La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante el foro celebrado esta semana en la ciudad portuguesa de Sintra

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, durante el foro celebrado esta semana en la ciudad portuguesa de Sintra BCE

Macroeconomía

Los 'halcones' del BCE exigen a Lagarde subir los tipos el 0,5% después de que la inflación supere el 8% en la eurozona

El descontrol de los precios agrava las divisiones dentro del Banco: el representante italiano en el directorio defiende que el aumento sea "gradual".

2 julio, 2022 03:39
Bruselas

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La escalada galopante de la energía y de los alimentos ha empujado la inflación a un nuevo máximo histórico del 8,6% en la eurozona en junio, cinco décimas más que en mayo. Una cifra récord que supera todas las previsiones y que cuadriplica el objetivo del 2% del Banco Central Europeo (BCE).

El mal dato da munición a los 'halcones' de Fráncfort que reclaman acelerar la subida de los tipos de interés, con un primer incremento contundente de 0,5 puntos el próximo 21 de julio. Es la tesis que defienden los gobernadores de los bancos centrales de los países bálticos, los mas golpeados por los precios. Un aumento que, de materializarse, sería el doble de lo que ha anunciado la presidenta, Christine Lagarde0,25 puntos para empezar.

Lo cierto es que la inflación se ha convertido ya en el enemigo número uno para la eurozona. El embargo anunciado por la UE al petróleo ruso y las restricciones impuestas por el Kremlin en el suministro de gas a varios Estados miembros durante el mes de junio han provocado que los precios de la energía se disparen todavía más. En comparación con junio de 2021, los productos energéticos han subido un 41,9%, mientras que los alimentos se encarecen un 8,9%

[La inflación vuelve a marcar en junio otro récord del 8,6% en la eurozona, con España en el grupo de cabeza]

La única nota positiva la ha dado la inflación subyacente (que excluye los componentes más volátiles como son la energía, alimentos no procesados, alcohol y tabaco), que se relajó ligeramente desde el 3,8% en mayo al 3,7% en junio.

También ha sorprendido la bajada de la inflación en Alemania: del 8,7% en mayo al 8,2% en junio. Una mejora que se atribuye a la rebaja fiscal a los carburantes, así como a la reducción temporal del precio del transporte público. Ambas medidas estaban incluidas en el último paquete anticrisis aprobado por el Gobierno de Olaf Scholz.

Entre los grandes países de la eurozona, España es el que tiene una inflación más alta, por delante de Italia (8,5%), Alemania y Francia (6,5%). Además, la inflación española supera en 1,4 puntos la media de la eurozona, lo que amenaza con derivar en una pérdida de competitividad. 

Pero las cifras más disparadas e impactantes se registran en los bálticos: Estonia (22%), Lituania (20,5%) y Letonia (19%). De ahí que sean los jefes de los bancos centrales de estos países los que reclamen subidas de tipos más decisivas.

Tasa de inflación en los países de la eurozona en junio

Tasa de inflación en los países de la eurozona en junio

"Si vemos un cambio en los datos que apunte a la persistencia de la inflación, a su aceleración, 50 puntos básicos debería ser una opción para julio", dijo el gobernador del Banco de Lituania, Gediminas Simkus, en una entrevista con Bloomberg durante el seminario que el BCE ha celebrado esta semana en la ciudad portuguesa de Sintra.

"Si vemos que la situación ha empeorado, que la inflación es alta y que tenemos noticias negativas por lo que se refiere a las expectativas de inflación, entonces un adelanto de las subidas (de tipos) sería una opción razonable a mi juicio", coincide el jefe del Banco Central de Letonia, Martins Kazaks.

División en el BCE

El descontrol de los precios -combinado con la amenaza de recesión por el impacto de la guerra en Ucrania- ha agravado la división interna en el Consejo de Gobierno del BCE. Mientras que los 'halcones' del Norte presionan para acelerar la normalización de la política monetaria, las 'palomas' del Sur avisan de que una actuación precipitada asfixiaría el crecimiento sin rebajar de inmediato la inflación.

"Dada la incertidumbre reinante, la normalización debería seguir siendo gradual", ha defendido este viernes el representante italiano en el directorio del BCE, Fabio Panetta. "Este repunte de los precios no refleja un exceso de demanda en la eurozona. El consumo y la inversión se mantienen por debajo de su nivel previo a la pandemia y aún más lejos de su tendencia previa a la pandemia", alega Panetta.

A Lagarde le corresponde la difícil tarea de encontrar el equilibrio entre 'halcones' y 'palomas', aunque sus simpatías se inclinan más por los segundos. En sus intervenciones en Sintra, la presidenta se ha ceñido al guión decidido por el Consejo de Gobierno en su último encuentro de junio: una subida de 0,25 puntos el 21 de julio, seguida de otro incremento de 0,5 puntos en septiembre si las presiones inflacionistas no aflojan. 

La duda ahora es si los 'halcones' nórdicos le doblarán el brazo escudándose en los malos datos de inflación de junio. "Para el BCE, esta es otra sorpresa al alza en la tasa de inflación y eso aumenta la presión para actuar con fuerza. Los 'halcones' apretarán todavía más para una subida de 50 puntos básicos en julio, alegando la incertidumbre sobre las perspectivas de inflación en este momento", sostiene el economista jefe de ING para la eurozona, Bert Colijn.

"Las presiones en materia de precios aún no han alcanzado su punto máximo en la eurozona. El BCE no debería consolarse con la pequeña caída en la inflación subyacente. Aún así, los datos probablemente no sean suficientes para que asuste a los mercados con una subida de 50 puntos básicos en julio. Si hay un riesgo, es que los halcones hablen de 75 puntos básicos en septiembre", avisa Frederik Ducrozet, jefe de investigación macroeconómica de Pictet Wealth Management.