El director de Investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre Olivier Gourinchas.

El director de Investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI), Pierre Olivier Gourinchas. Lenin Nolly EFE

Economía

El FMI pide austeridad y amortiguadores fiscales: "Las ayudas Covid han sido demasiado generosas"

El organismo ha reconocido que la mayoría de los gobiernos se enfrentan a una mayor presión sobre las finanzas públicas.

13 octubre, 2022 02:55
Nueva York

El FMI ha pedido a los gobiernos de todo el mundo que se aprieten el cinturón en materia de política fiscal. Tras los “generosos programas” de ayudas Covid, ahora toca adaptarse a “una nueva era de austeridad” para hacer frente a una “inflación obstinadamente al alza” ha subrayado.

Este miércoles, el organismo internacional ha aprovechado la presentación de su informe anual sobre política fiscal para dar un tirón de orejas a los responsables de la economía global, a los que les ha recordado que "en un entorno con alta inflación, una postura demasiado expansiva o más expansiva de la política fiscal es un problemática para la mayoría de los países".

Por ello, al FMI le gustaría ver que la política fiscal esté alineada con los objetivos de la política monetaria en estas circunstancias".

Desde Washington, los economistas del FMI han reconocido que la mayoría de los gobiernos se enfrentan a una mayor presión sobre las finanzas públicas, “ya de por sí tensas por la pandemia”. Una de las conclusiones presentadas en este informe es que, en retrospectiva, "algunos programas pandémicos han sido demasiado generosos", aumentando el agujero de las arcas públicas.

Según recoge el 'Monitor Fiscal: Ayudando a la gente a recuperarse', la mayor inflación, el debilitamiento de las divisas y la subida de las tasas de interés han llevado a un aumento de los diferenciales de crédito en muchos países, además de generar un mayor gasto en cuestión de intereses en el futuro.

“Lo peor está por llegar”

Italia, Alemania, Reino Unido, India, Estados Unidos… Los análisis que está presentando el FMI esta semana no dejan títere con cabeza. Aun así, “lo peor está por llegar”, ha advertido el organismo.

Recortando aún más sus pronósticos de crecimiento global para 2023, el FMI dijo en su 'Perspectiva Económica Mundial' que los países que representan un tercio de la producción mundial podrían estar en recesión el próximo año. "Las tres economías más grandes del mundo, Estados Unidos, China y la zona euro, seguirán estancadas", según vaticinó el martes por la noche Pierre-Olivier Gourinchas, su economista jefe.

Los cálculos del prestamista global indican una probabilidad del 25% de que el crecimiento mundial caiga por debajo del 2% el próximo año, algo que sólo ha ocurrido cinco veces desde 1970. Además, existe un 10% de probabilidad de que el PIB mundial se contraiga. "En resumen, lo peor está por venir y, para muchas personas, 2023 será un año de recesión", añadió desde Washington un circunspecto Gourinchas.

"Es difícil pensar en un momento en el que la incertidumbre fuera tan alta como la actual", según reconocía este miércoles Tobias Adrian, director de mercados monetarios y de capital del FMI. En una entrevista con Reuters, Adrian añadió que "tenemos que retroceder décadas para ver tanto conflicto en el mundo y, al mismo tiempo, la inflación es extremadamente alta".

Ayudas Covid

Desde que empezó la pandemia de coronavirus, las ayudas gubernamentales a las empresas se han disparado en todo el mundo, trayendo a la memoria niveles de apoyo público al sector privado no vistos desde la crisis del 2008.

En concreto, desde el organismo internacional se prevé que la deuda pública mundial se mantenga elevada -alrededor de 7,5 puntos porcentuales por encima de los niveles previos a la pandemia- desde el 91% del PIB en el que se ha situado este año tras retroceder desde los máximos alcanzados en 2020.

Como de costumbre, los países de bajos ingresos son particularmente vulnerables; cerca del 60% de las economías más pobres del planeta están agobiadas por la deuda o corren un alto riesgo de contraerla.

Tal y como recuerdan los economistas del FMI, “se han utilizado préstamos directos, garantías públicas, préstamos de bancos privados subsidiados y apoyo de capital a una escala sin precedentes” en los últimos tres años, con el objetivo de evitar quiebras y preservar empleos, mientras se restringía la actividad económica por motivos sanitarios.

España

Si bien las intervenciones gubernamentales para apoyar a las empresas han hecho las veces de dique para controlar una más que probable oleada de bancarrotas durante la pandemia -las tasas de quiebra disminuyeron un 11% en promedio en 42 economías avanzadas y mercados emergentes-, algunos de estos programas implican grandes riesgos fiscales.

Por ejemplo, los economistas internacionales estiman que la cuantía total de 'ayudas Covid' de Pedro Sánchez de 2020 y 2021 se pagaron con algo más del 10% del PIB nacional para ese periodo. Es de destacar que, en un año corriente, las empresas que solicitaron esas subvenciones contribuyen más del 11% del PIB español, lo que habría generado un 'agujero' adicional para las arcas públicas prácticamente desde el principio de la pandemia.

Varios miembros del FMI en una rueda de prensa en la sede del organismo en Washington (EEUU).

Varios miembros del FMI en una rueda de prensa en la sede del organismo en Washington (EEUU). Lenin Nolly EFE

En el caso de España, los analistas del FMI han elaborado sus proyecciones fiscales para 2022 teniendo en cuenta las ayudas específicas para paliar los estragos de la pandemia, las medidas de apoyo relacionadas con la energía, las leyes para el aumento de las pensiones y las medidas de ingresos legisladas.

Las proyecciones fiscales para 2023 suponen que no haya cambios en dichas políticas, mientras que la financiación recibida por España a cargo del Fondo de Recuperación y Resiliencia de la UE se refleja en las proyecciones para el periodo 2021–24.

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Para poner este riesgo en contexto, habría que mirar hacia otros países del G20. Los resultados de siete economías avanzadas sugieren que los gobiernos subvencionaron una mediana del 30% del préstamo principal durante la pandemia.

Las diferencias en el diseño del programa explican la variación de resultados entre países, que va del 24% al 100%. En otras palabras, un mayor plazo de vencimiento o mayores tasas de garantía elevan el impacto de los subsidios pandémicos en la deuda pública, mientras que las tarifas o tasas de interés más altas lo reducen.

Crisis severas

“Un apoyo financiero excepcional a las empresas puede evitar quiebras generalizadas. Pero dicho apoyo debe reservarse para crisis severas, ya que expone a los gobiernos a riesgos fiscales considerables,” argumentan desde el equipo de política fiscal del FMI.

En 2023, los economistas del FMI estiman que el gasto público español se situará en el 48,2% del PIB, en línea con la media europea (49,7%) pero por encima de lo que gastarán las principales economías del mundo (40,3% para el G20).

El análisis del organismo financiero internacional muestra que por lo general, las garantías ofrecidas por los gobiernos de todo el mundo fueron más generosas para las pequeñas empresas, lo que ha supuesto mayores subsidios, con el consecuente aumento de las restricciones fiscales asociadas a esos programas de ayuda pública.

Por ejemplo, se estima que el programa de protección de nóminas estadounidense ha sido totalmente subvencionado por el Gobierno de Joe Biden a cargo del PIB nacional, “reflejando en parte la indulgencia en lo que a las condiciones de reembolso se refiere”.

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Tal y como advierte Bryn Battersby, economista senior del FMI, cada país utiliza un enfoque diferente para informar de los costes generados por estas políticas de ayuda pública al sector privado, aunque a menudo subestiman el coste real.

Battersby destaca que algunas medidas como los programas de garantía pública que no tienen impacto presupuestario y están supeditados a la recuperación de las empresas, dificultan particularmente la estimación del riesgo real.

Amortiguadores fiscales

En un tono similar, Vitor Gaspar, director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI, apuntaba durante la presentación del informe anual de fiscalidad que “la economía mundial se está desacelerando en medio de condiciones de financiamiento estrictas". Y añadía que "una fuerte recesión acentuaría aún más las compensaciones entre las prioridades en competencia de la gestión de la demanda, la estabilización de la deuda, la protección de las poblaciones vulnerables y la inversión para el futuro”.

El mayor riesgo es la deuda. Los acontecimientos recientes del mercado muestran una mayor sensibilidad a los fundamentales débiles o en deterioro. Eso plantea el espectro de una crisis fiscal frecuente o generalizada”, agregó Gaspar.

Vitor Gaspar, director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI.

Vitor Gaspar, director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI. Michael Reynolds EFE

¿Cómo pueden las economías nacionales hacer frente a tan negro panorama? Para el experto del FMI, "es crucial definir un marco de políticas consistentes a medio plazo para el mundo posterior a la pandemia. Confiar en repetidas sorpresas por parte de la inflación para reducir la deuda pública no es una estrategia viable y conducirá a presiones de gasto, por ejemplo, salarios y coste de los servicios".

"Es necesario reducir los déficits, como se prevé que lo hagan muchos mercados avanzados y emergentes, para ayudar a abordar la inflación y abordar las vulnerabilidades de la deuda”, añaden.

En definitiva, el 'Monitor Fiscal' elaborado por el equipo que dirige Gaspar recomienda “una tributación justa y de base amplia. Un sistema de seguridad social escalable e integral, construyendo amortiguadores fiscales y un retorno a las reglas fiscales”.

La recomendación de Gaspar no es nueva; desde hace años desde el FMI se busca el compromiso de los responsables de política económica para construir 'amortiguadores fiscales' en épocas de bonanza. Algo que considera “un requisito previo para que las políticas respondan con flexibilidad durante las crisis sin poner en peligro el acceso a la financiación”.

Secuelas anteriores

No obstante, desde el FMI recuerdan que la “experiencia de las secuelas de anteriores crisis indica que los países a menudo no reconstruyen este tipo de amortiguadores, o al menos no los suficientes”. Los datos indican que la deuda pública se mantuvo elevada después de que las emergencias disminuyeran, restringiendo capacidad de los países para responder a futuros shocks negativos.

Los analistas del departamento de finanzas públicas del FMI recuerdan que durante las primeras etapas de la pandemia, las economías avanzadas y algunos mercados emergentes pudieron financiar una importante expansión fiscal, a pesar de las elevadas deudas públicas, porque las tasas de interés y la inflación estaban a niveles muy inferiores a lo normal.

Fotografía general de logos del Fondo Monetario Internacional durante el inicio de las Reuniones Anuales del FMI-BM.

Fotografía general de logos del Fondo Monetario Internacional durante el inicio de las Reuniones Anuales del FMI-BM. Lenin Nolly EFE

“Esas condiciones no suelen mantenerse. Es más, es posible que no se den cuando surja la próxima crisis”, advierten.

Para futuro inmediato, el director de mercados monetarios y de capital del FMI adelanta que "en un entorno con alta inflación, una postura demasiado expansiva o más expansiva de la política fiscal es problemática para la mayoría de los países". Por lo que, en general, les "gustaría ver que la política fiscal esté alineada con los objetivos de la política monetaria en estas circunstancias".

El 'Monitor Fiscal' recoge varias propuestas de herramientas fiscales que han resultado útiles durante la pandemia y que a ojos de los expertos del FMI, deberían adoptarse de forma constante. Se refieren a esquemas de retención de empleo, por ejemplo, que demostraron ser efectivos durante los momentos más críticos de estos dos últimos años que contribuyeron a estabilizar más del 40% de la pérdida de ingresos individuales en la Unión Europea.

“Hemos visto cómo las principales crisis mundiales durante la última década y media han dado lugar a respuestas fiscales innovadoras y contundentes, en el contexto de una deuda creciente y una política monetaria restringida", subrayan.

Según los datos reflejados en el informe fiscal del FMI, de implementarse este tipo de medidas en España, la deuda bruta -calculada en porcentaje del PIB- podría reducirse en cerca de 4 puntos porcentuales, pasando del 113,6% de 2022 al 109,6% en 2027.