La ciudad de Santiago de Compostela, con su mítica catedral al fondo. FOTO: Javier Alamo (Pixabay).

La ciudad de Santiago de Compostela, con su mítica catedral al fondo. FOTO: Javier Alamo (Pixabay).

Galicia

El 'año santo' de la movilidad inteligente y sostenible en Santiago de Compostela

La ciudad, si la pandemia lo permite, recibirá a millones de peregrinos en 2022, año en el que pondrá en marcha un sistema que permitirá predecir complicaciones de tráfico, daños ambientales o al patrimonio.

18 febrero, 2021 01:41

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La pandemia y las restricciones provocadas por el impacto de la Covid-19 obligaron a declarar por primera vez en la historia dos años Xacobeos. Así, el 'oficial' -2021- se verá ampliado a 2022. Será entonces, siempre que la situación haya mejorado, cuando se produzca la llegada de millones de peregrinos que buscarán acabar el Camino de Santiago en año santo.

Tras siglos de tradición y de experiencia a la hora de recibir visitantes por sus calles, podría decirse -y no le faltaría razón a quien lo hiciera- que la ciudad está preparada para ese aluvión.

Pero no es menos cierto que son evidentes las aglomeraciones de ciudadanos, los atascos de tráfico puntuales, el desgaste del patrimonio... Así lo reconocen desde la empresa Kapsch, encargada de que la ciudad, precisamente a partir del año que viene, esté más preparada si cabe ante todas estas circunstancias.

Esta empresa ha sido la elegida por el Ayuntamiento de Santiago de Compostela para acometer el considerado como "proyecto estrella" dentro de programa de 'smart city' Smartiago.

Este 'proyecto estrella' "supone la aplicación de tecnologías avanzadas para modernizar la ciudad y hacer un uso lo más racional posible de la infraestructura viaria, máxime teniendo en cuenta la característica de Santiago como Ciudad Patrimonio de la Humanidad".

Lo explica Juan Marín, director de Ciudades de la compañía, que avanza que "estamos hablando de un proyecto único en España y en Europa por su complejidad y por su carácter holístico".

"Lo más importante es que estamos ante un proyecto verosímil, real. La tecnología que vamos a desplegar no es tecnología-piloto, es tecnología aprobada, aunque sí que implantaremos algunas innovaciones", explica Marín.

El director de Ciudades, experto también en smart cities, recalca que "antes gestionábamos la movilidad a partir de nuestra capacidad... pero eso está ya obsoleto; tenemos que gestionarla basándonos en la demanda".

¿En qué consiste el proyecto?

¿Cómo se traduce eso? Pues se traduce, por ejemplo en un proyecto como el que ha arrancado en Santiago de Compostela, con un plazo de ejecución de 12 meses para el desarrollo y seis más de 'entrenamiento de los datos' y un presupuesto de 1,4 millones de euros.

En primer lugar, cabe destacar que el proyecto "ha sido concebido para gestionar todos los tipos de movilidad desde una perspectiva holística, aportará una visión global de la movilidad para desarrollar modelos de predicción que permitirán conocer cómo se desarrollará la movilidad en el futuro".

Y lo hará utiliza técnicas de Big Data, Analytics y sistemas de Inteligencia Artificial de tráfico basados en algoritmos de Deep Learning, redes neuronales y visión artificial, que permitirán simular escenarios, predecir y detectar incidentes, gestionar los accesos y planificar rutas al casco histórico, así como la logística de última milla.

El sistema, que en principio se aplicará al casco histórico -donde por cierto viven alrededor de 10.000 personas-, integra información de múltiples fuentes de datos, tanto internas -calculadores de aforo, cámaras, parquímetros, reguladores de tráfico-, como externas –Ayuntamiento, INE Xunta de Galicia, DGT...-.

La información en forma de imágenes será captada por las cámaras emplazadas en 43 localizaciones a lo largo de la ciudad.

Algunas innovaciones

Se utilizan algoritmos para detectar en las imágenes elementos como la matrícula de vehículos siguiendo GDPR; la marca, modelo, color y tipo de vehículo (bicicletas, motos, turismos, furgonetas, camiones, autobuses, camiones de recogida de residuos o vehículos de limpieza viaria); la altura y longitud; las placas indicadoras de tara y MMA, los remolques y semi-remolques, mercancías peligrosas y mercancías descargadas en la vía pública, así como la caracterización de peatones (si llevan o no mochila, por ejemplo, para distinguir a los peregrinos).

Los reductores, por su parte, permitirán conocer el pesaje de vehículos en marcha y detectar aquellos con sobrepeso que puedan deteriorar el pavimento del casco histórico.

Todo este gran volumen de información multimodal en tiempo real se procesará en una plataforma de gestión de la movilidad, para su posterior análisis y publicación.

De esta manera, se podrán aplicar medidas que deberán llegar a los ciudadanos. "Lo ideal sería que lo hicieran directamente a través de los navegadores tradicionales, que actualmente no son todo lo precisos que deberían en ocasiones", indica.

Todos los datos, explica Marín, "estarán en manos de la Policía Local, y exclusivamente serán utilizados en forma de metadatos, de manera que no supongan ningún tipo de intromisión en la privacidad ni se usarán para cualquier otro aspecto que no tenga que ver con el control de la movilidad".

Todo ello permitirá aumentar la eficiencia en la movilidad, dar solución a los problemas de afluencia turística y de peregrinos, así como de reparto que existen en el casco histórico, tanto por la peatonalización, como por el peso de los vehículos sobre el pavimento.

Sindo Guinarte, concejal de Turismo, explica que "somos la primera ciudad patrimonial de España que dispone de un sistema de apoyo similar en su área patrimonial para controlar y predecir todo tipo de movilidad. Esto nos sitúa a la vanguardia de la innovación. Marca un antes y un después".

Por su parte, Gonzalo Muíños, el concejal de Movilidad, ha destacado que "será algo nuevo en Europa y volveremos a ser un referente a todos los niveles".
Juan Marín recalca que estos sistemas holísticos pronto serán una realidad en todas las ciudades del mundo. De hecho, dice haber recibido el interés de varios ayuntamientos para valorar la posibilidad de implantar este mismo sistema que se aplicará en Santiago de Compostela.