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Economía

El BCE retrasa la subida de tipos al menos hasta junio de 2020

El organismo amplía seis meses sus objetivos respecto a la previsión de la reunión de marzo

6 junio, 2019 13:36

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Sin sorpresas y con un claro aviso al mercado. El Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido invariables los tipos de interés en mínimos del 0% y la facilidad de depósito en el -0,40%. Sin embargo, y a la espera de la rueda de prensa que Mario Draghi dará en los próximos minutos, el organismo monetario ya ha querido mandar un contundente mensaje al mercado: no habrá subida de tipos, al menos, hasta mediados de 2020. El BCE retrasa así, y en nada menos que por lo menos seis meses, la anterior previsión de empezar con la normalización de la política monetaria a finales de este mismo año. 

El retraso, sin duda, vuelve a poner en apuros a las entidades bancarias, que llevan muchos años sufriendo el escenario de tipos de interés en mínimos del BCE. "El Consejo de Gobierno tiene intención de seguir reinvirtiendo, al completo, los pagos principales de la deuda que venza bajo el programa de compra de activos por un periodo de tiempo prologando después de que empiecen a subir los tipos de interés", ha explicado la entidad.

Asimismo,indicaque las reinversiones de los pagos de la deuda se harán durante el tiempo que sea "necesario" para "mantener" las condiciones de liquidez y un "amplio grado" de acomodación monetaria.

Con respecto a la nueva ronda de operaciones de financiación a largo plazo con objetivo específico (TLTRO-III), que se celebrarán de forma trimestral entre septiembre de 2019 y marzo de 2021, el BCE ha decidido que el tipo de interés para cada operación se fijará en un nivel 10 puntos básicos por encima del tipo medio aplicado a las operaciones principales de financiación del Eurosistema.

En concreto, la tasade 10 puntos básicos es mayor a la que se aplica actualmente, del 0%. Sin embargo, si los bancos prestan mucho a la economía real, les aplicará una tasa más baja, que será la facilidad de depósito (-0,4%) más 10 puntos básicos, es decir al -0,30%.

Esta es la tercera ronda de inyecciones de liquidez a muy largo plazo que acomete el BCE y serán trimestrales. También están condicionadas a que los bancos presten a la economía real, a las empresas y hogares. Anteriormente la entidad monetaria llevó a cabo dos rondas de operaciones de liquidez, una en 2015 y la otra en 2016 y 2017, a un tipo de interés del 0%, en las que prestó a los bancos más de 700.000 millones de euros.

Para los bancos que prestaron suficiente a la economía real, el tipo de interés ha sido negativo del -0,4%, es decir el BCE les ha dado dinero.

REBAJA DE PREVISIONES DE CRECIMIENTO DE 2020

Con esta decisión, Mario Draghi ha querido seguir los pasos de la Reserva Federal (Fed) de EEUU, que estos últimos días ha vuelto a abrir la puerta a una rebaja en los tipos de interés este año, cambiando su previsión de mantenerlos intactos en el periodo. Sin embargo, la guerra comercial y su impacto en el ritmo de crecimiento global ha obligado a los bancos centrales a cambiar la hoja de ruta marcada. Sin ir más lejos, esta misma semana Australia ha anunciado su primera rebaja de tipos en tres años. 

De hecho, y apuntando directamente al "proteccionismo" entre los factores que merman el crecimiento, el BCE ha ajustado su estimación del alza del PIB para 2020 del 1,6% al 1,4%, mientras que considera que la economía crecerá un 1,4% en 2021 frente al 1,5% estimado hace tres meses. 

UN ESTRENO COMPLICADO

Todo ello se ha planteado con un nuevo 'maestro de ceremonias'. En esta cita, que no se celebrará en la sede del BCE en Fráncfort (Alemania) sino en Lituania, se estrenará el nuevo economista jefe de la entidad, el irlandés Philip Lane, que acaba de sustituir al belga Peter Praet en una posición clave en el engranaje de la institución. 

Como economista jefe, Lane, como antes Praet, prepara el material y las estadísticas en torno a los que se discute en las reuniones. Y, por su posición, el punto de vista que aporta ejerce una notable influencia en el Consejo. Lane viene avalado por su prestigio como académico y por su cualificación como experto en asuntos monetarios y macroeconómicos. Pero no lo tendrá fácil. Ni por el contexto económico. Ni por la tarea de tomar el testigo dejado por Praet. Ni por el compromiso que supone acompañar a Draghi en la recta final de su mandato y recibir a quien le suceda en noviembre.