Miguel Sánchez Galindo.
La reciente orden ejecutiva del expresidente Donald Trump para eliminar los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) ha generado una fuerte controversia. Esta orden persigue desmantelar cualquier iniciativa de fomento de la discriminación inversa y criterios ideológicos en instituciones públicas y privadas que reciben fondos federales.
Mientras sus partidarios defienden la medida argumentando un posible impacto negativo de estos programas, sus críticos alertan sobre el retroceso en equidad e inclusión en los ámbitos educativo y laboral.
Estas iniciativas de diversidad, equidad e inclusión forman parte del llamado compromiso social de las empresas, un concepto cada vez más presente en las estrategias corporativas y en la agenda empresarial.
En España, el 'Informe del Impacto Social de las Empresas', elaborado por la Fundación SERES en colaboración con Deloitte, analiza la contribución social de las empresas participantes, evaluándolas en cinco dimensiones o capitales: humano, organizacional, relacional, económico y comunicación social.
Este informe destaca avances en inclusión laboral, como la integración de personas con discapacidad en las empresas, así como la contribución empresarial a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con énfasis en igualdad de género (ODS 5), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8) y reducción de desigualdades (ODS 10).
Según los datos del informe 2024, en el sector de la transformación digital (incluyendo empresas tecnológicas y telecomunicaciones), las prioridades en estrategias de impacto social incluyen, “Trabajo decente y crecimiento económico”, “Industria, innovación e infraestructura”, “Educación de calidad”, “Reducción de las desigualdades” y “Alianzas para lograr los objetivos”.
En el contexto actual, medir y cuantificar el impacto social de las empresas es más necesario que nunca. Nuestra hoja de ruta para los próximos meses incluye iniciativas orientadas a maximizar el impacto positivo de la tecnología en áreas clave, promoviendo una digitalización inclusiva, ética y accesible.
Para ello, contamos con una línea de trabajo de impacto social que impulsa proyectos de inclusión, accesibilidad tecnológica, ética e innovación social, entre los que destacan:
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Diálogos con el tercer sector: encuentros con entidades del tercer sector para compartir casos de éxito donde la digitalización ha sido clave y detectar necesidades donde la tecnología pueda generar un cambio significativo.
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Informe sobre sesgos tecnológicos: análisis de los sesgos presentes en las tecnologías actuales y estrategias para erradicarlos.
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Informe sobre algoritmos verdes: estudio de las mejores prácticas y estrategias tecnológicas que contribuyen a reducir el impacto ambiental del sector.
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Por Talento Digital: participación en el proyecto de formación en competencias digitales para personas con discapacidad, impulsado por Fundación ONCE, para ampliar sus oportunidades laborales.
Además, durante este año, nuestra línea de Talento y Empleo llevará a cabo proyectos dirigidos a fomentar las vocaciones STEM y a identificar soluciones para afrontar el reto demográfico.
Nuestro propósito es contribuir a que España sea un país más próspero, resiliente y competitivo a través de la transformación digital. Esto implica impulsar la digitalización real de ciudadanos, empresas y administraciones públicas con nuestro conocimiento y experiencia. En este camino, el compromiso social es parte esencial de nuestro ADN, y seguiremos trabajando para ayudar a nuestras empresas asociadas a desarrollar sus proyectos sociales, así como en la medición y evaluación estandarizada del impacto social de nuestro sector.
*** Miguel Sánchez Galindo es director general de DigitalES.