Río de Janeiro, 25 jul (EFECOM).- Brasil generó 408.500 nuevas plazas laborales en el primer semestre, un 4,08 % más que las creadas en el mismo período de 2018, informó este jueves la Secretaría Especial de Previsión y Trabajo del Ministerio de Economía.

En el acumulado de los últimos 12 meses, finalizados en junio de 2019, el saldo también fue positivo para el gigante sudamericano con 524.931 nuevos puestos de trabajo formales, lo que representa una mejora en el comparativo con el mismo período anterior, cuando se generaron 280.093 nuevos empleos.

Aunque en junio se crearon 48.436 nuevos puestos, el mejor resultado registrado del mes desde 2014 y un 13 % superior al de mayo, la cifra continúa siendo muy inferior a la de abril cuando en Brasil se generaron 129.601 empleos.

Según el Registro General de Empleados y Desempleados (Caged), que mide la diferencia entre la contratación y el despido, el saldo de junio fue el resultado de 1.248.106 admisiones contra 1.199.670 trabajadores despedidos.

El crecimiento del empleo en junio fue impulsado por el sector servicios, que generó 20.020 nuevas plazas de trabajo, y el de agricultura, que creó 22.702.

Según el informe, los servicios relacionados con mercadeo y administración de Bienes Raíces fueron los que más puestos crearon (+14.766), seguidos de los médicos, odontológicos y veterinarios (+7.883).

Para el secretario de Trabajo del Ministerio de Economía, Bruno Dalcolmo, los datos indican que el resultado de este año será mejor que el de 2018, sobre todo por las medidas que ha tomado el Gobierno para reactivar la economía como la reforma del sistema de pensiones y jubilaciones.

No obstante, para el funcionario, esas medidas no son suficientes.

"Una sola medida no es suficiente. Ni siquiera un nuevo sistema de pensiones es suficiente, pero es indispensable para otros cambios", declaró a la estatal de noticias Agencia Brasil Dalcolmo, quien considera indispensable una reforma fiscal para mejorar el entorno empresarial.

La mayor economía sudamericana solo creció un 1,1 % en 2017 y otro 1,1 % en 2018, y la nueva previsión del Gobierno es que ese crecimiento se limite al 0,8 % en 2019.

Además de la reforma de pensiones, con la que el Gobierno de Jair Bolsonaro pretende ahorrar unos 250.000 millones de dólares en diez años, el presidente brasileño ha anunciado varias medidas estructurales para intentar impulsar la economía, como un duro ajuste fiscal y un ambicioso plan de privatizaciones y concesiones.

Esta semana también anunció una serie de medidas que permitirán inyectar unos 11.200 millones de dólares en la economía en los próximos dos años, como herramienta para incentivar el consumo y acelerar la recuperación económica.