Publicada

Un país que vive sin proyecto de Presupuestos es un Estado en el que nadie puede saber qué es lo que el Gobierno pretende hacer con los impuestos.

Ese es el análisis clave de una de las voces discordantes con el triunfalismo económico de Pedro Sánchez, la de la presidenta de la Airef, Cristina Herrero.

Si a eso le añadimos la debilidad parlamentaria para aprobar reformas de calado, la falta total de diálogo con las CCAA y el cumplimiento mínimo de las nuevas reglas fiscales europeas, el resultado es un Estado "anestesiado" en lo económico y que se gobierna por inercia.

Tampoco es alentador que una institución como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal reconozca que le resulta imposible revisar las cuentas públicas. Sobre todo cuando los ingresos tributarios crecen a un ritmo récord, y que esa misma institución no sepa en qué se quieren gastar.

La Airef ya alertó a mediados de julio que España se iba de vacaciones sin haber dado siquiera una orden ministerial para elaborar los Presupuestos.

Ahora, la presidenta de la institución ha empezado el curso con la advertencia de que somos el único país de la UE que no ha mandado su marco presupuestario a la Comisión Europea.

Y no lo ha dicho en cualquier sitio. Es un análisis que ha elaborado en el 40 aniversario de Fedea, el think tank de la CEOE y delante de un elenco de economistas y empresarios de alto nivel de dentro y fuera de nuestras fronteras.

Lo único claro que hay sobre la economía de España es que los datos sobre el PIB se mueven por la rueda de una economía basada en el turismo y el empleo que sustenta la llegada de inmigrantes.

Pero no hay un proyecto de gasto público. Tampoco de reformas que apuesten por dar más productividad al país (tecnología, formación, estabilidad jurídica, calidad institucional, confianza a los inversores, etc.) y que sirvan para apuntalar la inversión industrial.

La paradoja está servida: la propia Airef, también el Banco de España, se ven obligados a elevar su previsión de PIB por el efecto "automático" de las revisiones continuas del INE, pero con la amenaza de un parón económico en dos años muy peligroso.

Si hacemos caso a las previsiones de los principales organismos e instituciones, este año se crecerá en torno al 2,6% oficial del Gobierno, dos décimas más de lo previsto hace apenas tres meses. Pero en 2026 no se llegará al 2% y el siguiente el alza se quedará en el 1,6%.

Y lo que es peor, se creará la mitad de empleo porque parece que ha dejado de ser la máquina de generar afiliciones que venía siendo hasta ahora.

Europa no aprieta

Es cierto que la Unión Europea (UE) no ha apretado a España con sus reglas fiscales de déficit y deuda, sobre todo para mitigar la presión que suponen el aumento del gasto en defensa y la reordenación energética de los Veintisiete.

Pero también lo es, como dice Herrero, que hay un amplio margen de mejora en unas reglas cuya aplicación con rigor a la economía española supondrían un ajuste de casi 11.000 millones de euros en las arcas públicas.

Todo ese proceso exige negociar con cada comunidad autónoma su aportación al déficit y tener unas normas claras de financiación. Algo que para el año que viene se presenta muy difícil de lograr.

Desde Hacienda se ha deslizado el mensaje de que ya está listo el nuevo modelo de financiación autonómica, que incorporará algo parecido a un Cupo catalán.

Y eso que todavía no se sabe quién va a aceptar la quita millonaria de deuda que ha ofrecido Montero, más allá de las comunidades del PSOE y Cataluña.

A la espera de resolver ese sudoku, lo que está claro es que hay un interés mínimo del Gobierno en elaborar unos Presupuestos que van a ser rechazados en el Congreso por la falta de cromos nuevos que cambiar con Junts

Por no hablar del casi imposible que es convencer a Podemos de que respalde unas cuentas públicas que contemplen un aumento de la partida destinada a Defensa.



A esto se añade la oscuridad y la complejidad para evaluar el impacto que va a tener el gasto en defensa, colocado ya en el 2,1% del PIB (más de 33.000 millones de euros).

Una inversión que va a resultar casi imposible de evaluar pues se basa en un sistema leonino de concesión de créditos de un ministerio (Industria) y facturas de otro (Defensa).

Falta de consideración

Frente a esa deriva, la Airef va a presentar dentro de unas semanas sus propuestas para reforzar la visión a medio plazo de los grandes números de ingresos y gastos, así como una propuesta de mejora en la normativa que regula su trabajo.

Gasto en pensiones, defensa, déficit, deuda, ingresos tributarios, reparto autonómico... Todo lo que se necesita para reordenar el marco presupuestario aunque no haya Presupuestos. Por lo menos habrá una guía con ideas de lo que hay que hacer.

Pero eso viene con un lado malo que la propia Cristina Herrero denunciaba este miércoles en Fedea: la falta de interés del Gobierno por este tipo de informes, independientes y fundamentados, pero que son discordantes con el discurso oficial.

"En vez de entrar a atacar, que a lo mejor pudo ser la estrategia en otros momentos, ahora es la de no hacer caso, como si no existieran", lamentó.

En el lado patronal toman esa aseveración de Herrero como el fiel reflejo de la dejadez que hay en el Ejecutivo hacia los Presupuestos y las reformas económicas.

Dos elementos que son más necesarios que nunca si se quiere cambiar el modelo de crecimiento de la economía.

Más aún cuando el presidente del Gobierno ha confirmado desde Estados Unidos que piensa presentarse a la reelección en las próximas elecciones generales, que serán en 2027 si no antes.

Mientras, Cristina Herrero y la Airef seguirán haciendo su trabajo, al menos hasta el mes de marzo, que es cuando cumple su mandato tras seis años al frente de la institución. 

Veremos qué Gobierno hay entonces. Si es el de Sánchez podemos apostar a que la persona escogida no tendrá la independencia y la fuerza de la actual presidenta para enfrentarse al Gobierno. Ejemplos de ello ya hemos tenido.