Así lo indican los datos correspondientes a mayo y que proporciona el Ministerio de Trabajo. El mes pasado se firmaron en total 624.853 contratos indefinidos. Sin embargo, de ellos, 139.829 son de horario parcial (un 22,3% del total) y 234.261 son fijos discontinuos (un 37,4% del total). 

De hecho, el mes pasado, se alcanzó la cifra máxima de contratos fijos discontinuos en lo que va de 2023. Estas proporciones en indefinidos se vienen manteniendo todo el año. De media, los fijos de jornada completa son menos de la mitad de los contratos indefinidos firmados este año. 

Es más: los contratos indefinidos de horario parcial nunca bajan del 22% del total. En el caso de los fijos discontinuos, la proporción más baja es del 28,6%. 

Lo cierto es que este fenómeno se venía produciendo ya en 2022, tras la plena entrada en vigor de la reforma laboral. Precisamente para localizar potenciales fraudes cometidos por las empresas por abusos de los jornadas parciales y de fijos discontinuos, el Ministerio de Yolanda Díaz ha lanzado las correspondientes campañas de la Inspección de Trabajo. 

Concretamente, hasta ahora, se han ampliado las jornadas de 52.300 personas (con el impacto salarial que ello tiene) y los contratos fijos discontinuos transformados en fijos ordinarios suman 27.116, como ya adelantó EL ESPAÑOL-Invertia.   

Lo cierto es que las empresas siguen incurriendo en viejos vicios que la reforma laboral no está logrando cambiar. El mejor ejemplo son las cifras que arrojan los cambios de mes. Cuando llegan estos días, la pérdida de ocupados en la Seguridad Social supera las decenas de miles de trabajadores. 

Se trata de un fenómeno habitual antes de 2022 (y de la entrada en vigor de la reforma), que ahora se mantiene. De hecho, llama la atención que el pasado 31 de mayo se perdieron más de 140.000 cotizante, algo similar a lo ocurrido en marzo de este mismo año.