Gabriela Asturias, la médica guatemalteca premio Princesa de Girona Internacional 2025.
Gabriela Asturias, la joven médica que gana el Princesa de Girona por crear el asistente de salud pública de Guatemala
La plataforma Alma, creada en pandemia, combina IA y evidencia clínica para guiar a pacientes vulnerables en su acceso a los servicios sanitarios.
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Al otro lado del teléfono hay seis horas de diferencia horaria con España. La voz que responde transmite firmeza y vitalidad. Su timbre es propio de una persona joven, y con confianza y seguridad en sí misma. Así es Gabriela Asturias, la joven guatemalteca que con 30 años ha recibido el premio Princesa de Girona Internacional 2025.
No esconde que cuando le comunicaron este reconocimiento se quedó “en shock, por el alto nivel de estos galardones, ya me había hecho a la idea de que no sería para mí”, confiesa en entrevista con DISRUPTORES - EL ESPAÑOL. Pero esta vez su intuición falló.
Formada en Neurociencia por la Universidad de Duke (Durham, Carolina del Norte) y en Medicina por la Universidad de Stanford (California), donde actualmente imparte clase, Asturias es cofundadora y CEO de Fundegua (Fundación Desarrolla Guatemala para la Educación y la Salud). Desde aquí lidera el desarrollo de Alma, un asistente digital de salud pública creado durante la pandemia, que combina inteligencia artificial y “evidencias clínicas”.
Su propósito era que los ciudadanos -“sobre todo de los entornos más vulnerables”, puntualiza-, pudieran plantear sus dudas médicas y logísticas, como a dónde acudir en caso de contagio, y servirles de guía.“La idea era tener un espacio donde preguntar y entender lo que estaba pasando con el virus. Y también hacerles comprender que la evidencia evolucionaba, al principio ni siquiera se recomendaban las mascarillas y después sí”, explica.
En ese momento, esta médico y neuróloga vivía en Estados Unidos y ya estaba siendo testigo del colapso de los servicios sanitarios. “Pensé que si en un sistema como el estadounidense había escasez, falta de información y confusión, ¿qué podría pasar en Guatemala?”, recuerda.
“Queríamos que Alma hablara como un amigo y por los mismos canales por los que circulaba la desinformación"
En este país, según cuenta, el sistema de salud público atiende al 80% de la población, pero no contaba con infraestructura suficiente para transmitir las recomendaciones oficiales debido al limitado acceso digital a información sanitaria. Junto a los ingenieros Juan Roberto Alvarado y Juan Luis López, y la doctora Alejandra Penagos, empezó a pensar en una solución que combinara “tecnología y proximidad”.
El resultado fue un chatbot gratuito y personalizado, accesible desde WhatsApp, Facebook y una página web, que se apoyaba en un centro de atención telefónica. “En 2020, los chatbots no eran lo que son hoy. Queríamos que las personas entendieran que podían hablar con Alma como si fuera un amigo. Y por eso escogimos esas plataformas: porque eran las que ya usaban y por donde circulaba la desinformación [sobre la pandemia]”.
Digitalización a contrarreloj
Desde el comienzo, esas recomendaciones médicas se complementaron con información de toda la parte logística sobre dónde vacunarse, qué papeles se necesitaban para realizarse una prueba PCR o cómo llegar a un centro de salud.
“En muchos países puedes buscar en internet y encontrar un listado completo con direcciones, horarios o requisitos. En Guatemala, eso no existía”. Para hacer posible este proyecto, fue fundamental la colaboración con el Ministerio de Salud Pública de Guatemala, que en ese momento sólo publicaba un listado en PDF con direcciones, pero sin horarios ni información práctica.
"En Guatemala no existía una guía digital de centros de salud, tuvimos que crearla"
Una cooperación que permitió digitalizar bases de datos que estaban en hojas de cálculo o documentos físicos. “En la pandemia pasó algo increíble: mucha gente empezó a ayudar. Era un trabajo de hormiga, pero los propios ciudadanos querían que sus comunidades tuvieran la mejor información posible”.
A lo largo del proceso, también contaron con la información que les enviaban los voluntarios de los centros de vacunación. “Incluso personas que acababan de vacunarse nos escribían contándonos cómo fue su experiencia. Gracias a eso, conseguimos tener datos más detallados y actualizados que los que proporcionaban las fuentes oficiales”.
Tecnología como acompañamiento
Alma tuvo muy buena acogida. En 2020 alcanzaron los 100.000 usuarios, en 2021 superaron el millón, hasta 2024 han atendido a tres millones de personas y en los primeros nueve meses de 2025 han sumado medio millón más. Su popularidad fue tal, que en 2021 el periódico Prensa Libre nombró a Alma “Personaje del Año”.
Hoy, con un equipo de 15 personas, entre los que hay personal clínico, desarrolladores y especialistas en atención al usuario, esta herramienta, además de ofrecer orientación general, también resuelve cuestiones sobre calendarios de vacunación, salud mental o intervenciones quirúrgicas.
Gabriela Asturias, la médica guatemalteca premio Princesa de Girona Internacional 2025.
“Seguimos resolviendo dudas médicas, pero también indicamos a dónde ir según el departamento donde vivan. Y si necesitan una vacuna, decimos dónde está disponible la más cercana, a qué hora pueden acudir y qué necesitan llevar. No es sólo una respuesta médica, es acompañamiento”, presume.
Aunque Alma comenzó funcionando en español y cinco lenguas mayas, como una forma de acercarse a las comunidades indígenas, el esfuerzo humano y económico no tuvo la respuesta esperada. “Nuestro sistema de salud está en español, así que eran pocos los que empleaban otro idioma en sus comunicaciones”.
"Alma no es sólo una respuesta médica, es acompañamiento: indica qué hacer, dónde ir y qué llevar"
De ahí que tras la pandemia decidieron volcarse en entrenar su modelo de IA en español, idioma en el que opera actualmente por escrito en WhatsApp, redes sociales y el sitio web.
También dispone de un número de teléfono de cuatro cifras, atendido por personas que escuchan y responden en tiempo real. “Cuando una consulta no puede ser resuelta por el chatbot, se deriva al equipo clínico o se gestiona mediante audios, que también son monitorizados y atendidos”, detalla Asturias.
Escalado
Con la plataforma consolidada, el equipo prepara ahora su siguiente paso. A corto plazo, están desarrollando una nueva línea de negocio dirigida a la formación continua para profesionales de la salud con inteligencia artificial . “Será una capacitación a distancia, por WhatsApp, para que sigan aprendiendo de la manera más cómoda y accesible posible”. Adelanta a este medio que el piloto estará listo el próximo año.
A medio plazo, el objetivo es escalar el modelo de Alma y adaptarlo a otros países con necesidades similares. “La desinformación y la falta de logística no son problemas únicos de Guatemala. Sabemos que este enfoque puede ser útil en muchos otros lugares”, asevera.
“La desinformación y la falta de logística no son problemas únicos de Guatemala"
Así, lo que comenzó como una herramienta para ofrecer información sanitaria en plena pandemia se ha convertido en un servicio con millones de usuarios, a los que orienta para que sepan qué hacer.
“Nuestro propósito siempre ha sido el mismo: que cualquier persona pueda entender qué le está pasando, qué puede hacer y cómo llegar hasta el centro donde pueden atenderle sin perderse por el camino”. El reto de Gabriela Asturias, y de todo su equipo, es que la tecnología sirva para acompañar. No prometen soluciones milagrosas, pero sí dar respuestas.