Ignacio Alcalde, experto en urbanismo

Ignacio Alcalde, experto en urbanismo Gracia Cid

Investigación ENTREVISTA

Ignacio Alcalde, experto en urbanismo: "El siglo XXI no es el siglo de las ciudades, es el siglo de las metrópolis como Madrid"

Este visionario reivindica la orquestación del territorio alrededor de las grandes metrópoli, la inclusión con propósito de la tecnología en las ciudades y el uso de las políticas de urbanismo para acabar con la crisis de vivienda.

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Ignacio Alcalde es uno de los urbanistas más influyentes en España y Europa, un visionario del desarrollo urbano que lleva años impulsando un concepto que va más allá de la simple ordenación o digitalización de las ciudades: la inteligencia urbana como una combinación de valores, visión y tecnología. Una inteligencia entendida como la confluencia de múltiples elementos, de la razón y la emoción, que debe guiar el modelo de ciudad que deseamos y, como derivada de ella, la tecnología que la hará posible.

No habla de oídas: en su haber está en desarrollo de la exitosa política de territorio del País Vasco o, más recientemente, los proyectos para reinventar ciudades como Alicante o Andorra la Vella. Y, en todos esos trabajos, Alcalde se enfrenta a los mismos retos: la movilidad sostenible, el equilibrio entre tecnología y humanismo, la lucha contra la crisis de la vivienda y el papel que deben jugar las ciudades medianas en un mundo dominado por las grandes urbes

La conversación con Alcalde llega en un momento imprescindible, cuando las metrópolis del mundo parecen suceder en tendencia a la misma denominación de 'gran ciudad'. Madrid, en su opinión, se perfila como la gran metrópoli del sur de Europa, atrayendo inversión y talento con una estrategia que combina apertura económica, calidad de vida y un modelo urbano mediterráneo envidiado a nivel internacional.

Con una mirada pragmática, el urbanista advierte en una nueva entrevista con DISRUPTORES - EL ESPAÑOL (la anterior data de 2020, en un contexto diametralmente diferente) sobre los riesgos de dejar la planificación en manos de la inercia o de los intereses privados sin una visión clara y reclama una nueva forma de pensar el urbanismo, donde la prosperidad y la calidad de vida vayan de la mano. Y más todavía: sienta las bases de un necesario debate sobre cómo queremos vivir y convivir. Ahí es nada.

Pregunta: Me gusta el concepto de la ciudad como un ser vivo. La última vez que hablamos, mencionaste la idea de la ciudad de la visión, los valores y la tecnología. ¿Sigues manteniendo ese enfoque?

Ignacio Alcalde: Sí, seguimos con esa mirada porque está funcionando bien. El concepto de inteligencia urbana parte de los valores, en primer lugar. Sobre esos valores construimos la visión y, a partir de esa visión, sumamos la capa de tecnología. Esto es completamente diferente a la idea de smart city, que empieza por la tecnología y, en mi opinión, ese es su gran error.

Si no tienes claros los valores de la ciudad ni defines su visión a futuro, la tecnología termina sirviendo más a los intereses de las compañías tecnológicas que a los de la ciudad. Por eso suelo decir que el modelo de smart city ha fallado, porque ha sido mucho smart y poco city.

Pregunta: Hace cuatro años hablamos sobre el impacto de la pandemia en las ciudades y sobre la posibilidad de una migración masiva al campo. Se pensaba que el teletrabajo y los cambios de hábitos transformarían los entornos urbanos. Pero eso no es lo que ha sucedido, o al menos no en la magnitud esperada. Qué ha pasado realmente?

Ignacio Alcalde: Lo que hemos visto es que, en realidad, todo se está concentrando aún más en la gran escala, en la escala metropolitana. Se suele decir que el siglo XXI será el siglo de las ciudades, pero esto no es totalmente cierto. Realmente va a ser el siglo de las metrópolis.

Ciudad y metrópoli no son lo mismo. Una metrópoli no es una ciudad grande, del mismo modo que un tigre no es un gato grande. Si intentamos manejar una metrópoli con la lógica de una ciudad, acabaremos mal.

"Una metrópoli no es una ciudad grande, del mismo modo que un tigre no es un gato grande"

Ignacio Alcalde, urbanista

Los datos de Naciones Unidas estiman que en 2050 habrá cerca de 10.000 millones de habitantes en el planeta y, de ellos, más de dos tercios serán urbanos. Pero este dato suele simplificarse demasiado. La realidad es que, dentro de ese porcentaje, la mitad vivirá en ciudades y la otra mitad en metrópolis. Son realidades diferentes y, por lo tanto, tenemos que poner el foco de manera diferenciada en ambas.

Todas las tendencias nos indican que la gran concentración de actividad se está dando en la escala metropolitana. Madrid, por ejemplo, se está configurando como la gran metrópoli del sur de Europa. Las ciudades medias, por su parte, tendrán futuros diferentes según su capacidad de generar estrategias de cooperación y complementariedad con sus vecinas. Y el mundo rural, lamentablemente, lo tiene más difícil, por lo que habrá que ayudarle.

Pregunta: Esto representa un cambio en tu discurso, porque en nuestra última conversación defendías la importancia de las ciudades medianas y la idea de tejer redes entre ellas...

Ignacio Alcalde: Efectivamente, y sigue siendo mi apuesta. Creo que la calidad urbana se encuentra, en gran medida, en las ciudades medianas. Pero la realidad es que todo se está cociendo en la escala metropolitana. Por eso, las ciudades medianas deben tratar de subirse a ese tren mediante estrategias de cooperación con ciudades vecinas, complementándose entre sí. Hay territorios que ya lo están haciendo, pero todavía es un tema del que se habla poco.

También hay que entender que la realidad metropolitana no es uniforme. No estamos hablando solo de áreas metropolitanas clásicas, sino también de regiones metropolitanas, de ciudades-región y de estructuras urbanas policéntricas. Es un ecosistema complejo y diverso, y eso no se está discutiendo lo suficiente.

Otro punto clave es que la gobernanza metropolitana suele ser un problema. No existe un único esquema de gobernanza para las metrópolis, y normalmente hay un déficit en este sentido. La ciudad principal no quiere ceder poder, y las ciudades de su entorno la ven como la que se lleva todos los privilegios. Esto genera bloqueos, porque no suele haber una estructura administrativa clara a nivel metropolitano.

Y, sin embargo, todo nos indica que la actividad económica y la atracción de talento se están concentrando en estos grandes espacios urbanos. Un estudio de la OCDE ha analizado los movimientos de personas jóvenes en edad de trabajar y ha concluido que el 95% de estos desplazamientos se producen hacia entornos metropolitanos.

Pregunta: Has mencionado Madrid como paradigma de este proceso. En los últimos años se habla cada vez más del papel protagonista que está asumiendo la ciudad frente a otras capitales europeas. En el pasado, Milán tuvo un momento de esplendor, y en los años 90 Barcelona era una ciudad en ebullición con un área metropolitana potente. ¿Qué factores te llevan a decir que Madrid será la gran metrópoli del sur de Europa en 2050?

Ignacio Alcalde: Creo que es la suma de varios factores. Por un lado, la tendencia global a concentrarse en metrópolis es clara. Pero también es importante que Madrid está apostando por ser una ciudad abierta a la inversión y al talento.

Otro fenómeno clave es el cambio de percepción en Latinoamérica. Durante mucho tiempo, Miami era vista como la referencia para América Latina, pero eso está cambiando. Madrid se está consolidando como la ciudad de referencia para Latinoamérica por razones culturales, por cercanía y porque el modelo urbano de Madrid es claramente superior al modelo norteamericano.

Vistas aéreas de Madrid.

Vistas aéreas de Madrid. iStock

Si lo comparamos con otras grandes capitales europeas, también vemos diferencias. París, por ejemplo, tiene enormes problemas para integrar a su población inmigrante. Después de varias generaciones, muchas comunidades siguen viviendo en barrios gueto, lo que ha derivado en problemas de inseguridad y en una fuerte fragmentación social. En Madrid no hemos tenido esos problemas. La inmigración, especialmente la procedente de Latinoamérica, ha sido más fácil de integrar porque es culturalmente más cercana. 

En España solemos flagelarnos y criticar lo que hacemos mal, pero creo que en este caso se han hecho las cosas bien.

Pregunta: En el contexto de esta evolución, un tema fundamental es la vertebración territorial. Si Madrid sigue creciendo, ¿cómo evitar que absorba todo y que el resto del sistema urbano español se debilite?

Ignacio Alcalde: La clave está en la complementariedad. Madrid debe articularse bien con el resto de ciudades del sistema ibérico. No se trata de que absorba todo, sino de que se complemente con las ciudades de escala intermedia.

En España tenemos un modelo urbano mediterráneo fantástico, con ciudades que tienen una escala humana y que ofrecen una calidad de vida altísima. Es fundamental mantener ese modelo y encontrar mecanismos para que Madrid no crezca a costa del resto, sino en coordinación con él.

Un buen ejemplo de esto es Alicante. Hemos trabajado recientemente en el diseño del modelo urbano de futuro de la ciudad, llamado Alicante 4D, para definir un urbanismo con visión a 2050.

Pregunta: ¿En qué consiste este modelo y cómo busca posicionar a Alicante?

Ignacio Alcalde: Alicante 4D es un modelo que busca reforzar la identidad mediterránea de la ciudad y apostar por un crecimiento equilibrado. Se basa en una idea sencilla: en lugar de rechazar el turismo, como hacen algunas ciudades, Alicante ha decidido integrarlo mejor en su desarrollo.

En lugar de concentrar todo el turismo en el centro y en la zona de playa, se está trabajando en estrategias para distribuirlo mejor por la ciudad, llevándolo también a los barrios. Para ello, se están potenciando equipamientos en distintas zonas y reforzando elementos culturales que ayuden a descentralizar la actividad turística.

Otro punto clave del modelo es aprovechar los activos de excelencia que ya tiene Alicante para atraer talento. La ciudad cuenta con un aeropuerto con conexiones internacionales, tren de alta velocidad, autopistas, hoteles, restaurantes y un clima envidiable. Todo esto se ha utilizado históricamente para atraer turistas, pero también puede servir para atraer talento.

Además, Alicante está en un momento clave para renovar su planeamiento urbanístico. Su plan general es de 1987 y ya tocaba actualizarlo. Lo complejo, en estos casos, son las implicaciones políticas y económicas de un cambio de esta magnitud. Por eso, el primer paso que hemos dado ha sido definir un modelo de ciudad con una visión clara, que sirva de base para la actualización del plan.

Pregunta: Has mencionado la importancia de la visión en el urbanismo. Últimamente has desarrollado el concepto de "inteligencia urbana como convergencia de inteligencias múltiples". ¿En qué consiste exactamente?

Ignacio Alcalde: Es un concepto en el que hemos estado trabajando recientemente y que hemos aplicado en Alicante y en otros proyectos. Parte de un aprendizaje que nos ha dado la neurociencia. En el siglo XX, se medía la inteligencia de las personas con el coeficiente intelectual, pero hoy sabemos que la inteligencia es la convergencia de inteligencias múltiples. En el cerebro humano, el hemisferio izquierdo alberga la inteligencia racional, mientras que el hemisferio derecho alberga la inteligencia emocional, social y creativa.

Si lo trasladamos al urbanismo, vemos que muchas ciudades han estado enfocadas únicamente en la inteligencia racional. Un buen ejemplo es Bilbao. Durante el siglo XX, Bilbao desarrolló una inteligencia racional basada en la productividad y la industria, pero descuidó todo lo demás. Cuando el modelo industrial quebró en los años 80, la ciudad tuvo que reinventarse y activar su hemisferio derecho: el arte, la creatividad, la cultura, la sostenibilidad, lo social… Bilbao logró una transformación extraordinaria porque pasó de ser una ciudad productiva a ser una ciudad equilibrada.

Ignacio Alcalde, experto en urbanismo

Ignacio Alcalde, experto en urbanismo Gracia Cid

En Alicante hemos aplicado este mismo enfoque. Nos hemos inspirado en la New European Bauhaus, que defiende la combinación de ciencia y tecnología con arte y cultura. En términos de nuestro modelo, esto significa combinar hemisferio izquierdo y hemisferio derecho.

El objetivo es lograr lo que llamamos prosperidad compartida. La prosperidad es la versión actual de la competitividad urbana, pero debe ir acompañada de lo cualitativo, de lo humano. Y, además de esta dualidad entre hemisferios, hay otros dos ejes: en la base está la inteligencia social, la inteligencia colectiva, y en la parte superior está la inteligencia digital. El gran reto es conseguir que la inteligencia digital esté al servicio de la inteligencia social y no al revés.

Pregunta: Estás diseñando el modelo urbano de otra ciudad muy singular: Andorra la Vella. ¿Cómo se está planteando este proceso?

Ignacio Alcalde: Sí, estamos trabajando en el desarrollo del modelo urbano de futuro para Andorra la Vella, y es un caso fascinante. Andorra es posiblemente la capital más segura del mundo. En todos los rankings y análisis internacionales, el país aparece como el más seguro del mundo, y su capital es una pequeña ciudad con un altísimo nivel de calidad de vida.

A nivel urbano, el acabado de los espacios públicos, etc. es espectacular, pero hay un problema de base: su modelo de ciudad está diseñado con la lógica del siglo XX, basado en el automóvil y en el sector inmobiliario. A diferencia de otros lugares, Andorra no ha desarrollado una cultura urbanística profunda, y eso es precisamente lo que estamos trabajando ahora.

Imagen aérea de Andorra la Vella

Imagen aérea de Andorra la Vella iStock

Estamos aplicando nuestra metodología de inteligencia urbana como convergencia de inteligencias múltiples, y uno de los ejes fundamentales es la inteligencia colectiva. Hemos organizado foros de líderes en Andorra para captar distintas sensibilidades y construir un modelo basado en la visión de la propia sociedad. El objetivo es encontrar el "mínimo común múltiplo" de lo que distintos actores consideran que debe ser el futuro de la ciudad.

Pregunta: La sostenibilidad y la movilidad solían ser temas prioritarios en la planificación urbana. Sin embargo, en los últimos años hemos visto un cierto cambio en las prioridades políticas en algunos lugares del mundo. Hay ciudades donde la restricción del coche privado y la apuesta por una movilidad sostenible ya no parecen tan prioritarias. ¿Cómo lo estás viendo y qué impacto puede tener?

Ignacio Alcalde: Estamos en un momento en el que hay un cierto efecto péndulo. Algunos resultados electorales han hecho que en ciertas ciudades se prioricen otros criterios. Pero más allá de esos cambios coyunturales, hay algo que está muy claro: el cáncer de pulmón no tiene ideología.

Independientemente del signo político, todos queremos respirar un aire limpio y vivir en una ciudad que favorezca nuestra salud física y mental. La ciudad debe jugar un papel positivo en la salud de las personas, porque la ciudad es el lugar de convivencia y de encuentro.

Pregunta: En nuestra última conversación hablaste del concepto de serendipia en la ciudad, la importancia del encuentro casual...

Ignacio Alcalde: Exacto. Para mí, la esencia de la ciudad es la serendipia, el encuentro casual valioso. Somos seres sociales y la ciudad, etimológicamente, viene de civitas, que comparte raíz con civilización. Si una ciudad está contaminada, invadida por el automóvil, llena de ruido y de CO₂, no puede cumplir su función. Por eso, aunque haya momentos en los que se prioricen otros temas, creo que la tendencia a medio y largo plazo es irreversible.

"Si una ciudad está contaminada, invadida por el automóvil, llena de ruido y de CO₂, no puede cumplir su función"

Ignacio Alcalde, urbanista

Esto no significa que haya que eliminar el coche. Yo mismo soy una persona a la que le gustan los automóviles. Pero del mismo modo que no meto un coche en el salón de mi casa, tampoco tiene sentido que el coche ocupe el espacio central de la ciudad. En los últimos 80-100 años, el automóvil ha modelado la ciudad. Henry Ford no era urbanista, pero su invención ha sido uno de los factores que más han influido en la forma en que vivimos. Y ahora toca un cambio de paradigma.

El objetivo no es prohibir el coche, sino reequilibrar el espacio público para priorizar la movilidad sostenible. Es lo que llamamos la pirámide de la movilidad, donde primero está el peatón, luego la bicicleta y la movilidad saludable, después el transporte público, la logística y, en última instancia, el coche privado.

Pregunta: Hablemos del concepto de smart city y de cómo la tecnología debe estar al servicio de los valores y la visión de la ciudad. Durante años se ha hablado mucho de ciudades inteligentes, pero en los últimos tiempos parece que el concepto ha perdido fuerza. ¿Se ha agotado la idea de la smart city?

Ignacio Alcalde: Sí, el concepto de smart city tal como lo conocíamos ha fracasado. La primera generación de ciudades inteligentes ponía demasiado énfasis en la tecnología y se olvidaba de lo fundamental: definir primero los valores y la visión de la ciudad.

Para mí, hay un momento simbólico que marca el final de la smart city de primera generación. Fue cuando Google anunció, en plena pandemia, que abandonaba el proyecto Waterfront Toronto, que iba a ser la gran referencia mundial en ciudades inteligentes. Google puso como excusa la crisis económica, pero la verdadera razón fue el rechazo social. Los habitantes de Toronto no querían que una empresa tecnológica definiera el futuro de su ciudad. Se opusieron a la idea de que una gran compañía privada tomara decisiones sobre el urbanismo sin un proceso participativo real.

Este rechazo a la smart city basada en la tecnología sin valores no es un caso aislado. Incluso el MIT, que no es precisamente sospechoso de ser antitecnológico, publicó un artículo en su revista titulando 'Muerte a la smart city'. Esto muestra que el modelo de primera generación está agotado.

Pregunta: En los últimos años ha surgido un nuevo concepto, el de gemelo digital de la ciudad. ¿Es una evolución de la smart city o estamos ante otro concepto que corre el riesgo de banalizarse?

Ignacio Alcalde: Hay un riesgo claro de banalización. Hoy en día, cualquier modelo 3D de una ciudad se vende como un gemelo digital, y eso no es cierto. Un gemelo digital bien hecho debe permitir modelar situaciones, simular escenarios y tomar decisiones basadas en datos en tiempo real. Esto es algo muy interesante, pero solo si se hace bien.

La realidad es que un gemelo digital completo de una ciudad es una utopía, porque la ciudad es un sistema demasiado complejo. Pero lo que sí se puede hacer es desarrollar gemelos digitales por capas, añadiendo funcionalidades progresivamente y conectándolas entre sí. En Europa hay algunas ciudades que están haciendo un buen trabajo en este sentido, como Ámsterdam o Helsinki. En España, una de las entidades que más seriamente está abordando este tema es Tecnalia.

Pregunta: Hay tecnologías que, aunque no formen parte de la planificación urbana, impactan en la ciudad. Un buen ejemplo es la movilidad autónoma o la llegada de los drones. Madrid va a probar ahora un sandbox para tecnologías urbanas, incluyendo muchas de ellas. ¿Cómo pueden adaptarse las ciudades a estas disrupciones?

Ignacio Alcalde: Estas innovaciones cambian las reglas del juego y requieren adaptaciones. Un caso interesante es el de los drones y los aerotaxis. Estoy colaborando con Crisalion Mobility, que está desarrollando un aerotaxi en Madrid. La paradoja es que, aunque parezca más complejo, el tráfico aéreo urbano puede ser más fácil de regular que el tráfico terrestre.

Simulaciones de vuelos con las aeronaves de Crisalion Mobility por la provincia de Málaga.

Simulaciones de vuelos con las aeronaves de Crisalion Mobility por la provincia de Málaga.

¿Por qué? Porque el cielo de las ciudades es un folio en blanco, mientras que las calles están llenas de peatones, conductores y ciclistas. Esto hace que sea más sencillo definir reglas claras para los drones que para los coches autónomos. De hecho, la Unión Europea ya está trabajando en la regulación del espacio aéreo para drones. Se habla del concepto U-Space, que define un espacio aéreo urbano entre los 100 y 300 metros de altura. En China, incluso han definido el concepto de Low Altitude Economy, porque ven este sector como una nueva vertical económica.

Pregunta: Para cerrar, quiero preguntarte por otro de los grandes retos urbanos: la crisis de la vivienda. En muchas ciudades se ha convertido en un problema estructural. ¿Cómo puede abordarse desde el urbanismo?

Ignacio Alcalde: Es un problema complejo, pero parte de la solución pasa por la planificación territorial. En España nos ha faltado una estrategia territorial sólida que ayude a equilibrar el desarrollo urbano. Algunas comunidades, como el País Vasco, llevan más de 25 años trabajando en ello, y los resultados son evidentes.

La Comunidad de Madrid, que tiene una de las mayores presiones sobre la vivienda, todavía no ha definido un modelo claro, aunque parece que por fin empieza a moverse en esa dirección.

Otro problema es la burocracia. Hoy en día, cualquier proyecto urbanístico se atasca en un sinfín de trámites que no aportan valor pero que generan bloqueos. Hace décadas, en un país menos desarrollado que el actual, se construían viviendas asequibles. Algo estamos haciendo mal.