El ministro de Agricultura, Luis Planas, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE

Economía

El Gobierno buscará nuevos mercados fuera de la UE para los alimentos 'made in Spain' ante las tensiones comerciales

El Gobierno marca una hoja de ruta para responder a los desafíos del agro pendiente de la evolución de las amenazas arancelarias de Donald Trump.

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Diversificar, afianzar y expandirse en mercados fuera de Europa para vender alimentos españoles. Es uno de los grandes objetivos que se marca el Gobierno ante las tensiones comerciales que agitan al sector agroalimentario de nuestro país, un coloso que logra ya casi 75.000 millones de euros en exportaciones, pese a encadenar años de sobresalto comercial. 

Porque el miedo arancelario que ha traído Donald Trump al volver a la Casa Blanca es, en realidad, la gota que colma el vaso del sector. Antes ha debido sortear los efectos de la guerra de Ucrania, que disparó sus costes de producción, o los problemas de transporte de mercancías en el Mar Rojo, que ha encarecido sus envíos.

El Gobierno reconoce que las tensiones geopolíticas son uno de los grandes retos actuales que afronta el sistema agroalimentario y pesquero, que aporta, desde la producción hasta el consumo, hasta el 10% del PIB. Dicho con otros números: casi 3 millones de empleos a salvaguardar de la incertidumbre.

Ante ello, y como respuesta, acaba de presentar la Estrategia Nacional de Alimentación, una guía elaborada tras mantener medio centenar de reuniones durante el año pasado con los actores del sector. La idea es que el documento, presentado como "una prioridad en la acción de gobierno", defina y determine la posición española "ante los próximos desafíos de la alimentación" y, sobre todo, sirva para lograr una "autonomía estratégica abierta".

¿Traducción? España quiere, en un complejo equilibrio, ser más independiente aunque sin salirse de la "colaboración global" o la integración económica, y avisa: va a "priorizar" su capacidad para "actuar con independencia en áreas críticas como el abastecimiento alimentario y la innovación industrial".

Se trata, explica el documento, de fortalecer la soberanía alimentaria y la competitividad del sector, "abordando los desafíos globales y aprovechando las oportunidades del mercado". Especialmente fuera de la UE.

Porque de hecho la estrategia propone implementar una política comercial "que garantice la competitividad del sector agroalimentario y pesquero", y eso "implica diversificar, afianzar y expandirse en mercados fuera de Europa", admite.

La UE, principal socio

Es un movimiento ambicioso, porque el bloque comunitario es, ahora mismo, el gran socio comercial agroalimentario de España. La UE es el destino del 67,4% de nuestras exportaciones, y de donde proceden el 52,7% de las importaciones agro. 

El 32,6% restante de las exportaciones tienen como destino países terceros, siendo Reino Unido el principal destino. Es un desequilibrio que se quiere modificar para tener más terrenos en los que crecer, y hacerlo además marcando un perfil propio para los alimentos españoles, que tienen en varios ámbitos una posición líder que también ha sufrido por las tensiones comerciales dirigidas contra la UE.

Es el caso de la carne de cerdo, sobre la que hay abierta una investigación antidumping en China que comenzó, en realidad, como represalia por los aranceles de la UE a los vehículos eléctricos de ese país. La amenaza es un duro golpe para España, tercer productor mundial de carne de porcino.

Además, nuestro país es el primer exportador del mundo en aceite de oliva, el segundo en vino, y en lo referido al sector pesquero, somos el primer país de la Unión Europea en términos de capacidad de flota y el principal productor de acuicultura.

Ir bajo el paraguas de la UE puede abrir puertas a tratados de libre comercio, pero también puede implicar que se diluya el origen de productos que también son considerados Marca España.

Impulso a las empresas

En ese objetivo de internacionalización también hay líneas de actuación relativa a las empresas. El Gobierno sostiene que las apoyará para que den el salto y puedan "crear grandes grupos globales, sin limitarse únicamente a transformar y comercializar la producción española".

Es un respaldo reforzado que convive con otra medida reclamada en varias ocasiones en el sector, más ayudas ante crisis en las cadenas de suministro. Al respecto, el Gobierno asegura que impulsará que la UE de ayudas para que los sectores que son netamente importadores de materias primas, algo que suele suceder en la ganadería, hagan las inversiones necesarias para mitigar esa dependencia.