El Gobierno británico estudia la posibilidad de construir un puente que una Escocia e Irlanda del Norte, una idea que el primer ministro, Boris Johnson, considera "muy interesante".

Un portavoz del Ejecutivo señaló hoy que se ha encargado a un "grupo de funcionarios" que analice la viabilidad de esta infraestructura, que algunos expertos han definido como de gran complejidad dada la profundidad del mar de Irlanda.

Fuentes del Gobierno han señalado que una posible idea sería construir una sección del puente en forma de túnel para hacer frente a las dificultades causadas por la profundidad de las aguas.

"El primer ministro expuso que esta era una idea que creía que podría tener algunas ventajas, por lo que, como resultado de eso, se esperara que el Gobierno la esté estudiando", informó el portavoz.

La fuente agregó que Johnson es "ambicioso" en materia de infraestructuras, ya que está analizando "una amplia gama de proyectos en todo el Reino Unido que podrían mejorar la conectividad".

La distancia de 45 kilómetros que separa Larne (noreste de Irlanda del Norte) de Portpatrick (suroeste de Escocia) sería una de las rutas más probables, aunque también se plantea otra entre la ciudad escocesa de Campbeltown y la costa norilandesa de Antrim, donde se encuentra Larne.

El proyecto podría necesitar de un presupuesto de 20.000 millones de libras (unos 24.000 millones de euros), dependiendo de la ruta escogida, aunque los expertos señalan que el coste no disminuiría de los 15.000 millones de libras (18.000 millones de euros).

La construcción de una infraestructura de este tipo ya la planteó un estudio del grupo de presión Centre for Cross Border Studies hace unos diez años con el objetivo de proporcionar enlaces ferroviarios internacionales y reducir los servicios aéreos.

Ahora se plantea de nuevo en un momento en que el Reino Unido ha abandonado la Unión Europea (UE) y, tras el periodo de transición que acaba el próximo 31 de diciembre, quedará fuera del mercado común y la unión aduanera.