España creció en el tercer trimestre del año un 2,6%. Se trata de un avance superior al 2,2% del conjunto de la zona euro entre julio y septiembre, según los datos de Eurostat, y da algo de aire al Gobierno, aunque sigue haciendo imposible cumplir con su cuadro macroeconómico. El Instituto Nacional de Estadística (INE) revisó este jueves seis décimas al alza su cálculo del PIB y dibujó un panorama más esperanzador para España, pero tras ser el país del euro que más riqueza perdió en 2020 seguirá a la cola de la recuperación.

En el mejor de los escenarios (muy difícil de alcanzar por el avance de la sexta ola de Covid-19), España aspira a cerrar 2021 con un crecimiento del 4,7%. Es una cifra que se sitúa por encima de las estimaciones del consenso de los economistas para nuestro país. Pero está por debajo de la previsión de crecimiento del 5,1% en 2021 para el conjunto del euro que espera el Banco Central Europeo (BCE) y del 5% que calcula la Comisión Europea para esos países. En todo caso, también estas previsiones para la eurozona están sujetas a la incertidumbre de ómicron.

Ese cálculo para nuestro país se asienta en que el Banco de España (BdE) cree que la economía española crecerá en la recta final del año un 1,6%. Es importante subrayar que este dato no incorpora el efecto que, prácticamente seguro, tendrá en el consumo, en la hostelería y en la movilidad la variante ómicron. Y también que esa estimación se hizo utilizando el dato anterior que había publicado el INE, con lo que no es nada descartable que alguna décima de las que se ha mejorado para el trimestre anterior tuviera como contrapeso una rebaja ligera en los números de esta recta final del año.

Con todas esas cautelas, sí parece posible hablar de un crecimiento del 4,5 o 4,6% (en línea con el consenso de organismos y servicios de estudio) para 2021.

La buena noticia es que el dinamismo de la economía española en verano fue mayor que en la eurozona. Esto nos dejará mejor en la foto final del ejercicio en Europa, tras cerrar 2020 como el país más dañado en términos de PIB. Sin embargo, lo más probable es que no sea suficiente para converger este año con la media de economías en crecimiento.

Optimismo gubernamental

Estos datos del INE deberían provocar una rectificación del cuadro macroeconómico oficial. El Gobierno es el único que mantiene su previsión de crecimiento en el 6,5% para 2021. Esta es la cifra que figura en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, cuya aprobación definitiva es inminente.

El Ministerio de Economía acogió con entusiasmo esta revisión al alza del PIB del pasado verano. El secretario de Economía y Apoyo a la Empresa, Gonzalo García Andrés, aseguró en un vídeo que los datos de creación de empleo permiten anticipar que "la tendencia positiva que hemos visto en los datos publicados se ha mantenido".

Esto es algo que no comparte el Banco de España que, en su reciente actualización de previsiones, apuntó a que entre octubre y diciembre se habría producido un enfriamiento económico frente al trimestre anterior.

Además, García Andrés destacó la revisión al alza del consumo de las familias, la mejora de la inversión y la recuperación de la productividad. Con el dato interanual, Economía destacó un avance intertrimestral del 2,4% en la productividad por hora trabajada. Sin embargo, el INE subrayó otra cifra, la interanual, que sigue registrando un tímido dato positivo del 0,1%, aunque mejor que el -9,2% del trimestre anterior.

Datos preocupantes

En cuanto a la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo, el resultado también es negativo, con un -2,6% interanual.

Desde el principal partido de la oposición, la lectura de los datos nuevos del INE fue distinta a la del Ministerio. La vicesecretaria general del PP, Elvira Rodríguez, advirtió que la revisión de las estadísticas también ha traído malas noticias.

Mejora el consumo de las familias, pero los datos de recuperación de la industria manufacturera son peores (3,1%, frente al 3,4% que se había estimado antes). Lo mismo ocurre con la inversión de las empresas (1,8%, frente al 2% anterior en la Formación Bruta de Capital). "No son buenas noticias porque marcan el futuro", advirtió Rodríguez.