La realidad no es tan pesimista como creen si se paran a escucharla. Entre tantos titulares sombríos, laten datos que parecen hablar otro idioma: el del avance, la resiliencia, y la esperanza.En un mundo de derrotismo y sombras, en el que hace falta valor para encender el televisor o abrir el periódico, parece que ignoramos lo obvio: lo que importa, lo que da confianza en el mañana.
España no solo aparece en el mapa de la industria verde: está cambiando ese mapa.
Las cifras hablan por sí solas: la industria representa hoy el 15 % del PIB de nuestro país, situándose por encima de economías como Bélgica, Países Bajos o Francia. Y, a diferencia de potencias industriales tradicionales como Alemania o Italia, la manufactura en España sigue expandiéndose. Estamos creciendo por encima del conjunto de las economías avanzadas.
Otro dato revelador: en los últimos seis años, España se ha convertido en el segundo destino del mundo en inversión extranjera directa en nuevos proyectos de energías limpias.
Y la tendencia se acelera: mientras la inversión en tecnologías limpias emergentes caía un 24 % en Europa en 2024, en la Península Ibérica subía un 38 % (según los datos de Cleantech for Europe). Solo en el segundo trimestre de 2025, las startups y scaleups cleantech de España y Portugal levantaron cerca de 371 millones de euros, multiplicando por seis la cifra del mismo período del año anterior. El mayor volumen en cinco trimestres.
Una avalancha de capital que reconoce lo evidente: una reducción de los precios de la energía, un avance decidido en reindustrialización verde y una mayor autonomía estratégica.
Este crecimiento no es el de antes. En seis años, las emisiones del sector eléctrico han caído un 60 %, situándonos como la cuarta gran economía más sostenible del mundo y líderes europeos en agricultura ecológica. Nunca antes habíamos crecido sin aumentar las emisiones. Lideramos con el ejemplo: somos la prueba de que sostenibilidad y crecimiento industrial pueden ir de la mano.
Y este optimismo no se alimenta solo de grandes cifras, sino de beneficios concretos. La electricidad en España es hoy un 30 % más barata que la media europea gracias al despliegue de las renovables. Ese ahorro no es abstracto: se traduce en facturas más bajas, hogares más tranquilos, empresas más competitivas. Se traduce en una mejora palpable de la vida diaria. Un país con más industria verde es, también, un país con más calidad de vida.
Estos datos demuestran que en España no esperamos a que otros marquen el rumbo de la reindustrialización: lo trazamos con decisión.
Pero para seguir liderando, nuestro reto ahora es escalar. Las tecnologías limpias necesarias para descarbonizar ya están inventadas. El problema es que 30 % de estas aún no se ha comercializado a gran escala. Existe en la Península Ibérica una brecha crítica de capital para el crecimiento de estas tecnologías. Según el último informe de Cleantech for Iberia, la región necesita hasta 50.000 millones de euros adicionales cada año hasta 2030, es decir, 250.000 millones de euros en total, para transformar la urgencia climática en prosperidad compartida.
La transición verde no es un gasto: es la brújula hacia un futuro más justo, autónomo y luminoso.
Para cubrir esta brecha necesitamos capital paciente y catalítico, garantías públicas, esquemas de financiación público-privada (blended finance) y herramientas como el venture debt que faciliten la bancabilidad de los proyectos y los conviertan en las fábricas verdes del futuro, aquí, en España.
Liberar el capital para las cleantech no es solo un reto financiero: es una oportunidad estratégica. Para los inversores, significa acceso con riesgo mitigado a uno de los mercados de tecnología limpia de más rápido crecimiento en Europa. Para los innovadores, abre el camino al escalado, mientras que para los responsables políticos, es la ocasión de situar a la península en el corazón del futuro industrial europeo.
En tiempos de desconfianza, la reindustrialización es vacuna contra el derrotismo. Y lo que no nos dejan ver entre tanta sombra es que, quizás, ya estamos encendiendo la luz...