La pandemia nos ha puesto ante el espejo para visibilizar lo mejor y lo peor de nuestra sociedad. En 2020, en la fase más crítica y severa de la expansión del coronavirus, las familias españolas tiraron a la basura 1.363 millones de kilos de comida, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Se da la paradoja de que ese mismo año más de dos millones de personas, sólo en España, fueron atendidas por entidades sociales por las carencias -sobre todo alimentos y objetos de primera necesidad- que sufrieron debido a la crisis de la covid.

La tecnología puede ser un magnífico aliado en la construcción de un mundo donde impere una mayor justicia social y la startup Encantado de Comerte ha volcado su proyecto disruptivo en esta causa.

A partir de ahora, todos podemos contribuir a ayudar a las familias más vulnerables de forma cómoda y sin excusas; tan sólo hace falta un teléfono móvil. Y un poquito de empatía y concienciación social.

Su propuesta disruptiva no ha pasado desapercibida para Naciones Unidas. Encantado de Comerte es la única startup española seleccionada por el organismo junto a otras 50 pymes de todo el mundo para evitar este desperdicio alimentario.

Dos millones de españoles tuvieron que recurrir a entidades sociales en 2020 ante la falta de alimentos y objetos de primera necesidad.

Este septiembre, coincidiendo con el Día Internacional contra el Desperdicio de Alimentos, se celebra en Nueva York la primera Cumbre Mundial de los Sistemas Alimentarios, organizada por la ONU.

En la precumbre, que tuvo lugar el pasado julio, Encantado de Comerte fue la única startup española premiada, entre más de 2.000 pymes de todo el mundo, que aportan soluciones para conseguir sistemas alimentarios más saludables, sostenibles y equitativos.

La empresa zaragozana ha recibido esta distinción por los proyectos desarrollados que han permitido salvar más de 75.000 kilos de comida desde el comienzo de su actividad en 2019.

La app ya está presente en cerca de 300 establecimientos en Madrid, Zaragoza, Logroño, Santiago y Vitoria junto con poblaciones del sur de la Comunidad de Madrid como Getafe, Fuenlabrada y Móstoles.

Lotes en el comercio de proximidad

Pero ¿cómo consigue que la comida que desechan los hogares no acabe en la basura? A través de su aplicación cualquier usuario puede adquirir, a precios reducidos, lotes de comida que las tiendas de alimentación locales no han conseguido vender antes del final de su vida útil.

Además de esto, ofrece una herramienta innovadora para que las ONG puedan ayudar a las familias vulnerables. Lo hace a través de un sistema de cupones sociales digitales.

"Que una organización referente como la ONU nos haya reconocido como una de las 50 mejores pyme del mundo para mejorar los sistemas alimentarios, sin lugar a dudas, confirma que estamos en el camino correcto. Ahora lo único que nos falta es pisar el acelerador a fondo", afirma Gabriel Ramas, cofundador de la iniciativa.

Además, la herramienta contribuye a evitar la estigmatización. Y es que nadie puede saber si la persona que va a recoger un lote se encuentra en una situación de vulnerabilidad o es un usuario en situación normalizada.

Gabriel Ramas es el CEO de Encantado de Comerte.

"El mayor de nuestros éxitos es ver como una familia que ha utilizado el sistema de cupones digitales finalmente pasa a convertirse en un usuario de solución que compra lotes por sus propios medios", añade Ramas.

En toda España, más de 200 familias se han beneficiado de esta iniciativa, gracias a los acuerdos entre Encantado de Comerte y varias ONG entre las que se encuentran Cruz Roja, Cáritas Diocesana de Zaragoza o YMCA.

El papel de los jóvenes

"Estas familias han podido conseguir en promedio 20 lotes de alimentos directamente a través de la app como cualquier otro usuario en situación normalizada, yendo a recoger el alimento al comercio de su elección y sin estar sometidas a un factor estigmatizante", recalca a D+I el cofundador.

Ramas insiste en "el mundo está cambiando muy rápido" y destaca el papel que en este nuevo tiempo van a jugar los más jóvenes.

"Cada vez somos más personas en el mundo y los recursos utilizados (hasta la fecha) son cada vez más limitados, esto hace que surja la preocupación por los jóvenes de buscar nuevas alternativas y asegurar un futuro próspero y sostenible en la sociedad. Al final, el mundo del mañana es de los jóvenes".

El empresario considera que acontecimientos como el coronavirus son, dentro de la vertiente negativa que suponen, una oportunidad para darnos cuenta de las desigualdades sociales y la necesidad de apostar por un nuevo modelo económico y social.