Economía

La economía de Brasil cae un 0,62 % en abril y sigue al borde de la recesión

14 junio, 2019 16:42

Sao Paulo, 14 jun (EFECOM).- La economía brasileña se contrajo un 0,62 % en abril frente al mismo mes del año anterior, según informó este viernes el Banco Central, y puede iniciar un camino hacia la recesión en el segundo trimestre.

La economía, sin embargo, acumula un leve crecimiento del 0,06 % entre enero y abril, mientras que en los últimos doce meses avanzó un 0,72 %, según el Índice de Actividad Económica de Banco Central, considerado una medición previa del comportamiento del producto interior bruto (PIB) del país.

El indicador bajó un 0,47 % respecto a marzo y suma así su cuarto mes seguido de reducción.

La economía brasileña creció un 0,5 % en el primer trimestre del año en comparación con los primeros tres meses de 2018, aunque el indicador cayó un 0,2 % frente al período inmediatamente anterior.

En caso de cerrar el nuevo trimestre en negativo y acumular dos consecutivos de caída del PIB, el país entraría en lo que se considera una "recesión técnica".

No obstante, los analistas del mercado financiero prevén que la economía concluirá el año con un aumento de alrededor del 1 %, un porcentaje similar al de 2017 y 2018.

El crecimiento de los últimos años no ha sido suficiente para compensar el descalabro registrado entre 2015 y 2016, cuando Brasil vivió la peor recesión de las últimas décadas al acumular una caída de siete puntos porcentuales en dos años.

La mayor economía de Sudamérica continúa sin despegar y el mercado financiero ha contenido la euforia desatada durante la campaña electoral, cuando ofreció un apoyo explícito al entonces candidato Jair Bolsonaro.

El Gobierno del ultraderechista ha propuesto un programa de corte liberal para intentar ordenar las cuentas del país, pero su credibilidad depende, en parte, de la capacidad de sacar adelante una polémica reforma del sistema de pensiones y jubilaciones.

El proyecto, con el que el Ejecutivo busca ahorrar 265.000 millones de dólares en la próxima década, necesita de la aprobación del Congreso brasileño, el cual ya ha hecho algunas exigencias en los primeros meses de negociaciones.