La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. EP

Macroeconomía

El FMI volverá a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento para 2022 y 2023

"Va a ser un 2022 difícil, y posiblemente un 2023 aún más difícil, con un mayor riesgo de recesión", advierte la institución.

13 julio, 2022 15:44

La materialización de varios de los riesgos que amenazaban a la economía llevará al Fondo Monetario Internacional (FMI) a revisar nuevamente a la baja a finales de julio sus previsiones de crecimiento mundial para 2022 y 2023, según ha confirmado la directora gerente de la institución, Kristalina Georgieva.

"Los indicadores recientes implican un segundo trimestre débil y proyectaremos una nueva rebaja del crecimiento global para 2022 y 2023 en nuestra actualización de perspectivas de la economía mundial a finales de este mes", ha anunciado la economista búlgara en un artículo dirigido a los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G20, que se reúnen este fin de semana en Indonesia.

En este sentido, Georgieva ha recordado que, cuando el G20 se reunió por última vez en abril, el FMI acababa de reducir su pronóstico de crecimiento global a 3,6% para este año y el próximo.

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No obstante, entonces ya advertía de que esto podría empeorar debido a los posibles riesgos a la baja.

"Desde entonces, varios de esos riesgos se han materializado y las múltiples crisis que enfrenta el mundo se han intensificado", ha reconocido, señalando el panorama "extremadamente incierto" en la actualidad.

Gas natural

Asimismo, ha advertido de que una mayor interrupción en el suministro de gas natural a Europa "podría hundir a muchas economías en una recesión y desencadenar una crisis energética global".

La economista señala que este es solo uno de los factores que podrían empeorar una situación ya difícil. "Va a ser un 2022 difícil, y posiblemente un 2023 aún más difícil, con un mayor riesgo de recesión", ha apostillado.

Inflación

De este modo, la búlgara ha instado a los países a hacer todo lo que esté a su alcance para domar la inflación.

Esto se debe a que una subida de precios persistentemente elevada podría hundir la recuperación y causar más daños al nivel de vida, en particular para los más vulnerables.

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Ante esta situación, 75 bancos centrales, alrededor de tres cuartas partes, han comenzado a subir los tipos de interés.

Georgieva dice que la mayoría deberán continuar endureciendo la política monetaria de manera decisiva. "Actuar ahora dolerá menos que actuar después", ha defendido.

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Además, la directora del FMI considera que la política fiscal debe ayudar, y no obstaculizar, los esfuerzos de los bancos centrales para reducir la inflación.

En este sentido, los países que se enfrentan a niveles elevados de deuda también deberán endurecer su política fiscal con el fin de reducir la carga de unos préstamos cada vez más caros.

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En el caso de los países donde la recuperación de la pandemia está más avanzada, alejarse del apoyo fiscal extraordinario ayudará a frenar la demanda. De esta forma, se reduciría las presiones sobre los precios.

Sin embargo, Georgieva ha reconocido que "algunas personas necesitarán más apoyo, no menos", lo que requiere de medidas específicas y temporales para apoyar a los hogares vulnerables.

Estas medidas específicas estarían destinadas a contrarrestar el efecto de los nuevos impactos a los que se enfrentan los hogares, como los altos precios de la energía o los alimentos.

"Aquí, las transferencias directas de efectivo han demostrado ser efectivas, en lugar de subsidios distorsionadores o controles de precios que generalmente no logran reducir el coste de la vida de manera duradera", ha recomendado.

Reformas estructurales

No obstante, en el medio plazo, las reformas estructurales serán cruciales para impulsar el crecimiento.

Para la directora del FMI, las nuevas medidas deben ser neutras desde el punto de vista presupuestario, financiadas a través de nuevos ingresos o reducciones de gastos en otros lugares.

Estas formas de financiación evitarían que los gobiernos incurran en nuevas deudas, y no actuarían en contra de la política monetaria.

Asimismo, ha advertido de que reducir la deuda es una necesidad urgente.

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Esto es especialmente así para las economías emergentes y en desarrollo con pasivos denominados en moneda extranjera, que son más vulnerables al endurecimiento de las condiciones financieras mundiales.

La economista advierte de que en estos países, están aumentando los costes de endeudamiento.

Acción internacional

Por otro lado, la responsable del FMI ha defendido que para evitar posibles crisis e impulsar el crecimiento y la productividad, se necesita urgentemente una acción internacional más coordinada.

De este modo, para evitar más hambre, desnutrición y migraciones, los países más ricos deberían brindar apoyo urgente a quienes lo necesitan.

Georgieva propone incluso la creación de nueva financiación bilateral y multilateral, especialmente a través del Programa Mundial de Alimentos.

"Como medida inmediata, los países deben revertir las restricciones impuestas recientemente a las exportaciones de alimentos", ha advertido la economista.