Tractor durante la protesta agraria cerca de París.

Tractor durante la protesta agraria cerca de París. EFE

Economía

La crisis del campo europeo reaviva las tensiones proteccionistas de Francia, con España en la diana

Los franceses protestan por un aumento de costes que les merma la rentabilidad y ven en la competencia una amenaza. 

30 enero, 2024 01:39

Están dispuestos a sitiar París. Los agricultores franceses aseguran que no pueden más: protestan porque el campo ya no es rentable y han decidido mostrar un ejemplo de esa escasez a los capitalinos. "Van a pasar hambre", dicen los convocantes, asediados a su vez por el aumento de costes, como las semillas, como la gasolina, mientras el clima merma sus cultivos.

En suma: cuesta más producir y se produce cada vez menos. Es una crítica que se ha repetido en los últimos dos años en varios idiomas: francés, alemán, italiano, griego y español. El campo europeo está en crisis, y en la tarea política de buscar soluciones, está creciendo como respuesta el proteccionismo. 

Lo muestra el Gobierno francés. "Aunque Europa es nuestra mejor protección, tenemos que mantenernos firmes para defender nuestra agricultura", sostuvo este fin de semana el primer ministro francés, Gabriel Attal. 

[Planas niega la acusación de "deslealtad" de Francia: "Aplicamos las mismas normas. No hay ventaja"]

Es una frase que ha pasado mucho más desapercibida que su continuación: "Vamos a seguir avanzando para luchar contra la competencia desleal. A nuestros agricultores se les imponen reglas (fitosanitarias) que a otros (países) no".

Attal se refería, según recoge EFE, a los Estados vecinos, como España. Y en su intento por aplacar la ira de los agricultores galos, el recién estrenado primer ministro ha encendido a los españoles.

Doble rasero

Molesta profundamente el asunto porque en la Unión Europea "las normas de producción de comercialización son similares en todos los países miembros y todos los países miembros las aplican igual", ha respondido este lunes el ministro de Agricultura español, Luis Planas.

"Así que no hay ninguna ventaja competitiva derivada por la aplicación de normas distintas", ha aseverado. Salía así al paso del tremendo enfado del sector exportador de productos agroalimentarios, que ha acusado a Francia de aplicar un doble rasero. 

"Es inadmisible que los agricultores galos continúen culpando y perjudicando a las producciones españolas, sometidas a la misma normativa comunitaria, mientras que es Francia el mayor importador de frutas y hortalizas procedentes de Marruecos", ha señalado la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (Fepex).

En 2022, la importación comunitaria de frutas y hortalizas marroquíes se situó en 1.540.851 toneladas, de las cuales 776.839 toneladas, el 50%, fueron importadas por Francia, según Eurostat. Francia, es, además, el segundo Estado miembro que más importa de países extraeuropeos.

Así que, concluye Fepex, lo mejor es que los galos busquen responsabilidades en otra parte, como por ejemplo en Bruselas. Porque lo que es prioritario, dice, es "una reforma sustancial de la política comunitaria especialmente en el ámbito fitosanitario, mientras no se apliquen medidas de reciprocidad verificables en los países terceros proveedores de la UE".

Cumbre clave en Bruselas

El asunto se abordará con seguridad este jueves en la cumbre de la UE. El presidente francés, Emmanuel Macron, quiere volver de Bruselas con promesas que atajen las protestas agrarias.

Lleva para eso dos asuntos destacados en su lista de deseos: una nueva derogación de la obligación de dejar un 4% de la tierra en barbecho y que se simplifique la Política Agraria Común.

También propondrá poner límites a la entrada de ciertas producciones ucranianas, en particular pollos, huevos y azúcar, que entraron sin aranceles y sin cumplir las mismas normas que los países de la UE como medida de apoyo tras la invasión rusa.

Por qué protestan los franceses

Con todo, son solo tres aspectos dentro de la miríada de circunstancias que tienen en pie de guerra a los agricultores franceses.

Sus protestas comenzaron hace unos diez días por el fin de las exenciones fiscales al gasóleo agrícola. Era un asunto que complicaba aún más sus cuentas: desde la invasión rusa de Ucrania, el agro en Europa afronta unos mayores costes de producción. 

Primero por el encarecimiento de combustibles, pero también el de materias primas. Un ejemplo de cuán común en este problema: el propio Planas anunció la semana pasada en el Congreso que la exención del impuesto especial de hidrocarburos para el gasóleo profesional de uso agrícola se prolongará durante esta legislatura. Y agregó que con ello esperaba dar "tranquilidad" al sector.

Más motivos para el enfado agro: el Pacto Verde de la UE. Impulsa prohibiciones de pesticidas y herbicidas que ahora ayudan a tener una previsión razonable de las cosechas. Eliminarlos los sumerge en la incertidumbre, y medidas contempladas también en Bruselas, como el cuaderno digital, también les suponen un sobrecoste.

El agro español debate si sale a la calle

Los productores españoles sufren los mismos problemas que los franceses. A saber, "hay una acumulación de normas, una falta de reflexión sobre la soberanía alimentaria y falta de decisiones coherentes con los discursos", señala Fepex.

Porque en nuestro país también el campo lleva meses avisando de que está al límite; de que no puede producir más con menos. En el caso español, el golpe de la sequía ha sido además especialmente grave, cebándose con las cosechas emblema del país: la última producción de cereales se desplomó un 40%; el olivar tendrá una campaña un 34% por debajo de la media, y el vino registra este año una cosecha un 15 % inferior.

Viendo las protestas que recorren Europa, las principales organizaciones agrarias han decidido reunirse para estudiar qué hacer. Será este martes, en una mesa en la que estarán Asaja, COAG y UPA.