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Economía

Las cinco características del empleo que se está creando con la recuperación

A finales de 2016 se habían recuperado poco más de la tercera parte del empleo destruido en seis años anteriores. La recuperación iniciada en 2013 trae al mercado de trabajo un empleado del sector servicios, con contrato temporal, cincuentón y con nivel aceptable de formación...

10 agosto, 2017 15:38

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha manifestado con las últimas estadísticas de empleo en la mano, que la recuperación del empleo avanza rápidamente. De hecho, se han recuperado dos de cada tres puestos de trabajo destruidos durante la crisis. Será en 2019, se han cansado de repetir los distintos miembros del Gobierno, cuando se llegue a la cifra de 20 millones. Pero, todavía 3,5 millones de personas no han encontrado empleo.

No tanto optimismo se observa en otros análisis del mercado de trabajo. En uno de los cuadernos de información económica de Funcas,  en el artículo Características del empleo creado en la recuperación 2014-2016, su autora concluye que la recuperación de la economía española, desde 2014, se ha traducido en un aumento de 1,2 millones de puestos de trabajo. No obstante, esto apenas representa poco más de la tercera parte del empleo destruido en los seis años anteriores.

LA CRISIS ARRASÓ CON EL EMPLEO, PRIVADO Y DE LA CONSTRUCCIÓN

Entre los años 2008 y 2013 la economía española sufrió la mayor destrucción de empleo de su historia reciente. El 16,7% de los empleos existentes en 2007 desaparecieron en los seis años posteriores, es decir, 3,4 millones de puestos de trabajo, frente a 855.000 ¿el 6,5%- en la crisis de 1992-1994 o 1,6 millones ¿el 12,6%- entre 1978 y 1985.

Casi todo el empleo destruido fue privado, mientras que en el mismo periodo el empleo en el sector público solo descendió en 32.300. La pérdida de empleos fue especialmente intensa en la construcción, donde desapareció más de la mitad del empleo, 1,7 millones, seguido de la industria, con una destrucción de 921.000 empleos. En los servicios de mercado se perdieron 621.000 puestos de trabajo.

Por otra parte, la mayor parte del empleo asalariado perdido en el periodo de crisis era con contrato temporal. Además, fueron los jóvenes quienes cargaron en términos relativos con la mayor parte del peso del  ajuste, ya que el 62% perdieron su empleo, frente al 12% de los ocupados mayores de 24 años.

LOS EMPLEOS RECUPERADOS

Entre 2013 y 2016 la población activa registró un descenso de 367.400 personas que se explica enteramente por factores demográficos: por una parte, el retorno de inmigrantes a sus países de origen, y por otra, la negativa evolución de la población española.

SECTORES

Durante la recuperación el empleo ha crecido en todos los sectores económicos, especialmente en los servicios de mercado, que representan el 75% de todo el empleo creado, seguidos de la industria.

En el caso de los servicios, el nivel de empleo en 2016 superó el máximo alcanzado antes de la crisis, mientras que en la industria, y sobre todo en la construcción, solo se ha recuperado una mínima parte del empleo destruido.

Concretamente en el sector industrial, a pesar de la intensa creación de empleo registrada estos últimos años, apenas se ha recuperado el 18%, mientras que en términos de valor añadido bruto (VAB) se ha recuperado más de la mitad del producto que se perdió en dichos años, lo cual pone de manifiesto el gran incremento de la productividad que ha experimentado este sector.

La hostelería es el sector que más empleo ha creado en términos absolutos con 271.500 puestos de trabajo. En educación, sanidad y servicios sociales el empleo se incrementó en casi 250.000 (aquí se incluye tanto el empleo en el sector público como privado), mientras que en la industria el aumento del empleo ha sido de 166.000.

Analizando la evolución del empleo por ramas, la que más empleo creó en términos absolutos fue la de servicios de comidas y bebidas, seguida de educación y actividades sanitarias. Dentro de las manufacturas, que representan casi el 14% del empleo creado desde 2013, destaca la fuerte aportación al mismo del sector de automoción, seguido de la alimentación y de la fabricación de maquinaria y equipo. Las ramas que mayores reducciones han tenido son las de servicio doméstico, ingeniería civil, administración pública, telecomunicaciones y servicios financieros.

FORMACIÓN

El 54,5% de los nuevos ocupados que han encontrado empleo desde el inicio de la recuperación tienen educación terciaria, mientras que el 34,2% tienen un nivel de formación de secundaria o superior no terciaria, y solo el 11,3% de los nuevos empleos han sido para individuos sin cualificación, es decir, con un nivel formativo inferior a la secundaria completa.

Esta estructura contrasta de forma acusada con la composición de la población activa, ya que casi el 38% de la misma tiene un nivel de educación inferior a la secundaria completa, lo que pone de manifiesto uno de los rasgos más negativos de nuestro mercado laboral, que es el exceso de oferta de mano de obra no cualificada en relación a la demanda de este tipo de trabajadores. El peso de niveles formativos medios en los países centrales de la UE es el doble que en España.

La consecuencia de esta sobreabundancia de mano de obra no cualificada es una gran dificultad para encontrar empleo para los individuos de este grupo y una fuerte presión a la baja sobre sus salarios. Así, el 54% de los desempleados tienen un nivel de formación inferior a la secundaria. La tasa de paro en este grupo es del 28%, mientras que entre los activos con nivel de formación medio es el 19,2% y entre los activos con educación terciaria la tasa de paro es del 11,7%. Este hecho sin duda es uno de los factores que explican la elevada tasa de paro estructural que existe en nuestra economía.

EDAD

El crecimiento del empleo ha sido solo algo mayor entre los varones que entre las mujeres ¿entre los primeros ha crecido un 7,4% y entre las segundas un 6,6%¿, representando aquellos el 57% del empleo creado durante la recuperación. El grupo de edad que mayor crecimiento relativo del empleo ha registrado desde el inicio de la recuperación ha sido el comprendido entre 50 y 64 años, con un aumento del 17,4% (760.000 nuevos empleos, es decir, el 63% del empleo nuevo total), seguido de los jóvenes hasta 24 años, con un incremento del 7,5% (57.000 ocupados más). El grupo de edad intermedio, entre 25 y 49 años, registró un crecimiento del empleo del 3,1% (365.000 ocupados más).

TIPO DE CONTRATO

Si el grueso del ajuste del empleo durante la crisis recayó sobre el empleo temporal, la mayor parte de los empleos creados en la recuperación, el 61,5%, han sido temporales. De este modo, la tasa de temporalidad, que durante la crisis descendió desde el máximo del 34% alcanzado en 2006 hasta un 23% en 2013, se ha incrementado desde entonces hasta un 26,1% en 2016.

El sector donde más se ha incrementado la temporalidad en los últimos tres años ha sido la construcción, donde incluso el empleo con contrato indefinido se ha reducido. En contra de lo que cabría esperar, en la industria manufacturera el crecimiento del empleo temporal ha sido superior a la media (un 76% del empleo total creado ha sido temporal) mientras que en la hostelería ha sido inferior a la media (un 43%).

TIPO DE JORNADA

Por otra parte, el 93% del empleo nuevo creado en los últimos tres años es a jornada completa. En 2016 la cifra de ocupados a tiempo parcial ¿que suponía el 15,2% del empleo total¿ solo era superior a la de 2013 en 83.000. Además, en el último año se produjo un descenso de este tipo de empleo, lo que parece indicar que tuvo lugar una conversión de contratos desde dicha modalidad hacia la modalidad a jornada completa.

No obstante, el empleo a jornada parcial en 2016 era superior en más de 400.000 al que había en 2007, puesto que este tipo de contratación creció de forma intensa durante el periodo de crisis, especialmente desde 2010 a 2013, lo que indica que en aquellos años podría haberse dado el tránsito opuesto, es decir, desde empleo a jornada completa a empleo a jornada parcial.