En la semana del 'senado' de las ferias, la Fitur multilocal, la digitalización se ha dado un paseo entre ofertas de sol, playa y montaña. Es una industria tan singular como importante y no quiere perderse las ventajas de aplicar la tecnología.

Puede mejorar las comodidades de un hotel o del transporte, pero sobre todo el objetivo es anticiparse a lo que va a influir en la toma de la decisión del cliente sobre el destino que elige. Entran a jugar los datos.

Pero no los datos aislados, sino en conjunto. Unos datos ahora diseminados entre toda la cadena de valor con un 70% de pymes, porque en el turismo influyen miles de negocios y oferentes. Y ahí es donde entra de lleno el proyecto Gaia X de la UE que en España va a tener varias versiones: turismo, industria, agro y movilidad. 

Las fechas del inicio de implantación las avanzaba esta semana en D+I la secretaria de Estado de Digitalización Carme Artigas en la entrevista que le hacíamos en el propio Fitur. De sus palabras me sorprendía el salto de escala: no es compartir datos, es compartir inteligencia. Cambiar el modo de competir entre las empresas, la gestión tradicional, es uno de los grandes desafíos a los que nos enfrentamos, porque el miedo al riesgo va por barrios.

Pero sin duda que si gran parte del turismo, o de los otros sectores que irán después en el proyecto Gaia, se deciden a poner en común sus datos, a fijar estándares y a analizarlo todo con inteligencia artificial, las decisiones de los gestores serán más acertadas y la oferta más ajustada al cliente.

La toma de decisiones en las empresas ahora debe combinar con una mano la prudencia y con otra adentrarse en las ventajas y riesgos de la digitalización. Permanecer estáticos en lo que se ha hecho siempre es un fallo seguro en esta era.

Donde haya actores tractores grandes que tiren del resto como en el propio turismo o la movilidad será más fácil. También debería serlo en la salud, pero nos encontraremos con los 17 reinos de taifas de la política. Y me imagino que lo más complicado será el campo hasta que se haya sembrado la sensorización masiva.

En Fitur también se presentó una iniciativa privada en este ámbito, el hub de innovación turística que ubicará Mastercard en España para co-crear y experimentar con el sector. Y no deja de ser otra vuelta de tuerca en la gestión, porque el laboratorio se convierte en un método para la venta.

Y en la misma semana llegaba a D+I los vientos de éxito de la startup mexicana GuruHotel, que quiere convertir las páginas de los hoteles en un lugar de verdad de conversión en ventas, ofreciendo todo tipo de servicios al alcance del turista en su escapada porque dicen, hoy por hoy las webs de los hoteles tienen una tasa muy baja de conversión de ventas.

Arranca la computación

Entre los avances de la semana tenemos que destacar el primer proyecto público-privado para experimentar con la computación cuántica. Se han involucrado siete empresas privadas (Amatech, BBVA, DAS Photonics, GMV, Multiverse Computing, Qilimanjaro Quantum Tech y Repsol), cinco centros de investigación (Tecnalia, el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), el Donostia International Physics Center (DIPC), el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y el CSIC) y una universidad pública, la Politécnica de Valencia. 

El objetivo es tratar de resolver problemas a los que no puede dar solución la computación clásica en energía, defensa, finanzas, logística y espacio. Tienen capacidad y medios, con el apoyo del CDTI, para explorar en el futuro.

Pero de momento los pasos de la digitalización aquí en la Tierra están en ámbitos más mundanos. Por ejemplo en ayudar a acertar en las entrevistas de selección de personal y en hacerlas más rápidas. La startup Hr Bot Factory es capaz de acelerar en nueve veces la incorporación de un candidato. Funciona como un Siri, realizando entrevistas de personal con asistentes virtuales e inteligencia artificial. Han evaluado ya a más de medio millón de candidatos de empresas punteras.

La adecuación de los perfiles a las necesidades en el gran reto de este 2022. Lo comentaba Artigas entre los planes de su departamento y lo ponen de manifiesto casi todas las administraciones. Es el caso de la Junta de Andalucía, que ha puesto en marcha un plan para el reskilling de 3.200 personas en los ámbitos de las smart cities, el big data y la realidad virtual. El gobierno andaluz quiere ir a lo práctico y enseñar a programar, quizás sea una vía de salida en una región con altas tasas de paro. Y para la descongestión de las universidades; las carreras no van a ser las únicas vías para encontrar los mejores empleos.

Las regiones buscan sus huecos y Castilla y León se apunta también a la carrera aeroespacial. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado el ok al centro de emprendimiento espacial. Para las startups, el programa aportará una remuneración económica de 50.000 euros dedicados al desarrollo de su actividad, además de un paquete de medidas de asesoramiento, formación y evaluación de sus capacidades, espacios que constituirán un destacado impulso para estas compañías emergentes. 

Ya había hubs de este tipo de Madrid y Barcelona. Ahora quizás lo más difícil sea elegir el lugar, porque hay dudas entre Valladolid y León... difícil papeleta en esa tierra.

Por lo demás la semana nos ha dejado un balance de buenos datos de inversión privada el año pasado. Los venture capital realizaron cerca de 850 operaciones con casi 7.500 millones de inversión, según datos de la patronal Ascri, acercándose a la tendencia de antes de la pandemia que marcó el récord en mil millones más de inversión.

Entre ellos se encontrarán los de Wayra, que hacía balance con 6,7 millones en 49 startups a lo largo del último año, más o menos repartidos a mitades entre España y Latam. La aceleradora de Telefónica ha apostado especialmente por inteligencia artificial, fintech, salud, bienestar y sostenibilidad.

Y nos dejamos para el final la charlotada de la semana. La Generalitat catalana va a impulsar un metaverso en el que sólo se pueda hablar en catalán. El CBCat (Centro Blockchain de Cataluña) y la Vicepresidencia de Políticas Digitales y Territorio son quienes impulsan CatVers, el metaverso catalán. Se trata de un entorno virtual como el que promueve Facebook (ahora Meta, en referencia al metaverso), pero íntegramente en catalán a través del cual los usuarios pueden acceder a espacios y salas personalizados donde trabajar, pasar el rato e interactuar entre sí

Mientras estamos abogando por compartir todos los datos para poder tomar decisiones más acertadas, por compartir la inteligencia, como nueva fórmula para gestionar y competir en el mundo global..., algunos quieren poner inútiles puertas al campo. A este paso acabarán inspirándose en los países que impiden a sus ciudadanos conectarse al internet global. ¿No pueden dejar la política al margen de la tecnología? ¿Tenemos que tintarlo todo de ideología? 

Es muy difícil cambiar la inercia política, pero al menos las empresas tecnológicas y las startups, que son actores clave, sí pueden evitar que estas cosas se impongan. Sólo con ignorarlas,...¿Y por qué no?

** Rafa Navarro es editor de D+I y CEO de Inndux Digital Group.