Una corona de flores en un cementerio.

Una corona de flores en un cementerio. Jorge Barreno

Economía

Las restricciones marchitan el sector floral en el día de los difuntos con 40% de pérdidas

Los productores confirman el "peor año de la historia" para la flor cortada y reclaman ayudas y campañas para incentivar el consumo. 

1 noviembre, 2020 03:46
Sevilla

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“Llevamos tirando flores desde marzo”. Es la frase más repetida en las entrevistas que componen esta pieza informativa. La cancelación de la Semana Santa, eventos y celebraciones se escenificó en las televisiones con la respuesta de los productores de flor cortada. Frente a las cámaras, tiraban cientos de flores ante la falta de salida en el mercado. Pese a que este Día de Todos los Santos parecía una nueva oportunidad, la imagen volverá a repetirse en España.

El sector nacional de la flor cortada tiene su epicentro en Chipiona (Cádiz), ubicación que en sus mejores tiempos disponía de 1.200 hectáreas exclusivas para este tipo de producciones. Tanto en el enclave gaditano como en el resto del país, los productores comienzan en mayo la cosecha de los productos para el Día de Todos los Santos. Sin embargo, el clima no ha sido la única pega a tener en cuenta.

Las restricciones de movilidad entre comunidades y municipios han desencadenado un parón de encargos de flores con unas pérdidas que ya ascienden al 40%. Así lo explica el responsable de flor cortada de COAG, Luis Manuel Rivera. Apunta que las previsiones eran buenas, pero a mitad de semana el buen ritmo se frenó en seco.

Invernadero con flores.

Invernadero con flores.

“Con el anuncio de los cierres de las comunidades entre el martes y el miércoles se ha producido un frenazo en los pedidos” explica. Teme además que la mercancía se marchite en los almacenes y que las floristerías no puedan dar salida al material ya comprado para la señalada fecha. Desde Cooperativas Agroalimentarias ya cifran el material no vendido en torno al 25% y el porcentaje no para de subir.

“No ha habido un repunte. Es el peor año de la historia para la flor cortada en todas sus categorías” confiesa Juan Manuel Rodríguez, representante sectorial en Cooperativas Agroalimentarias. Habla de una temporada “pésima y negativa” con unas ventas sin precedentes. Justifica este comportamiento por la “apatía al consumo”: “la gente tiene miedo a gastar y solo quiere llenar el carro de la compra”.

El sector peligra

La industria floral concentra en primavera el 75% de su facturación de la que viven más de 6.000 familias, solo en empleos directos. Ante los malos datos primaverales y las duras previsiones, el sector lanza un ‘S.O.S’. “El sector no puede aguantar tantodicen los representantes del sector que ya trabajan en el siguiente gran día, el 14 de febrero.

La situación crítica también la aprecia Interflora, según indica su director general. Eduardo González. “Las floristerías son negocios eminentemente familiares que no tienen la capacidad de hacer frente a un periodo largo de inactividad y ausencia de ingresos, lo que puede abocarlas al cierre”, explica en declaraciones a Invertia.

Todas las partes coinciden en que las ayudas son escasas y llegan tarde, por lo que piden a las administraciones más implicación como ya han hecho países como Holanda. “Es necesaria una política impositiva que permita el mantenimiento de la actividad, campañas de incentivación para el consumo de flor y programas de ayuda a comercios”, aconseja el líder de Interflora.

Mercado online

Una de las vías rentables que ha dejado la pandemia ha sido la venta online. En el caso de Interflora, la compañía ha permitido mantener abiertos los comercios a través del canal online para evitar mayores pérdidas. El confinamiento ha supuesto un incremento del envío de flores y plantas y la incorporación al comercio electrónico de segmentos de población y de edad.

Como novedad, la empresa con más de 1.500 floristerías asociadas entregará ramos y centros de flores en los cementerios durante este puente. “Será el mismo florista quien accederá al cementerio y depositará el ramo en la tumba o en los lugares señalados por el cliente”, comentan desde la empresa ante las limitaciones de movilidad decretadas por la Covid-19.

Se abre así una posibilidad para buscar la rentabilidad de un sector apagado por la crisis sanitaria. "La flor no es un bien de primera necesidad" afirman los implicados, mientras añoran la vuelta de la vieja normalidad más pronto que tarde y para que las pérdidas sean recordadas como una dura pesadilla.