desengancharse de las materias primas y tecnologías verdes de China

Bruselas quiere que al menos el 40% de paneles solares, turbinas eólicas o baterías se fabriquen en Europa de aquí a 2030.

18 marzo, 2023 03:00
Bruselas

La Unión Europea no quiere repetir con China los mismos errores que con Rusia, dos regímenes autocráticos que han sellado una "amistad sin límites" coincidiendo con la invasión de Ucrania. Si en el caso de Moscú el problema era la fuerte dependencia energética (que se ha cortado por la vía de los hechos desde el estallido de la guerra), en Bruselas preocupa ahora que buena parte de las materias primas y tecnologías limpias necesarias para la transición ecológica se tengan que importar del gigante asiático.

En respuesta a esta inquietud, la Comisión de Ursula von der Leyen ha presentado este jueves una hoja de ruta cuyo objetivo es reducir la dependencia respecto a China. Ya sea impulsando la producción de tecnologías verdes o la extracción de minerales en Europa, o bien diversificando la cadena de suministro, con acuerdos con otros países considerados "socios fiables": Nueva Zelanda, Chile, Argentina, Australia, Noruega, Namibia o la República Democrática del Congo.

El plan pretende, además, ser al mismo tiempo una respuesta a los subsidios verdes masivos de la Ley de Reducción de la Inflación de Joe Bidenpara evitar que la industria europea se deslocalice. Sin embargo, la iniciativa no tiene ningún tipo de dotación presupuestaria a nivel de la UE. Von der Leyen ha prometido un Fondo para la Soberanía Europea, pero los detalles no se esperan hasta el verano. Además, la idea choca con el rechazo frontal de Alemania y Holanda.

[La UE reactivará la extracción de materiales críticos para reducir la dependencia de China]

La hoja de ruta del Ejecutivo comunitario consta de dos piezas principales: la Ley de Materias Primas y la Ley de Industria de Emisiones Cero. En ambos ámbitos, China emerge como principal motivo de inquietud.

"En cuanto a las materias primas críticas necesarias para la transición ecológica y digital, muchas veces dependemos de un solo proveedor dominante, que en la mayoría de los casos es China", resalta el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis. La UE importa de China el 98% de su suministro de tierras raras, el 93% de su magnesio y el 97% de su litio.

La Ley de Materias primas fija una serie de objetivos de diversificación para 2030, que sin embargo no tienen carácter vinculante. Bruselas quiere que al menos el 10% del consumo anual proceda de la extracción de territorio comunitario (frente al 3% actual). Además, al menos el 40% de las materias primas deberá tratarse en Europa (ahora el porcentaje es prácticamente nulo) y el 15% deberá proceder del reciclaje. Las importaciones de cualquier país tercero no podrán superar el 65% para cada materia prima.

Para conseguirlo, la Ley reducirá las cargas administrativas y simplificará los procedimientos de concesión de permisos para proyectos en la UE. A los países que se consideren socios fiables, la UE les ofrecerá acuerdos ventajosos para ambas partes, en los que todos salgan ganando de la extracción de estos minerales críticos.

Ventanilla única

Por lo que se refiere a la Ley de Industria de Emisiones Cero, el objetivo es que al menos el 40% de tecnologías limpias fundamentales (como paneles solares, turbinas eólicas o baterías) se fabriquen en Europa de aquí a 2030.

Europa es actualmente un importador neto de tecnologías verdes: compra en el exterior alrededor de una cuarta parte de coches eléctricos y baterías, y casi todos los módulos fotovoltaicos solares y celdas de combustible, en su mayoría de China. Para las tecnologías solares fotovoltaicas y sus componentes, esta dependencia supera el 90% en algunos segmentos de la cadena de valor.

La Ley de Industria de Emisiones Cero centra su apoyo en 8 tecnologías: solar fotovoltaica y solar térmica; eólica terrestre y marina; baterías y almacenamiento; bombas de calor y energía geotérmica; electrolizadores y pilas de combustible; biogás y biometano; captura y almacenamiento de carbono; y tecnologías de red. Por presión de Francia, también se ha incluido la energía nuclear, aunque en un escalón inferior.

También en este caso, la principal novedad de la Ley es acelerar la tramitación de permisos: plazos más breves, una ventanilla única y procedimientos más sencillos. En el caso de las ocho tecnologías cruciales, los Estados miembros podrán declarar los proyectos de "interés público superior" y beneficiarse de plazos de autorización aún más cortos: de 9 a 12 meses en comparación con los 12 a 18 meses sin tal designación.