Joaquín Canals.

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Opinión FAST & FORWARD

Europa pisa el acelerador en tecnología financiera

Joaquín Canals
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Durante más de una década, Europa observó la revolución financiera digital con distancia. El potencial de blockchain era evidente, pero la aplicación real avanzaba despacio, limitada por la incertidumbre regulatoria y por proyectos que no llegaban a consolidarse. Sin embargo, ese ciclo se está cerrando. En 2025, el continente ha entrado en una nueva etapa y la tecnología empieza a convertirse en infraestructura. Y esto cambia por completo la conversación.

La tokenización ha pasado de ser una posibilidad a formar parte, de manera paulatina pero real, de ciertos procesos financieros. Han surgido fondos tokenizados, emisiones digitales y soluciones de custodia más estructuradas, que han permitido a instituciones e inversores minoristas experimentar con nuevas formas de gestionar activos. Son pasos prudentes, pero consistentes, hacia un modelo operativo más ordenado y automatizable.

Este punto de inflexión no ha surgido de la nada. Europa ha dado un paso en firme y ha pasado a construir un entorno donde tecnología, industria y regulación avanzan alineadas. La entrada en vigor de MiCA y el despliegue del régimen piloto DLT han aportado la estabilidad que le faltaba al sistema. Su papel no es dirigir la adopción tecnológica, sino ofrecer un entorno de referencia que dé seguridad a las entidades a la hora de poner en marcha nuevos modelos digitales.

Así, el verdadero cambio está en la mentalidad. Durante años, la conversación sobre el blockchain giraba más en torno al riesgo que a la oportunidad. Hoy ocurre lo contrario. Los departamentos de innovación plantean estas tecnologías como herramientas para rediseñar las infraestructuras digitales.

En este sentido, el ecosistema europeo está entrando en una carrera más tecnológica que financiera. Los países que sean capaces de integrar sistemas basados en DLT, identidad digital verificable e infraestructuras interoperables modernizarán sus mercados y definirán las reglas del futuro. Y aquí es donde se juega la ventaja competitiva.

El reto ya no es demostrar que la tecnología funciona porque eso está superado. El desafío es crear una infraestructura común capaz de conectar soluciones, instituciones y jurisdicciones sin generar nuevas fragmentaciones. Si cada entidad desarrolla su propio modelo digital, la tokenización ampliará su mercado, pero también este se volverá más complejo e incompatible, por lo que el posible desarrollo se volverá ineficiente. En cambio, si avanzamos hacia un conjunto de estándares compartidos, podremos construir un ecosistema cohesionado donde activos, datos y operaciones circulen sin fricciones.

La buena noticia es que los primeros pasos ya están en marcha. El Eurosistema está probando modelos de dinero del banco central conectados con redes DLT, mecanismos de liquidación onchain y experimentos que anticipan cómo será operar en un entorno donde las transacciones digitales conviven con la infraestructura tradicional. Para 2026, con el cierre de los periodos transitorios de MiCA, el continente tendrá una de las bases más sólidas del mundo para desplegar servicios financieros digitales a escala.

Si este camino continúa, la frontera entre finanzas tradicionales y digitales empezará a difuminarse. Las entidades podrán automatizar procesos que hoy requieren días, coordinar información en tiempo real y diseñar productos adaptados a un mercado que pide eficiencia, precisión y trazabilidad. Todo ello, además, se podrá hacer en un entorno regulado, seguro y estable.

La banca europea puede limitarse a acompañar el ritmo del mercado o puede liderar la definición de estándares, infraestructuras y modelos operativos que marcarán la próxima década. Europa tiene ante sí la oportunidad de convertir la convergencia entre tecnología, regulación e industria en una posición de referencia global y sentar las bases de la economía digital del futuro, basada en servicios más accesibles, inteligentes y profundamente más eficientes.

***Joaquín Canals es Head of Institutional Partnerships de Bitpanda para el Sur de Europa