(Corrige titular y primer párrafo)

El banco suizo UBS registró en 2018 un beneficio neto de 4.897 millones de dólares (4.300 millones de euros), lo que supone multiplicar por cinco el resultado logrado en 2017, un ejercicio que estuvo lastrado por la nueva legislación fiscal de EEUU.

Según el comunicado del banco, si no se tuvieran en cuenta los 2.939 millones de dólares (2.580 millones de euros) en impuestos a los que tuvo que hacer frente la entidad financiera por los nuevos requisitos fiscales de la Administración de Donald Trump, sus beneficios hubieran crecido un 25 % interanual.

Los ingresos del pasado año ascendieron a 30.213 millones de dólares (26.500 millones de euros), un aumento del 1,99 por ciento frente a 2017, en un ejercicio en el que los créditos se incrementaron un 1 por ciento.

El beneficio operativo antes de impuestos ascendió a 6.373 millones de dólares (5.600 millones de euros), un 19 por ciento más.

"Estamos viendo una normalización de los mercados en el comienzo de 2019, así que seguiremos enfocándonos en buscar un equilibrio entre la eficiencia y las inversiones para crecer", señaló en un comunicado el consejero delegado de UBS, Sergio Ermotti.

"El objetivo es seguir logrando nuestros objetivos de retorno de capital mientras creamos valor sostenible a largo plazo para los accionistas", añadió.

En el cuarto trimestre de 2018, el beneficio neto de UBS fue de 696 millones de dólares (612 millones de euros), frente a las pérdidas del mismo periodo de 2017 (debido a los requisitos fiscales) y un 44 % menos que en el tercer trimestre.

A la vista de las cifras, la junta directiva de UBS propone un dividendo de 0,70 francos suizos por participación (misma cantidad en dólares, 0,61 euros) para los accionistas, algo que deberá ser aprobado por la junta general de mayo.