La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, en el Congreso.

La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, en el Congreso. Europa Press

Economía

El retraso del 'tope del gas' y la subida del petróleo diluyen a la mitad el impacto del plan de Sánchez contra la inflación

Medio punto más de inflación media incrementará la subida estructural de las pensiones en unos 850 millones de euros anuales.

8 junio, 2022 02:27

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El plan de medidas de choque contra la inflación derivada de la guerra de Ucrania que aprobó el Gobierno en marzo va a ser menos eficaz de lo esperado. El retraso en la aprobación de su medida más importante: el tope de los precios del gas, junto con la escalada del petróleo amenazan con traducirse en un repunte de medio punto en las previsiones que manejan los economistas sobre cuál puede ser la inflación general media con la que cierre el año 2022.

Este dato es fundamental para la actualización de las pensiones, del sueldo de los funcionarios, de los contratos públicos y privados o de las subidas salariales pactadas entre empresas y trabajadores. Solo en pensiones, medio punto más de inflación media anual tendría un coste de 850 millones de euros estructurales.

A la espera de que el INE publique el dato de inflación definitivo de mayo el próximo viernes, Funcas ya prepara una revisión al alza de su previsión de inflación media para este ejercicio que fijó en el 7% en su última actualización. 

"Estamos viendo cómo el petróleo está tomando el testigo del gas, con el agravante de que pesa más en la cesta de la compra con la que se elabora el IPC. Dependemos de elementos geoestratégicos y geopolíticos muy complicados", reconoce a este periódico el director de coyuntura económica de Funcas, Raymond Torres.

Cuando este think tank vinculado a la CECA elaboró sus últimas previsiones, el barril de brent estaba en unos 100 dólares, ahora ha alcanzado los 120 dólares.

Este encarecimiento del petróleo explica, en buena medida, la sorpresa negativa que dio el INE con el avance del dato de inflación de mayo. Tras la caída experimentada por los precios del IPC general en abril, en el quinto mes del año volvió a subir cuatro décimas, hasta el 8,7%.

Mientras, la inflación subyacente -que muestra cómo el encarecimiento energético se traslada al resto de la economía- subió al 4,9%, una muestra de cómo los riesgos de que se genere una espiral inflacionista son reales.

La subida del petróleo ha jugado en contra de la eficacia de la subvención a los carburantes que el Gobierno aprobó a finales de marzo y que terminará el 30 de junio, aunque el Ejecutivo ya ha anunciado su intención de prolongarla. Esa medida, junto con el resto, tendrá un impacto en los Presupuestos de 6.000 millones de euros.

Cuando se acabe esa partida dentro de tres semanas, será casi cuando empezará a andar la 'excepción ibérica'. En el mejor de los casos, el llamado 'tope del gas', que el Congreso va a convalidar este jueves, podría entrar en vigor a mediados de junio si Bruselas acelera su aprobación. 

En ese escenario, su retraso en la aplicación alcanzaría los dos meses y medio desde que se aprobó el plan de choque del Gobierno español, es decir, casi un trimestre.

Cuando se conoció ese paquete de medidas, Funcas calculó que podría tener un impacto de un punto en la contención de la inflación. Es decir, si todo el paquete (incluida la 'excepción ibérica') hubiera entrado en vigor en abril de 2022, cuando llegue abril de 2023, la inflación en España sería un punto menor solo por el efecto de esas medidas del Ejecutivo.

Ahora, este retraso permite inferir que el impacto del 'tope del gas' ya será entre dos y tres décimas inferior en reducir la media anual.

Calmar las expectativas

A este cálculo se suma otro añadido: si todas las medidas del plan de choque del Gobierno hubieran entrado en vigor a la vez, su poder para detener la espiral inflacionista de la que ya alertan algunos organismos hubiera sido mucho mayor.

Este descuadre que ha provocado el retraso de la aprobación del 'tope del gas' en Bruselas frente a la entrada en vigor del resto de las medidas, "mecánicamente no es tan importante, pero sí tiene un impacto indirecto por cómo influye en las expectativas. Si el plan de choque hubiera provocado una desescalada más pronunciada de la inflación, el impacto en contener precios y salarios hubiera sido mayor", reconoce Raymond Torres.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, alertó la pasada semana en el Congreso de que se está produciendo una subida de los márgenes y salarios por los efectos de la inflación que originó el encarecimiento de la energía. Para frenar esta espiral, reclamó un pacto de rentas que incorpore a empresas, trabajadores, funcionarios y pensionistas.

El próximo viernes, el organismo revisará sus previsiones de crecimiento e IPC para 2022. En este momento, el Banco de España espera una inflación media para 2022 del 7,5%, mientras que para la media de inflación subyacente calcula menos del 3%, aunque ya ha avanzado que ese dato será revisado al alza.

Funcas, por su parte, fijó sus últimas previsiones en el 7% para el IPC general y el 4,6% para la subyacente. Torres ya avanza que trabajan en actualizar ese dato de inflación general al alza ante la evolución de los acontecimientos. Pero antes, habrá que esperar a que el INE confirme los datos de mayo, un mes en el que se esperaba una caída del IPC que lejos de producirse, se convirtió en un nuevo alza.