Javier Torres, general manager de Cegid en Iberia, Latam y África.

Javier Torres, general manager de Cegid en Iberia, Latam y África. Cegid

Opinión LA TRIBUNA

Inteligencia artificial con sentido

Javier Torres
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La inteligencia artificial generativa ha irrumpido con fuerza en el mundo empresarial. La adopción es masiva y la inversión, millonaria. Sin embargo, el retorno sigue siendo limitado. Según el estudio del MIT State of AI in Business 2025, el 80% de las empresas ya utiliza IA generativa, pero el 95% aún no obtiene un retorno tangible. Es decir, muchas compañías están probando, pero pocas están transformando. 

Esta brecha entre adopción y resultados revela una conclusión clara: el impacto real no se está produciendo en los proyectos más visibles o experimentales, sino en los procesos de back office y automatización de tareas rutinarias, donde la IA demuestra beneficios concretos y medibles. 

Un buen ejemplo es el estudio Humanos + IA en la Contabilidad: Evidencias sobre el terreno, desarrollado en 2025 por el MIT y la Universidad de Stanford. Basado en el análisis de cientos de miles de operaciones contables en 79 pequeñas y medianas empresas, mostró resultados contundentes: los contables que utilizaron IA redujeron en un 8,5% el tiempo dedicado a tareas rutinarias, mejoraron en un 12% la calidad de los informes financieros y redujeron el tiempo medio de cierre mensual en 7,5 días, lo que equivale a 90 días de trabajo al año. 

El estudio también revela que los contables más experimentados utilizaron la IA de forma más estratégica y obtuvieron mayores mejoras de rendimiento que sus compañeros menos experimentados, lo que sugiere que la experiencia humana sigue siendo clave para maximizar el valor de la IA. Estos datos demuestran que el retorno real de la IA aparece cuando se aplica con propósito y contexto. 

La lección es clara: la IA ofrece un valor extraordinario cuando se orienta a resolver problemas reales. En la contabilidad, la tecnología se ocupa de la “colada” del procesamiento de datos, como señala la profesora del MIT, Chloe Xie, y libera a los profesionales para enfocarse en el análisis y la estrategia. Es en estos ámbitos donde la automatización se convierte en ventaja competitiva. 

Aun así, el 62% de los encuestados expresó inquietudes sobre la precisión de la IA, lo que demuestra la necesidad de una adopción responsable y de utilizar los modelos y datos adecuados para cada caso, apoyándose en socios tecnológicos de confianza y marcos regulatorios sólidos como la Ley de IA de la Unión Europea.

Sin embargo, la mayoría de los encuestados también considera que la IA aumenta la satisfacción laboral al reducir el trabajo repetitivo. La prudencia no es un freno, es lo que convierte la innovación en resultados sostenibles y conformes. 

De hecho, las empresas que realmente están triunfando con la IA lo hacen de manera diferente. Según el MIT, tienen tres rasgos comunes y uno de ellos es fundamental: contar con un socio tecnológico de confianza que las acompañe en el proceso de transformación. Además, priorizan soluciones adaptadas a sus necesidades antes que desarrollarlas internamente, empoderan a los líderes de equipo y usuarios avanzados para liderar la adopción y exigen integración profunda y aprendizaje continuo en las herramientas que incorporan. 

Por eso, cuando hablamos de IA generativa, no deberíamos reducir la conversación a eficiencia o moda tecnológica. Hablamos de estrategia empresarial y retorno real. La diferencia entre adoptar e impactar reside en cómo se implementa, con qué propósito y con quién se hace el camino. 

En definitiva, la IA generativa no sustituye al profesional; lo potencia. Permite que las personas dediquen menos tiempo a la rutina y más a la visión. Porque, al final, la verdadera transformación digital no ocurre por adoptar tecnología, sino por integrarla con inteligencia humana. 

La pregunta que todos los directivos debemos hacernos hoy es clara: ¿dónde está realmente el retorno de la inversión en IA? 

***Javier Torres es general manager de Cegid en Iberia, Latam y África, y presidente del MIT Club de España