Esteban Pelayo Villarejo, gerente del Parque Científico de Alicante.

Esteban Pelayo Villarejo, gerente del Parque Científico de Alicante.

LOS PARQUES APORTAN / APTE

Las mejores estrategias para proteger la innovación empresarial

24 septiembre, 2023 11:22

La propiedad industrial e intelectual genera opiniones encontradas. Para muchos emprendedores es un gasto superfluo que además frena la innovación. Sin embargo, es la única forma legal que existe para evitar la copia; y si una idea de negocio tiene éxito, se copia enseguida por los competidores. Una buena estrategia de protección de innovaciones, que sea barata y efectiva, aporta una ventaja competitiva determinante.

Se trata de una cuestión cada vez más relevante. En el año 2022 se registraron 1.457 solicitudes de patentes internacionales de origen español, cuando en el año 2000 eran apenas 555. ¡Más del 8% anual de crecimiento sostenido durante dos décadas! Estos datos muestran que no es una moda pasajera, se protegen cada vez más las invenciones y se internacionalizan.

Teniendo en cuenta el perfil de las empresas ubicadas en los Parques Científicos y Tecnológicos, existe una relación directa entre la inversión en I+D y la internacionalización, siendo las empresas que más innovan las que mejor compiten en los mercados internacionales. Y a la inversa, las empresas que están más internacionalizadas se ven obligadas a realizar continuas inversiones en I+D para conservar sus mercados.

En este contexto competitivo internacional, las empresas tratan por todos los medios de dificultar que les copien. Para ello, utilizan mecanismos que no sean caros y que las protejan de forma efectiva. Lo más recomendable es obtener una protección combinada usando al mismo tiempo diversos títulos de propiedad industrial e intelectual.

Una innovación normalmente tiene un componente tecnológico que se protege mediante patente o modelo de utilidad; si además le ponemos un nombre atractivo, lo protegeremos como marca, y si se trata de un producto tangible, su apariencia singular se protege mediante diseño. La campaña publicitaria o el software se protege a través de derechos de autor. Siempre que sea posible, los secretos industriales se preservan en un depósito notarial para protegerse de posibles infracciones de colaboradores.

El sistema de protección está consolidado. Ha demostrado su eficacia otorgando derechos exclusivos para nuevos desarrollos como redes sociales, videojuegos, vacunas contra la covid-19 o el metaverso. Lo importante es aplicar el sentido común. Se pueden ahorrar bastantes recursos manteniendo una protección efectiva.

Lo que cuesta más dinero es la extensión a otros países de la protección de las innovaciones. Las exportaciones españolas se dirigen en un 62% al mercado único de la Unión Europea (datos del ICEX del año 2022). Afortunadamente, existen mecanismos de solicitud conjunta, relativamente baratos, a través de la Oficina Europea de Patentes (EPO) y la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO). Las tasas de solicitud de una patente europea cuestan unos 6.000 euros y las tasas de mantenimiento durante 10 años menos de 5.000 euros. Por otro lado, las tasas para una marca comunitaria cuestan 900 euros y para el diseño comunitario 350 euros.

Fuera de Europa el contexto internacional es cada vez más complejo porque cada vez existen más mercados relevantes. Hace años casi ninguna empresa española protegía sus innovaciones en países como Vietnam, Malasia o la India, que ahora son centros de producción muy importantes. Se puede ahorrar mucho dinero haciendo un análisis realista de los mercados en los que se va a estar presente. Por ejemplo, no tiene sentido proteger invenciones de generación eólica offshore en países que no tienen una extensión marina apreciable. Tampoco conviene proteger nuestra marca en países en los que no tenemos un volumen apreciable de ventas.

La buena noticia es que en el marco del sistema de Naciones Unidas existen acuerdos administrados por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que permiten hacer solicitudes de una forma más barata. Tanto el sistema internacional de patentes (PCT) como las marca (Sistema de Madrid) o diseños internacionales, son mecanismos muy recomendables para las empresas innovadoras que consideran que van a explotar su tecnología en esos países. Sin embargo, no se debe nunca proteger en todos los mercados del mundo, tan sólo en aquellos que sean relevantes económicamente en las proyecciones a medio plazo de la empresa.

No tiene sentido invertir en unos derechos exclusivos y no usarlos. Es importante hacer una vigilancia continua de otras solicitudes similares para presentar oposiciones a la concesión en la vía administrativa. Además, esta vigilancia proporciona información muy interesante sobre las innovaciones de los competidores de la empresa.

Bastante más complejo es el ejercicio efectivo de los derechos en tribunales. Cuando aparece un posible infractor se detecta enseguida. Antes de hacer la demanda, las empresas analizan la situación para estar seguras de que el infractor realmente infringe de manera inequívoca los derechos exclusivos de propiedad industrial e intelectual, acumulan pruebas y preparan la demanda. Para ellos se asesoran con expertos en propiedad industrial porque estas infracciones se pueden perseguir tanto por el código civil, como ser considerados delitos por el código penal.

Nuestra recomendación para las empresas es aplicar sentido común y evaluar los gastos en propiedad industrial, siempre en términos de inversión y beneficio. La protección absoluta no existe. Hay gastos que no merecen la pena. Debemos dejarnos asesorar por especialistas que nos generen confianza.

En ninguna circunstancia, la protección de la innovación debe suponer más del 10% de los gastos de la empresa. No tiene sentido gastar más en proteger algo que sus costes de desarrollo. Es importante invertir los recursos que son siempre escasos en las empresas en la I+D, en el escalado industrial, en nuestro personal, en el marketing para conseguir clientes y en todas las inversiones de economía real.

Las empresas avanzadas usan el asesoramiento de los agentes de la propiedad industrial. Además, existen expertos a disposición de los solicitantes en la Oficina Española de Patentes y Marcas, en las Comunidades Autónomas y por supuesto, en los Parques Científicos y Tecnológicos. Las empresas ubicadas en los Parques Científicos y Tecnológicos son buenos ejemplos porque suelen tener bien protegidas sus innovaciones.

*** Esteban Pelayo Villarejo, gerente del Parque Científico de Alicante.

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