Hielo.

Hielo.

Economía

Menos hielos en plena ola de calor: sus ventas caen un 20% y encienden alarmas de 'pinchazo' en bares y chiringuitos

Desde el sector se señala a un menor consumo en terrazas como determinante para la caída en la facturación.

Más información: Las claves de una ola de calor histórica en España: "Es inusual que la dorsal anticiclónica se quede inmóvil tanto tiempo"

Publicada
Actualizada

En el verano en que una ola de calor sofocó España durante 16 días seguidos se están vendiendo menos hielos. Una paradoja y amarga realidad para el sector de los cubitos, al que las altísimas temperaturas le han roto las previsiones: no han ayudado a remontar un inicio de verano tardío en calor y cuyo final afrontan sin demasiada esperanza.

Aunque su periodo grande de ventas no concluya hasta mediados de septiembre, ya estiman que este verano se cierre con una caída de la facturación de entre el 15% y el 20%, una situación similar a la del año pasado.

La diferencia es que la prolongadísima ola de calor de agosto –un fenómeno que suele llevar a un aumento de la demanda– les ha dejado fríos. Sin remontada épica en caja.

¿Qué ha pasado? Desde la Asociación de Fabricantes de Hielos Alimentarios de España (Asofies) ciernen la sospecha sobre el comportamiento en la hostelería. No les compran tantos sacos como suelen, apuntan: en lugar de 10 sacos "demandan cinco o seis" cuando hacen un pedido.

"Ahí se ha notado bastante el 'pinchazo'", apunta a EL ESPAÑOL-Invertia el presidente de Asofies, Manuel Bustos. Su sensación es que el consumo en terrazas ha caído este año; los clientes han gastado menos, desliza. Es su apuesta, al menos, en unos días en los que en la mitad sur de España era extremo salir a la calle durante la mayoría del día.

"Entendemos que es un problema económico. Cuando viene alguna crisis nosotros lo notamos enseguida", remacha, amparado además en comentarios que asegura le trasladan desde establecimientos hosteleros; no necesitan tanto hielo porque no venden tanto.

Así las cosas, las empresas del hielo esperan que el 2025 se cierre, más que como un buen año, como uno "normalito" mientras encajan el golpe, porque la situación contradice lo que hasta ahora era lógica: las olas de calor son sinónimo de crecimiento de ventas.

Por eso el sector se ha adaptado para aumentar la producción cuando llegan y evitar que se repitan episodios de desabastecimiento como los vividos en el verano de 2022.

Aquel fue un periodo de crisis para el hielo. Los disparados precios de electricidad ese año, el primero de la guerra en Ucrania, llevaron a las nubes los costes de producción y se vieron cortos de existencias.

Ahora la situación en el campo de los costes, aseguran, es estable. Si se ha pecado, ha sido en el extremo contrario: la cantidad de hielos generados teniendo en mente las cada vez más frecuentes olas de calor ha acabado por ser excesiva.

El desfase de agosto añade vaivenes a un verano en el que los periodos de alto calor han descolocado al sector. "No ha habido ola de calor fuerte hasta principios de julio. Esos días sí fueron locos en ventas", recuerda Bustos.

Así que la velocidad de la facturación se saltó junio, como ya sucedió también en 2024. Entonces no sólo los fabricantes españoles contuvieron el aliento, también los europeos, que miraron a otros países para compensar la caída de la demanda en España.

Así lo expusieron desde la Asociación Europea de Hielo Envasado (EPIA, por sus siglas en inglés) a Efe. Las empresas pertenecientes a esta asociación se volcaron entonces a vender a Hungría, con alertas por calor ese mes, para ajustar la expectativa de venta.

Por eso, 2025 sumará el tercer verano de sobresalto climático para los fabricantes de hielo. En 2023, llamado a recuperar el brío tras la escasez de 2022, el desafío fue justo al contrario: el calor se cortó antes de lo previsto con la llegada de lluvias y bajada de las temperaturas en septiembre.