Oficina del Servicio Público de Empleo Estatal.

Oficina del Servicio Público de Empleo Estatal. Europa Press

Economía

Mujer joven de 16 a 19 años, la gran damnificada por el paro tras los meses de verano

El colectivo femenino ha sido el que más ha sufrido el aumento del desempleo en el tercer trimestre, frente a la mejora de los hombres.

Más información: España marca un nuevo récord de ocupados con 22,38 millones tras el verano pero eleva la tasa de paro al 10,45%.

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Las claves

El paro femenino se incrementó en 82.700 personas tras el verano, afectando principalmente a mujeres jóvenes de 16 a 19 años, que representan un 38% del aumento total.

A pesar del incremento del desempleo femenino, el desempleo masculino se redujo en 22.600 hombres, afectando notablemente a aquellos de entre 16 y 19 años.

La brecha laboral entre hombres y mujeres se amplió principalmente debido a la disminución de la actividad turística y el crecimiento del empleo en sectores como la industria y la construcción, tradicionalmente dominados por hombres.

El desempleo femenino alcanzó un 12,11%, mientras que el masculino se redujo a menos del 9%, destacando una disparidad significativa en el mercado laboral post-verano.

Los datos que ofrece la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre dejan un dato preocupante: el paro femenino se dispara en 82.700 personas, con una especial incidencia en las jóvenes de 16 a 19 años (21.700, un 38% más), que son más de la cuarta parte de ese colectivo.

Un dato que contrasta de forma radical con el recorte de 22.600 hombres en el desempleo masculino, de los que casi la mitad están en esa edad de 16 a 19 años.

El contraste de un fenómeno con el otro es un paso atrás en las políticas públicas de discriminación positiva en el empleo de las mujeres, muy marcado por la estacionalidad del fin de la actividad turística y la mejora que presenta este año la ocupación en industria y construcción.

El aumento de la brecha laboral entre hombres y mujeres tras los contratos de verano se produce en casi todos los segmentos de edad, pero en este trimestre es especialmente doloroso en las más jóvenes y en el grueso de entre 25 y 54 años.

Mientras que hubo más de 53.300 mujeres que se quedaron en paro entre julio y septiembre de en ese segmento de edad (el 64% del aumento total), los hombres mejoraban su situación con 48.600 parados menos.

Sólo en el tramo de 20 a 24 años hubo más paro masculino que femenino, pero en cantidades menores (35.600 hombres frente a 6.300 mujeres), si bien muy marcado por el retroceso típico del sector servicios tras la temporada estival.

El resultado notorio de todo ello es una tasa de paro femenino elevada hasta el 12,11%, frente al recorte en el masculino que le coloca por debajo del 9%, cerca ya de niveles que apuntan al pleno empleo en los términos en los que lo marca el Ejecutivo de Sánchez (8%).

Esta distorsión entre el empleo entre los dos sexos se debe además a la subida de la ocupación en la industria y la construcción, con incrementos del 2% al 3% mantenidas en el tiempo. Esos puestos son en su mayoría ocupados por hombres.

De hecho, si vamos a los datos del paro de la EPA, en el tercer trimestre bajaba a ritmos superiores al 10% en esos dos sectores, muy de la mano del repunte que ha tenido la inversión en bienes de equipo y en vivienda a nivel macroeconómico.

Como dato adicional sobre ese fenómeno que dispara el paro entre las mujeres tras el verano, hay que señalar que las grandes caídas se han producido en las comunidades autónomas más marcadas por el turismo.

En Andalucía se han marcado al final de septiembre 32.400 personas paradas más, mientras que en otras regiones como Canarias, Valencia o Murcia, la cifra de aumento del paro superaba con creces las 10.000. En Baleares mejora en 10.500 personas y en Madrid sube en 4.800.

Tendencia a la baja

A pesar de haber logrado una ocupación récord de casi 22,4 millones de personas a septiembre de 2025, los datos del tercer trimestre muestran uno de los avances en la ocupación más bajos de los últimos ejercicios.

Si nos fijamos en la comparación homogénea que ofrecen las series desestacionalizadas (sin el efecto del turismo, las rebajas y otras distorsiones), la tasa de variación trimestral del empleo se sitúa en el 0,40%, el nivel de hace tres años en ese trimestre y uno de los más bajos de la serie.

Es la mitad de lo que avanzaba el empleo en el primer trimestre del año y marca una tendencia clara a la baja en el año que será complicada de reconducir salvo con las contrataciones que se produzcan en la época navideña.

Hay que reconocer que, en ese tipo de comparación desestacionalizada, el paro salva el tercer trimestre con un recorte del 0,6%, si bien estamos en las mismas: es la cuarta parte de la caída del tercer trimestre del año pasado y uno de los más bajos desde 2022.

La nota positiva de toda esta evolución la dan la mejora de los datos de industria (bienes de equipo) y construcción, muy de la mano de la mayor inversión que ofrecen los Fondos UE, que seguirán tirando de la economía y el empleo, al menos, hasta finales del año que viene.

La mejora de la ocupación por debajo del aumento de la población activa (avalada por la llegada de inmigrantes al mercado laboral), que ha sufrido este trimestre, es un hándicap para cambiar el modelo productivo hacia un empleo de mayor calidad y menos dependiente del turismo.