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Montaje. Victoria Villafranca EL ESPAÑOL

Economía

La EPA confirma los avisos del Banco de España: el paro se eleva al 12% pese a las buenas perspectivas económicas

La temporalidad se encuentra en mínimos históricos, aunque otras variables indican que la estabilidad del empleo español sigue siendo mejorable.

27 abril, 2024 02:17
Noelia F. Aceituno Roberto Ordúñez Victoria Villafranca

El mercado laboral ha sido incapaz de mantener su tasa de paro por debajo del 12%. Después de tres trimestres algo por encima del 11%, un porcentaje que no se registraba desde antes de la Gran Recesión, el primer trimestre devolvió una realidad de la que a España le cuesta escapar: una tasa de desempleo del 12,29%. Cifra que coincide con la tasa de paro estructural que calcula el Banco de España y confirma que, incluso en momentos de bonanza económica, el camino al pleno empleo se antoja complicado.

Con ese incremento de casi medio punto porcentual respecto al cuarto trimestre de 2023, también se elevó el número total de parados. Entre enero y marzo de 2024, España llegó a los 2.977.000 desempleados y se aproxima, de nuevo, a la barrera de los 3 millones.

En el capítulo sobre Empleo de su Informe Anual 2023, el organismo liderado por Pablo Hernández de Cos sitúa la tasa de paro estructural de España en el entorno del 12% y el 13%. Se trata del límite al que puede reducirse el desempleo, el cual sólo se rebajará en determinadas situaciones y de forma moderada, como ocurrió durante los últimos tres trimestres.

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Meses de crecimiento económico que llevaron aparejado un mayor dinamismo del mercado laboral. Algo que, aunque se mantuvo también en los tres primeros meses de 2024, no se atisba ya a medio plazo. Todos los centros de estudios y organismos coinciden: este año y el que viene serán de crecimiento, aunque ya moderado, y además la economía perderá empuje más allá de esos dos cursos.

De por sí, una tasa de paro del 12% puede no decir nada, pero se revela como elevada cuando se compara con la de la media de la eurozona, donde ese paro estructural ronda el 6%. Las razones detrás de tal divergencia son múltiples y responden tanto a las particularidades de la actividad económica de España como a las políticas que se aplican. Sobre esto último, el Banco de España señaló el impacto de las políticas activas y pasivas de empleo, es decir, los servicios de empleo público y las prestaciones y subsidios.

Oficina de empleo, en una imagen de archivo.

Oficina de empleo, en una imagen de archivo. Jesús Hellín Europa Press

El gasto de España en esas políticas activas es comparativamente bajo, al igual que en el caso de las medidas de protección a los desempleados. De hecho, el regulador señala que sólo protegen al 55% de los trabajadores en situación de paro. Además, la tasa de sustitución de la prestación contributiva (su cuantía respecto a los ingresos previos) es alta, lo que desincentiva la búsqueda de empleo a corto plazo.

El Banco de España propone varias medidas para paliar esta situación, que van desde una mejora integral de la intermediación laboral de los servicios de empleo público -con el uso de nuevas tecnologías para emparejar vacantes y empleados-, hasta hacer los subsidios y prestaciones compatibles con el empleo a modo de complemento salarial.

Temporalidad vs. estabilidad

En una EPA escasa de buenos datos, el Ministerio de Trabajo y Economía Social ha presumido de tasa de temporalidad. En un 15,7%, este indicador se situó en el primer trimestre de 2024 en su mínimo histórico. En cifras absolutas, eso traduce en 2.837.100 asalariados con un contrato temporal, del total de 18.063.900 asalariados. 

"Por fin somos un país que combate la precariedad incluso en un trimestre adverso para el mercado laboral", reconoció el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, en sus redes sociales.

El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Rey y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.

El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Rey y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo. Fernando Sánchez Europa Press

La reducción de la tasa de temporalidad ha estado impulsada por el comportamiento del empleo masculino. En su caso, se ha reducido casi un punto, hasta el 13,41%, mientras que entre las mujeres apenas se ha movido y quedó en el 18,17% en el primer trimestre de 2024.

El número dos de Yolanda Díaz también subrayó que la tasa de temporalidad en el sector privado bajó hasta el 12,3% en el primer trimestre del año, con lo que el país se sitúa "en el entorno europeo".

El Banco de España valora esa disminución de la tasa de temporalidad y calcula que la gran mayoría de lo que antes eran contratos temporales son ahora indefinidos a tiempo completo. Igualmente, destaca el descenso de la rotación laboral, que ha pasado de un 1,33% en el promedio del periodo 2015-2019 hasta el 1,12% en el periodo 2022-2023, como resultado del mayor número de trabajadores indefinidos.

Sin embargo, entre esos trabajadores sí se observa un repunte de la tasa de rotación en los contratos indefinidos. En concreto, ha aumentado desde el 0,25% al 0,61%. Ocurre algo similar en el caso de la tasa de supervivencia del empleo en el primer año.

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Del conjunto de las relaciones laborales creadas en marzo de 2022, un 16,1% continuaban vivas un año después. En el periodo 2017-2018, ese porcentaje se reducía al 11%. Sin embargo, en el caso de los contratos indefinidos (sin fijos-discontinuos) la tasa de supervivencia ha pasado del 52,5% al 48% en el primer año.

"Hay un margen significativo para aumentar la estabilidad del empleo", señaló el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, quien considera que la inestabilidad laboral "es todavía elevada". En concreto, explicó que los peores datos de rotación y mortandad de contratos indefinidos pueden explicarse por un mayor uso de los periodos de prueba.

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, en una imagen de archivo.

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, en una imagen de archivo. David Zorrakino Europa Press

Según Gavilán, las empresas antes utilizaban el contrato temporal para probar a un nuevo trabajador y, en caso de no estar conforme, simplemente dejaban agotar el contrato. Ahora necesitan hacer uso de los periodos de prueba, y eso implica rescindir un contrato. La Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) ha iniciado una campaña para evitar el abuso en el periodo de prueba de los empleados. El organismo del Ministerio de Trabajo verificará los contratos que se extinguen tras ese tiempo, así como los despidos por no superar dicho periodo.

Por último, otra variable que motiva al Banco de España a hablar de inestabilidad son los flujos de salida del empleo al desempleo, es decir, el porcentaje de trabajadores que pierden su trabajo. Aunque ha disminuido en los últimos años -al pasar del 3,3% en 2019 al 2,8% en 2023-, sigue siendo más elevado que los de los países de la zona euro (1,2%).

Parados de larga duración

España tiene un problema con los parados de larga duración y los datos de la EPA del primer trimestre lo volvieron a constatar. En España, 741.300 personas llevaban más de dos años en paro en el primer trimestre de 2024, un 2,06% más que en el cuarto trimestre de 2023. 

Los más afectados por esta situación son las personas de entre 55 y 59 años, con 140.100 desempleados desde hace dos años, un 11,45% más que en los tres meses anteriores.

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El Ministerio de Trabajo y Economía Social se ha propuesto reducir el desempleo entre los mayores de 52 años, los más afectados por el paro de larga duración. Si durante dos años se centró en los jóvenes, ahora dirigirá a los mayores de 52 años sus políticas activas de empleo.  

Fuera de esa franja de edad, el número de parados de muy larga duración también aumentó en la franja de 40 a 44 años, un 11,87% más que en el cuarto trimestre de 2023. Los jóvenes tampoco escapan de esta situación y 51.200 llevan en paro más de dos años en el primer trimestre, un 4,48 más que en el trimestre anterior. 

Paro juvenil

Pese al incremento generalizado del desempleo, la primera EPA del año también arrojó algunas luces. En concreto, para los más jóvenes: la tasa de paro entre las personas de 20 a 24 años se redujo en 0,74 puntos porcentuales respecto al último tramo de 2023, situándose en el 24,98%. Pese a todo, se trata de una tasa muy elevada y que se sitúa 12,69 puntos porcentuales por encima de la general.

Por sexos, la tasa de desempleo juvenil bajó tanto en hombres como en mujeres. En el caso de las jóvenes de entre 20 y 24 años, pasó del 24,25% al cierre de 2023 al 23,76% en los primeros tres meses de este año. En cifras absolutas, en el primer trimestre del año, 151.000 mujeres de esa edad estaban en situación de desempleo.

Una persona entrando a una oficina de empleo, en una imagen de archivo.

Una persona entrando a una oficina de empleo, en una imagen de archivo. Europa Press

En el caso de los hombres en esta franja de edad, la tasa de paro empezó el año en el 26,01%, con un leve descenso desde el 26,97% del trimestre anterior. Así, 197.000 jóvenes de entre 20 y 24 años estaban en paro en el primer trimestre del año. 

En total, España contabilizó entre enero y marzo de este año un total de 348.700 personas de entre 20 y 24 años en desempleo. Esto supone 14.200 parados menos que en el trimestre anterior. 

Sin embargo, si se compara el dato del primer trimestre de este año con el mismo periodo de 2022, cuando entró en vigor la reforma laboral de Yolanda Díaz, el número de parados de estas edades ha crecido un 4,40%. Entonces, había 334.000 personas de entre 20 y 24 años en paro; dos años después, hay 348.700.