Sólo una parte de las grandes y habituales tecnológicas fueron al Mobile World Congress 2021. Las que pensaron que no podían no estar. Pero en realidad tampoco estuvieron. La segunda cita en importancia del mundo digital quedó desangelada por la pandemia. La edición de este año la salvaron las startups y su entorno, en el salón anexo del 4YFN (4 Years From Now), cuando se cumplen no cuatro, sino ocho años desde su creación.

Quien lo bautizó así acertó en que más allá de cuatro años es imposible ver la realidad en este vertiginoso discurrir de los tiempos de la digitalización. Entrar en un lustro de avistamientos está ya en el terreno de la ensoñación.

¿Por qué las startups y las aceleradoras sí acudieron al Mobile y presentaron novedades? Por su propia esencia, porque tienen menos que perder y más que ganar. Es esa parte de su ADN que les hace ser adaptables, flexibles a los tiempos. Las grandes corporates todavía se mueven entre sus órdenes internas de no acudir a grandes eventos masivos o de cumplir a rajatabla normas estrictas y globales, quizás necesarias para que grandes plantillas se muevan con armonía.

En este resumen de la semana de lo mejor de D+I, la crónica viene marcada por ese Mobile World Congress de Barcelona, que fue en cifras más o menos un tercio de las habituales, en pabellones y público.

Como publicaba D+I el martes, el Mobile fue nube, 5G, impresión 3D y ciberseguridad. La carrera por ocupar el espacio se libra en esos cuatro nuevos nichos de negocio. Las grandes se citan en esas áreas porque son las que más margen y recorrido tienen. Hay una visión muy extendida de que estamos a las puertas de una década prodigiosa en estos negocios: “Nos encontramos al comienzo de una década de oportunidades para todos nosotros. Hemos observado que las industrias y las empresas aceleran los esfuerzos de transformación digital con un número cada vez mayor de dispositivos conectados a la nube”, declaró Cristiano Amon, presidente y CEO de Qualcomm. 

Y lo mismo podemos añadir del 5G. Xu Ziyang, el CEO de ZTE, incidía en cómo las redes 5G difuminarán los límites entre el mundo físico y el digital. En el hogar, “donde podremos disfrutar de experiencias inmersivas de juego y eventos deportivos, entre otros”. Y en diferentes industrias, “ampliando las aplicaciones de drones, robots y técnicas de visión artificial a la industria; o cerrando brechas en el acceso a servicios sanitarios gracias a la telemedicina”.

Quién digitaliza a quién

Las grandes tecnológicas están en las grandes infraestructuras y las startups, por lo general, en la última milla de su aplicación, tanto para el segmento del consumidor B2C como para el de proveedores de otras empresas, B2B. 

Si una empresa quiere delimitar el mercado de la oferta digital para suministrarse soluciones, hoy por hoy tiene varias opciones. La primera son las multinacionales, que le aportarán grandes soluciones para grandes problemas, pero generalmente en serie. La segunda son las startups, con soluciones más a medida, en un universo de oferta amplísimo en el que hay que discernir entre quién es bueno y malo y quién cumplirá sus promesas. El tercer grupo sería el de las consultoras digitales medias que están surgiendo, contratan a programadores para ofrecer el mayor abanico de productos digitales. Tienen como hándicap que no en todo pueden ser buenos ni estar a la última.

Una cuarta opción viene derivada de las aceleradoras que invierten en startups. Reparten la inversión en un porfolio de esas nuevas empresas que ofrecen como producto propio. Es una opción interesante, el problema viene si otras de fuera son mejores

La quinta opción es de las grandes empresas tradicionales que están creando spin off digitales o comprando startups para además de aplicar internamente esos desarrollos, vender la tecnología a competidores o sectores anexos.

Y la quinta opción es la de la alianza de startups independientes y en competencia sana de precios y servicios, sin límite de número ni países. En esa línea está lo que presentó Innsomnia en el 4YFN con el nombre de Get Digital, un integrador de soluciones para la primera fase de digitalización y centrado en el ahorro de costes. Es como meter a un coche de fórmula 1 en unos boxes y enchufarle todo lo testado ya para que salga rápido a la carrera digital. 

Pero, salvo la oferta de las multinacionales, el resto no deja de ser la lucha por ocupar ese codiciado mercado que crearon hace unos años las startups y que ahora todos anhelan conquistar porque le ha llegado el momento de hacer dinero.

¿Resistirán las startups al envite de tanto competidor? Depende de su estrategia y de su capacidad para seguir liderando la carrera digital por su agilidad y flexibilidad.

Openbank se acerca al talento

Un ejemplo claro de que las startups han creado su espacio es el anuncio de Openbank de esta semana, crearán un centro en Valencia con 200 perfiles muy tecnológicos para transformar la banca. Trabajarán interconectados sus centros de Madrid y Valencia. ¿Por qué muchas tecnológicas se van a Málaga o a Valencia? La propia filial del Santander lo indicaba en su nota, "debido a su potencial académico en estas áreas y la valoración de sus profesionales de esta ciudad como destino de vida". El talento hoy se retiene dándole la calidad de vida que pide.

Pero además Valencia se ha convertido en el último lustro en la referencia fintech. Fue Bankia la primera en instalar allí su aceleradora, que ahora hereda CaixaBank. Cuando pones un comprador de tecnología, generas un ecosistema de proveedores/startups a su alrededor. La iniciativa de Openbank es muy acertada porque va a crecer en un entorno ya sembrado de talento.

En unos años un día alguien nos pintará un mapa muy claro de especialización tecnológica. Decisiones como ésta son los trazos que compondrán ese cuadro.

Por el mismo motivo por el que se han creado clústeres empresariales en cualquier país. Las bodegas en La Rioja o la cuenca del Duero, las industrias pesadas en País Vasco, las agroalimentarias en Navarra, las finanzas en Madrid, las textiles en Cataluña, el calzado en Elche o la cerámica en Castellón.

Esos clusters han pasado el último lustro observando en silencio y con atención qué era esto de la digitalización. Pero ahora están despertando y lo van a hacer con fuerza porque tienen músculo, estructura y método. Un ejemplo muy interesante se lo contaba esta semana D+I, con el caso de Graphenglass. Las segundas o terceras generaciones de empresarios ya no se dedican a vivir la vida, sino a reinventar el negocio familiar, a crear las spin off que sustentarán la continuación de las sagas.

Vicente Montesinos es su CEO y también el de Globae, family office desde donde se dirigen numerosas iniciativas empresariales, una de ellas Graphenglass, que surge del interés por el grafeno de su padre, alma mater de Esmalglass, empresa familiar que fue líder en la producción y comercialización de fritas, esmaltes y colores cerámicos.

Vicente explica que está centrado "en hacer crecer la empresa" ha iniciado los contactos para intentar desarrollar un hub nacional que aglutine iniciativa pública y privada para que el sector del grafeno se convierta en referente internacional en el desarrollo de aplicaciones. En otras zonas "ya nos llevan ventaja", explica, cómo en Manchester o China, donde ya se han creado ecosistemas colaborativos de este tipo. 

Ojalá y la industria y las empresas familiares despierten por esa vía, quizás sea la conjugación perfecta entre padres e hijos de sagas familiares, donde los jóvenes tengan ese espacio anexo al que no le ponen limitaciones mientras generen ingresos de la co-creación con la empresa madreCrecen con la esencia de la filosofía de las strartups, la innovación en abierto, la co-creación y al coopetencia. Algo impensable en el mundo de sus padres.

Y en ese terreno de la mixtura, surge una iniciativa muy curiosa. De todas las novedades de la semana, les reservo para el final una de Murcia tremendamente interesante. Acuaponia, una combinación de agricultura y piscifactoría que impulsa el CIFEA de Torre Pacheco para ahorrar un 90% en agua.

El sistema consiste, aunque parezca imposible, en criar peces debajo de una explotación agrícola. Con ello, se consigue ahorrar hasta un 90% de agua y eliminar el uso de productos químicos tóxicos.

En el 'piso de abajo', los peces se dedican involuntariamente a producir el fertilizante natural a través de sus excrementos, normalmente muy ricos en nutrientes. Estos desechos se bombean al 'piso de arriba', el territorio agrícola.

Allí, este fertilizante natural es absorbido por las plantas y purifican el agua a través de sus raíces. Esta agua purificada por acción natural vuelve al 'piso de abajo', de manera que no es necesario rellenar el ecosistema acuático de los peces de manera tan asidua. Y las plantas tienen un agua permanente.

De extenderse el sistema, no sólo generará doble rentabilidad en entornos agrarios deprimidos y con escasez de agua, sino que ayudará a la reducción de fertilizantes y residuos, paso clave para recuperar el deteriorado Mar Menor.

No es una innovación de nuestros tiempos, ya se tenía referencia de que se había usado en la antigüedad, pero sólo la necesidad hace virtud. Y también este espíritu que nos invade de probar sin miedo, de atrevernos a cambiar los esquemas, a transformar el mundo. Puede que la tecnología aporte muchas ventajas, pero lo que nos ha traído también adosada a su revolución es una actitud. La disruptora, la valiente, la predispuesta a revisarlo todo y a dar el paso, preguntándose siempre un desafiante... ¿Y por qué no?

*** Rafa Navarro es editor de D+I y CEO de Inndux Digital Group.