El Banco Central Europeo (BCE) dejó el jueves los tipos de interés en el 2% y revisó al alza sus previsiones de crecimiento de la eurozona para este año 2025.
En su documento de proyecciones macroeconómicas, la autoridad monetaria analiza distintos factores que pueden afectar a la evolución del bloque del euro y advierte de algunos riesgos.
Uno de ellos es la “gran incertidumbre” de la que están rodeadas las previsiones de política fiscal de la región debido a la falta de planes concretos de gasto en defensa, así como a la ausencia de presupuestos en el caso de algunos de los países miembros.
En este sentido, el guardián del euro señala que los países del bloque no han detallado cómo se cumplirán los acuerdos alcanzados en la cumbre de la OTAN celebrada el pasado junio.
En dicho encuentro, los países miembros de la Alianza Atlántica acordaron aumentar el gasto anual en defensa hasta el 5% del producto interior bruto (PIB) antes de 2035, más del doble en comparación con el objetivo previo del 2%.
Este nuevo compromiso se divide en dos partes: al menos el 3,5% del PIB dedicado a capacidades militares básicas como tropas y armas, y hasta el 1,5% para inversiones en infraestructuras críticas, ciberseguridad y resiliencia civil.
Tras la cumbre de La Haya, los líderes europeos solicitaron la elaboración de una hoja de ruta comunitaria y la realización de evaluaciones periódicas para asegurar avances, dejando abierta la fórmula específica nacional en cada caso.
Presupuestos
Por otro lado, el BCE también señala en sus proyecciones económicas la ausencia de “planes presupuestarios concretos de los gobiernos de la zona del euro para 2026 y más allá en el marco fiscal de la UE”.
Entre los países del euro que se encuentran en dificultades para aprobar sus presupuestos se encuentran dos de sus principales economías: Francia y España.
En las últimas semanas, Francia ha atravesado una profunda crisis política como consecuencia de la aprobación del presupuesto nacional para 2026.
El anterior primer ministro, François Bayrou, impulsó un plan de recortes de gasto por valor de 44.000 millones de euros para reducir el elevado déficit público del país, que alcanzó en 2024 el 5,8% del PIB. Es el más alto de la eurozona.
Sin embargo, Bayrou perdió esta misma semana una moción de confianza en la Asamblea Nacional debido al rechazo de la mayoría del arco político. El desenlace fue la caída de su Gobierno.
El nuevo primer ministro, Sébastien Lecornu, enfrenta el reto urgente de alcanzar consensos parlamentarios para aprobar el presupuesto antes del 13 de octubre.
Esa es la fecha límite para iniciar el proceso parlamentario y cumplir los requisitos de coordinación con la Comisión Europea sobre disciplina fiscal y programa plurianual de ajuste.
Si Francia no presenta ni debate el presupuesto en este periodo, el Gobierno corre el riesgo de no poder ejecutar nuevas partidas en enero, debiendo prorrogar la hoja de ruta anterior y quedando expuesto a sanciones o intervenciones europeas.
España
España, por su parte, ha iniciado el proceso para elaborar los Presupuestos Generales del Estado para 2026, con la publicación oficial de la orden ministerial y la apertura del plazo para que los ministerios remitan sus propuestas de gasto antes de este viernes.
El Ministerio de Hacienda encabeza las negociaciones informales con los distintos grupos parlamentarios para intentar lograr la mayoría necesaria, pero el Gobierno no tiene garantizado el respaldo para aprobar las cuentas.
Socios clave para el Ejecutivo como ERC, Junts y Podemos reclaman avances en autogobierno, financiación territorial y mayores políticas sociales.
El retraso acumulado en la tramitación impide que el proyecto se apruebe en Consejo de Ministros y se remita al Congreso en los plazos habituales.
De no lograr los apoyos parlamentarios necesarios y agotarse los plazos, la Constitución contempla la prórroga automática de los presupuestos en vigor.
Esto permitiría seguir operando con las cuentas de 2023. Se daría, por tanto, una situación inédita desde que España vive en democracia: una tercera prórroga presupuestaria consecutiva.
Como en el caso de Francia, la falta de nuevos presupuestos limitaría la capacidad de España para implementar reformas y adaptar el gasto público al contexto económico actual.
Los partidos de la oposición -especialmente el PP- y algunas voces empresariales sugieren que, si no se consiguen aprobar las cuentas, deberían convocarse elecciones anticipadas.
La presidencia del BCE, Christine Lagarde, durante su rueda de prensa de este jueves en Fráncfort
El BCE espera que “haya más información” tanto sobre los planes de gasto en defensa como sobre los presupuestos “este otoño”.
Por último, la institución presidida por Christine Lagarde también vincula la incertidumbre “a riesgos políticos en varias jurisdicciones”.
Déficit y deuda
En relación con las perspectivas fiscales de la zona del euro, el BCE prevé que tanto el déficit presupuestario como la ratio de deuda sobre el producto interior bruto (PIB) continúen aumentando hasta 2027.
Los economistas del banco central estiman que el déficit de la eurozona alcance el 3,4% del PIB dentro de dos años, pasando por el 2,9% en 2025 y el 3,2% en 2026. El incremento, explican, se debe principalmente al pago de los intereses de la deuda.
A su vez, calculan que la ratio de deuda sobre PIB será del 88% este ejercicio; del 89,8% el próximo año, y del 89,8% el siguiente.
