Las ventanas de un edificio son fundamentales para la eficiencia energética Omicrono
Del PVC al pasaporte digital: el giro tecnológico del sector de la edificación en las ventanas
La compañía alemana VEKA, con fuerte presencia en Burgos, integra sensores NFC, realidad aumentada y herramientas BIM en un producto tradicional como las ventanas.
Cuando en 1984 VEKA decidió adquirir una empresa en Burgos, no solo puso un pie en el mercado español: también sentó las bases de lo que sería su primera filial fuera de Alemania y el inicio de una historia de cuatro décadas marcada por la innovación, la sostenibilidad y la adaptación al cambio.
"Seguimos creciendo con la misma vocación con la que empezamos: aportar valor a través de soluciones eficientes e innovadoras en el sector de la edificación", asegura Luis del Fraile Miralles, director general de VEKA Ibérica, a DISRUPTORES - EL ESPAÑOL.
El secreto de su permanencia parece estar en su visión a largo plazo. “Desde VEKA buscamos construir relaciones a largo plazo con nuestros clientes, tratando de entender sus necesidades y ofreciéndoles las mejores soluciones en productos y servicios para que tengan éxito en el mercado”, afirma del Fraile. Pero es la innovación, aplicada a toda la cadena de valor, la que diferencia su propuesta: “Diseñamos nuestros sistemas de perfiles pensando en el futuro, en cómo responder a la constante evolución del sector de la edificación”.
Ese futuro pasa por soluciones que aúnan la estética del aluminio con la eficiencia del PVC, o por sistemas que apuestan por la entrada masiva de luz natural sin sacrificar aislamiento. "Ofrecer diferenciación a nuestros clientes siempre ha sido nuestra prioridad", defiende del Fraile, quien también destaca el papel de herramientas digitales para llevar el concepto de ventana más allá de su función estática. Así pues, por ejemplo, se dota a cada ventana de una "memoria digital" mediante un chip NFC, que centraliza toda la información sobre producción, instalación y servicio postventa.
A medida que la sostenibilidad se convierte en eje central de la edificación moderna, VEKA refuerza su compromiso: "Uno de nuestros objetivos estratégicos es que nuestra cadena de valor sea neutra para el clima a más tardar en 2045, cinco años antes del Acuerdo de París", recuerda del Fraile. Ya en la práctica, más del 45% del compuesto de PVC que se usa en Burgos es reciclado, y la empresa opera tres plantas de reciclaje propias en Europa, la primera de ellas en funcionamiento desde 1993.
A nivel técnico, el PVC se ha convertido en un material clave para mejorar el aislamiento térmico y acústico. "Es resistente a la lluvia, al viento, a la radiación solar y a la contaminación ambiental, con una vida útil que puede extenderse durante décadas", destaca del Fraile. Además, el ahorro energético es tangible: "Podemos conseguir hasta un 74% de ahorro en nuestras facturas energéticas por el hecho de instalar ventanas de PVC frente a otros materiales", afirma, citando datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
La mirada de VEKA al futuro pasa por seguir innovando en producto, procesos y servicios. Los retos son claros: industrialización, automatización, transformación digital y cumplimiento con las normativas medioambientales europeas. Pero también lo es su hoja de ruta: “Tenemos que anticiparnos, ser parte activa del cambio y seguir desarrollando productos y servicios que aporten valor”.