Catalina Grimalt Falcó es subdirectora general de Organización y Recursos Internos de Autoridad Portuaria de Barcelona, directora general Barcelona Port Innovation y Presidente de Honor de cios.cat

Catalina Grimalt Falcó es subdirectora general de Organización y Recursos Internos de Autoridad Portuaria de Barcelona, directora general Barcelona Port Innovation y Presidente de Honor de cios.cat

Opinión horizontes de la ingeniería

¿Y tú, aún no cuentas con tu CIO?

Catalina Grimalt Falcó
Publicada

¿Qué pensarías de una dirección general que no cuenta entre sus personas colaboradoras más cercanas con la dirección financiera o comercial? Pues eso mismo ocurre hoy en día en muchas empresas españolas con la figura del CIO o responsable de tecnología. De hecho, el 71% de las empresas medianas en España aún considera el área de TI como un mero soporte, sin presencia en el comité ejecutivo, según el Observatorio Nacional de Tecnología. ¿Y tú, aún no cuentas con tu CIO?

Vivimos en un momento de transformación acelerada. La digitalización ha dejado de ser una promesa de futuro para convertirse en un pilar de crecimiento económico. Durante la pandemia y la posterior crisis geopolítica, el músculo de la economía digital demostró su resiliencia: mientras el PIB español caía un 9,8% en 2020, el sector digital apenas retrocedía un 2,4%.

España ocupa hoy el noveno puesto en conectividad dentro de la UE, con un 92% de los hogares conectados a redes de muy alta capacidad. Además, el despliegue del 5G avanza con fuerza, con más de 5.000 millones de euros en inversiones y la previsión de generar más de 300.000 empleos.

Pero no todo son luces. Persisten retos importantes: la brecha digital por edad o nivel socioeconómico, la escasa digitalización de muchas microempresas, y la falta de talento especializado. La transformación digital no puede ser solo tecnológica: debe ser también ética, inclusiva y centrada en las personas.

Y aquí es donde el CIO se convierte en figura clave. Porque no se trata solo de implantar tecnología, sino de repensar procesos, modelos de negocio y formas de relacionarse con clientela y ciudadanía. De liderar, en definitiva, una transformación que es tan cultural como técnica.

A pesar de que la digitalización está en el centro de la competitividad empresarial, muchas direcciones generales siguen viendo al CIO como una persona gestora de sistemas, una proveedora interna o, peor aún, como un centro de costes. Esta visión reduccionista tiene raíces profundas: durante años, los proyectos TIC se han evaluado únicamente por su impacto presupuestario, no por su capacidad de generar valor o transformar el negocio.

Pero esta mirada estática ya no es sostenible. Las compañías no pueden permitirse tener un equipo directivo que alardee de no entender de tecnología. Hoy, un comité de dirección sin visión tecnológica es tan incompleto como uno sin visión financiera.

El CIO debe estar en el comité de dirección, conocer la estrategia de la compañía y participar en las decisiones clave. Solo así puede dejar de ser una persona ejecutora para convertirse en impulsora de innovación, eficiencia y crecimiento. De hecho, muchos proyectos digitales que estaban paralizados antes de la pandemia solo vieron la luz cuando el CIO tuvo la oportunidad de liderarlos directamente.

¿Qué se están perdiendo las empresas no tiene al CIO en el Comité Ejecutivo? Agilidad estratégica (sin el CIO en la mesa de decisiones, la empresa reacciona tarde a los cambios tecnológicos), innovación realista (el CIO es quien puede traducir las tendencias en soluciones aplicables al negocio, analizando no solo posibles beneficios, sino también los riesgos), ciberseguridad proactiva (hoy, proteger la cadena de valor digital es una prioridad que no puede delegarse en un segundo nivel) y cultura de datos (sin liderazgo tecnológico, la explotación inteligente de la información queda en manos de terceros o se dispersa).

El CIO no es solo una persona experta en tecnología. Es quien construye puentes entre lo posible y lo necesario. Y cuando se le relega a un rol técnico, la empresa pierde visión, velocidad y ventaja competitiva. El CIO también es clave cuando la tecnología no es el negocio

Es un error común pensar que el CIO solo es estratégico en empresas tecnológicas o digitales. Nada más lejos de la realidad. Incluso en sectores donde el producto o servicio no es tecnológico —como la alimentación, la construcción, la logística o la educación—, la tecnología impacta transversalmente en todos los procesos: desde la cadena de suministro hasta la experiencia de clientela, pasando por la eficiencia operativa, la gestión del talento o la sostenibilidad.

En estos entornos, el CIO no solo aporta soluciones técnicas. Aporta visión. Es quien puede identificar oportunidades de mejora, anticipar riesgos y traducir los retos del negocio en soluciones viables. El CIO debe trabajar con sus colegas de otras áreas, estar más tiempo hablando de negocio que de tecnología y explorar, junto a ellas, cómo la tecnología puede resolver retos conocidos o abrir nuevas oportunidades.

Además, en un mundo donde la ciberseguridad, la automatización y la gestión del dato son ya parte del día a día de cualquier organización, no contar con un CIO en el comité de dirección es como navegar sin radar. Porque, aunque la tecnología no sea el núcleo del negocio, sí es el sistema nervioso que lo conecta todo.

Y no se trata solo de eficiencia. Se trata de resiliencia, de capacidad de adaptación, de innovación continua. El CIO es quien puede liderar esa transformación silenciosa que convierte una empresa tradicional en una organización preparada para competir en un entorno digital.

¿Qué puede hacer el CIO para convencer a la dirección general? El CIO no puede esperar a que lo llamen a la mesa de decisiones. Tiene que ganarse ese espacio. ¿Cómo? Hablando el lenguaje del negocio, no el de la tecnología. Según el documento del Comité Asesor de CIOs, una de las claves es que el CIO “debe pasar más tiempo hablando de negocio que de tecnología”.

Aquí algunas acciones concretas que puede emprender:

  • Traducir tecnología en valor: no se trata de hablar de servidores o plataformas, sino de cómo una solución digital puede aumentar ingresos, reducir costes o mejorar la experiencia de cliente.

  • Impulsar proyectos con retorno claro: el CIO debe liderar iniciativas que generen resultados tangibles y medibles y comunicarlos con claridad al comité de dirección.

  • Explorar junto al negocio: en lugar de limitarse a ejecutar, debe colaborar con otras áreas para identificar retos y oportunidades donde la tecnología pueda marcar la diferencia.

  • Ser el motor de la innovación: el CIO debe abrir el camino de la exploración, no solo de la explotación. Proponer pilotos, experimentar y demostrar que la innovación no es un lujo, sino una necesidad.

  • Alinear la tecnología con la estrategia: participar activamente en la definición del plan estratégico de la empresa y asegurar que las decisiones tecnológicas están al servicio de los objetivos corporativos

  • Construir confianza: mostrar liderazgo, visión y capacidad de ejecución. Ser una persona aliada, no una proveedora interna.

Pero, para que eso cambie, el CIO debe ser el primero en tender puentes, en hablar de negocio y en demostrar que su rol no es un gasto, sino una inversión estratégica.

Estamos en un momento decisivo. La tecnología ya no es una opción, es el terreno donde se juega la competitividad y la sostenibilidad de nuestras organizaciones. Y el CIO no es una persona técnica más: es quien puede garantizar que la tecnología esté al servicio de las personas, del negocio y de la sociedad.

Europa ha dado un paso valiente con la primera ley de inteligencia artificial del mundo, situando a las personas en el centro. Pero esa visión necesita ejecutores. Necesita líderes tecnológicos con voz, con criterio y con espacio en los órganos de decisión. Necesita CIOs empoderados, profesionales de las tecnologías de la información, con la formación adecuada, criterio y experiencia.

Por eso, si formas parte de una dirección general y aún no cuentas con tu CIO en el comité de dirección, pregúntate: ¿Estás dejando fuera al único perfil capaz de conectar estrategia, innovación y tecnología? ¿Estás renunciando a una ventaja competitiva que ya no puedes permitirte ignorar?

Y si eres CIO, no esperes a que te inviten. Demuestra con hechos, con visión y con resultados que tu lugar está en la mesa donde se decide el futuro.

Porque el futuro ya no se improvisa. Se diseña. Y se lidera.

*** Catalina Grimalt Falcó es subdirectora general de Organización y Recursos Internos de Autoridad Portuaria de Barcelona, directora general Barcelona Port Innovation y Presidente de Honor de cios.cat.