Inteligencia artificial y analítica de datos.

Inteligencia artificial y analítica de datos.

España

La mitad de la población española acude a la inteligencia artificial , pero sigue desconfiando de ella

El 74% de la población española sigue creyendo en la afirmación de que los robots y tecnologías como la IA quitarán puestos de trabajo.

Más información: Críticas, suspicacias y una posible revisión en el aire: ¿Qué está pasando con la ley europea de inteligencia artificial?

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El 73% de los españoles creen que las tecnologías digitales, entre las que incluye la inteligencia artificial (IA), tendrán un impacto positivo en su lugar de trabajo, una idea que también se consolida a nivel comunitario, con un 66% de media en la UE, de acuerdo con el último informe sobre el uso de la inteligencia artificial en España publicado recientemente por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI). 

La idea de un uso positivo no solo se defiende en el ámbito laboral, sino también en el día a día y, así, más de la mitad de las personas consultadas creen que su aplicación ayudará en aspectos como las tareas del hogar (54,5%), la educación y el aprendizaje continuo (53,2%) y casi en la misma medida, en el transporte (47,9%) y el entretenimiento y el arte (44,8%).

En esta línea, el informe también revela la creciente relación de la población española con la IA, a la que el 42,1% reconoce haber recurrido alguna vez en 2023 para aspectos como la redacción de textos y traducciones (un 24,1% y un 21%, respectivamente), seguidos de otros como la creación y edición de imágenes (13,1%) y chatear (11,5%).  De la misma forma, la vertiente generativa se ha colado en el imaginario colectivo y un 56,8% afirma haberla utilizado, tanto para uso personal (44,9%) como profesional (14,7%) o académico (13,9%). Aquí, ChatGPT sigue siendo la solución más popular, con un 83,2%, a distancia de otras opciones como GoogleBard/Gemini, Bing Chat o Copilot. 

Las empresas y la IA

Por otro lado, en el ámbito empresarial, el porcentaje de firmas españolas que utilizan la inteligencia artificial sigue creciendo de forma continuada, una tendencia que se ha mantenido en los últimos cuatro años. No obstante, esta subida es notablemente paulatina, lo que evidencia un nivel de adopción aún reducido en comparación con el resto de países del entorno. 

De acuerdo con los datos recopilados por el ONTSI, las empresas del ámbito de la información y las comunicaciones registran un mayor uso de IA (46,6%), seguidas por el sector TIC, con un 45%;  aquellas dedicadas a actividades científicas y técnicas, con un 26,1%, y las que se dedican a los hoteles y camping, con un 11,9%. En el lado contrario se encuentra la construcción, donde solo un 4,5% de las firmas utilizan la IA; o el transporte y almacenamiento, con un 8,7%, muy cerca del comercio al por menor, con un 8,8%.  

Por tamaño, las grandes compañías (con más de 249 personas empleadas) siguen siendo, con diferencia, el grupo con mayor grado de uso de esta tecnología, con un 44%; seguidas de las medianas, con un 20,6%; las pequeñas, donde solo el 8,6% cuenta con estas tecnologías; y las microempresas, en las que la penetración de la IA apenas alcanza el 7%. En total, solo el 11,4% de las compañías con 10 o más empleados apuesta por la IA, casi dos puntos porcentuales más que en el año anterior, pero por debajo del 11,8% de 2022. 

Los autores han preguntado a las empresas cuáles son los motivos para no utilizar esta herramienta, entre los que han mencionado argumentos como la falta de conocimiento en la materia (77,6%), la preocupación por las consecuencias legales del uso de estas tecnologías (58,2%) o el temor a una posible violación de ley de protección de datos (55,2%). 

En el caso de las firmas que sí que emplean la inteligencia artificial, destaca su aplicación para análisis de lenguaje escrito, que se ha convertido en la utilidad más recurrida, aunque también ganan relevancia otras como la automatización de flujos de trabajo, la generación de lenguaje escrito o hablado, el aprendizaje automático, la conversión de lenguaje hablado en formato legible por una máquina, la identificación de objetos o personas con imágenes o el movimiento físico de máquinas. 

El informe hace hincapié en que, entre el total de empresas que utilizan la IA, un 28,4% lo hace para el marketing o las ventas, lo que supone 12 puntos porcentuales más que lo recogido en el anterior ejercicio, seguido de los procesos de producción (16,5%), el único que ha aumentado en 2024, aunque apenas lo ha hecho un punto porcentual; además del marketing o las ventas y los procesos administrativos o de gestión empresarial.

La proliferación de su uso también ha ido asociado a una demanda por parte de los trabajadores para formarles en este campo. Así, el informe revela que un 78% de los empleados considera que su compañía debería proporcionarles las herramientas y la educación necesaria para trabajar eficazmente con las tecnologías digitales más recientes. 

Por regiones, la Comunidad de Madrid (15,7%), Cataluña (14%), País Vasco (12,4%) y la Comunidad Valenciana (12,1%) son las que cuentan con una penetración de IA en sus empresas por encima de la media del país. Mientras, a nivel europeo, España se sitúa a tan solo dos puntos de la media europea (13,5%) en el uso de IA en el ámbito empresarial y a poco más de un punto de la media de los países de la OCDE (12,7%). Entre los miembros y socios de este organismo, Corea del Sur sigue siendo el país con mayor porcentaje de penetración de IA en sus empresas, con un 28%. 

La desconfianza sigue presente

No obstante, fuera del ámbito laboral, el informe recoge los datos del Eurobarómetro centrado en IA de la Comisión Europea en el que se revela que un 74% de la población española sigue creyendo en la afirmación de que los robots y tecnologías como la inteligencia artificial (IA) quitarán puestos de trabajo a las personas y que eliminarán más de los que generan, un porcentaje superior al de la media europea, que se sitúa en un 66%. 

Desde el ONTSI matizan que, a pesar de que esta concepción sigue siendo elevada, lo cierto es que ha descendido respecto a lo recogido en aficiones anteriores, donde el porcentaje llegaba a alcanzar el 90%. Por ello, señalan que la preocupación de los españoles y los europeos sobre los efectos adversos derivados de esta tecnología ha descendido notablemente.