El director general del Instituto de Estudios Económicos, Gregorio Izquierdo.

El director general del Instituto de Estudios Económicos, Gregorio Izquierdo. Europa Press

Macroeconomía

La inversión en construcción sufrirá un frenazo en plena crisis de acceso a la vivienda, según el 'think tank' de la CEOE

El IEE mejora su estimación de crecimiento al 2,9% en 2025 y al 2,1% en 2026, seis y tres décimas más, respectivamente, que en su previsión anterior.

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Las claves

El Instituto de Estudios Económicos (IEE) prevé que la inversión en construcción en España se desacelere a partir de 2026, en pleno déficit de vivienda y tensiones de precios.

Aunque la inversión en construcción crecerá un 4,2% en 2025, el avance se moderará al 1,3% en 2026, debido al menor impulso de los fondos europeos.

El IEE alerta de una brecha crónica entre la creación de hogares y la construcción de viviendas, con una diferencia acumulada de 470.000 unidades entre 2022 y 2024.

El encarecimiento de la vivienda limita el acceso y la movilidad laboral, y puede frenar el crecimiento económico en las zonas con mayor actividad.

El Instituto de Estudios Económicos (IEE), el servicio de estudios de la CEOE, ha mejorado sus previsiones de crecimiento para la economía española, pero lanza una advertencia contundente sobre el mercado inmobiliario: la inversión en construcción perderá fuelle a partir de 2026.

El frenazo tendrá lugar mientras el país arrastra un grave déficit de vivienda y fuertes tensiones de precios.

Según el informe semestral de Coyuntura Económica del IEE, el producto interior bruto (PIB) aumentará un 2,9% en 2025 y un 2,1% en 2026.

La previsión es seis y tres décimas más optimista, respectivamente, que en su estimación de julio, lo que configura un “aterrizaje suave” tras los años de rebote pospandemia.

El Instituto subraya que este dinamismo se apoya en buena medida en la construcción y en la demanda de vivienda, pero advierte de que la fase de mayor empuje inversor tiene fecha de caducidad.

Según sus estimaciones, la inversión en construcción crecerá un 4,2% en 2025.

Sin embargo, su avance se moderará con fuerza hasta el 1,3% en 2026, señal de que la obra nueva comenzará a desacelerarse a pesar de que la demanda sigue presionando al alza sobre el mercado residencial.

Por ahora, los indicadores de obra nueva se mantienen al alza. Entre enero y septiembre se superaron los 100.000 visados de dirección de obra nueva, un 5,6% más que en el mismo periodo del año anterior.

A su vez, hasta agosto se habían visado 90.250 viviendas nuevas, un 7,6% más interanual. Este repunte sitúa al sector como uno de los motores del crecimiento junto con los servicios.

Sin embargo, el propio cuadro de previsiones del Instituto anticipa un cambio de ritmo. El crecimiento de la inversión en construcción se reducirá a casi la tercera parte en 2026, coincidiendo con la retirada progresiva del impulso de los fondos europeos.

El IEE considera difícil mantener el actual nivel de actividad sin ese respaldo y alerta de que el frenazo inversor puede agravar un problema que ya es estructural: la escasez de vivienda disponible en relación con la creación de hogares.

Déficit de vivienda

El think tank de la CEOE pone el foco en un desequilibrio que califica de crónico. La creación neta de hogares supera ampliamente la oferta de vivienda nueva y, según sus cálculos, entre 2022 y 2024, la brecha acumulada entre hogares creados y viviendas terminadas ronda las 470.000 unidades.

Sólo entre junio de 2024 y junio de 2025, se habrían creado unos 190.000 nuevos hogares netos, frente a apenas 100.000 viviendas nuevas terminadas, lo que implica que por cada vivienda construida se forman casi dos hogares.

Este desfase se traduce en fuertes presiones de precios y en crecientes problemas de accesibilidad, especialmente en grandes áreas metropolitanas.

El Instituto advierte de que la presión sobre los precios de la vivienda no muestra señales de freno: las previsiones apuntan a incrementos de doble dígito en 2025 y de un dígito alto en 2026.

Se trata de un ritmo que puede acabar frenando la demanda por simple falta de capacidad de compra de los hogares.

Además de su impacto social, el informe recuerda que este encarecimiento limita la movilidad laboral y la disponibilidad de mano de obra en las zonas con más actividad, reduciendo el potencial de crecimiento de la economía.

La construcción es uno de los componentes principales de la formación bruta de capital fijo, junto con la inversión en bienes de equipo y en actividades cultivadas.

En 2025 este agregado acelerará hasta crecer un 5,5%, apoyado tanto en la obra residencial como en los proyectos financiados con fondos europeos, lo que sitúa a la inversión como uno de los pilares del avance del PIB.

Pieza clave de la inversión

La construcción es uno de los componentes principales de la formación bruta de capital fijo, junto con la inversión en bienes de equipo y en actividades cultivadas.

En 2025 este agregado acelerará hasta crecer un 5,5%, apoyado tanto en la obra residencial como en los proyectos financiados con fondos europeos, lo que sitúa a la inversión como uno de los pilares del avance del PIB.

Ese impulso, sin embargo, tiene un recorrido limitado. Para 2026, el IEE prevé que el crecimiento de la formación bruta de capital fijo se modere con fuerza hasta el 2,1%.

A la mencionada desaceleración de la inversión de la construcción se sumará la ralentización en la inversión en bienes de equipo, que pasará de un avance del 8,3% en 2025 a apenas un 1,8% un año después.

El frenazo, por tanto, no se ciñe solo al ladrillo, sino que afecta al conjunto de la inversión productiva, lo que refuerza la preocupación del Instituto sobre la capacidad de la economía para sostener el crecimiento una vez se diluya el viento de cola de los fondos europeos.