Una de las estaciones ubicadas en uno de los viñedos del proyecto.

Una de las estaciones ubicadas en uno de los viñedos del proyecto.

La Rioja

Datos históricos, en tiempo real e IA para tomar decisiones 'verdes' en los viñedos de la DO Rioja

La Denominación de Origen Calificada crea la plataforma DATALOC, que se sirve de la experiencia agronómica y de la monitorización meteorológica y de viñedos para un sector primario más concienciado con el cambio climático.

20 abril, 2023 02:01

"Nunca hemos estado tan volcados en la I+D+i como ahora". Esta afirmación proviene ya no sólo de un sector primario tradicionalmente alejado de la innovación y las nuevas tecnologías sino de uno de los ámbitos agrícolas con más proyección internacional: el del vino.

Y, además, es la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, una de las más reconocidas, la que reconoce su creciente interés por la disrupción. Su director técnico y de control, Pablo Franco, remacha: "Aquí los agricultores han demostrado que son personas inquietas en la exploración de nuevas tecnologías".

Vienen estas reflexiones a cuento de un nuevo proyecto que poco a poco está convirtiendo a esta zona en el territorio con mayor control del cultivo de la uva. Gracias a la iniciativa pública del gobierno regional, ya se había iniciado un proyecto de digitalización encaminado a la producción o a la vocación turística del sector -el proyecto Enorregión-, pero ahora las disrupciones llegan a pie de campo con una iniciativa llamada DATADOC.

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A través del uso de las nuevas tecnologías, el proyecto pretende fusionar los históricos datos agronómicos recogidos por la DOCa desde hace 20 años con la información que aportan las nuevas estaciones climáticas que hay repartidas en 20 parcelas estratégicas.

DATADOC está proyectado en diversas fases con un horizonte de cuatro años y, durante este periodo, gracias a la monitorización en tiempo real, permitirá a la DOCa Rioja ir proponiendo diferentes estrategias basadas en la información recopilada que se adapten a las particularidades actuales.

El proyecto, en esencia, quiere unir tecnología y sostenibilidad para evaluar la influencia del cambio climático en el viñedo, para así adoptar las medidas oportunas para garantizar la sostenibilidad de las explotaciones.

"Se trata -añade Franco- de aprovechar nuestra experiencia en la recopilación de datos agrícolas para, a través de la digitalización y la sensorización de otros datos, en este caso climáticos, sacar conclusiones en términos de I+D+i".

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En definitiva, el objetivo es evaluar "cualquier efecto que el cambio climático tenga en nuestro territorio".

El proyecto lo lleva a cabo el Consejo Regulador de la DOCa Rioja, pero lo hace de la mano del Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino y el Servicio de Investigación Agraria y Sanidad Vegetal, del gobierno de La Rioja. Asimismo, cuenta con partners tecnológicos locales, como Encore Lab.

"Este proyecto lo podemos llevar a cabo porque tenemos una recopilación histórica de datos", concede el director técnico y de control de la DOCa. Lo que sucede, obviamente, es que "se trata de datos que teníamos recopilados en formato físico, por lo que ha sido necesario todo un plan para su digitalización".

El hecho de contar con esa gran cantidad de datos -climáticos, agronómicos…- hace que se puedan proyectar tendencias ante fenómenos climáticos concretos. Su capacidad predictiva es evidente.

Y de ello se encarga una plataforma creada a tal efecto, pensada, como no podía ser de otra forma, para que tenga continuidad una vez termine la vigencia del proyecto DATADOC.

Cruzar los datos agronómicos del viñedo con los datos climáticos que se obtienen gracias a las estaciones meteorológicas permite extraer "valiosas conclusiones".

Este trabajo se ha hecho en una red de parcelas (20) que son las que monitorizan y captan en tiempo real todo tipo de parámetros. La inteligencia artificial, posteriormente, hace posible que se calculen los mismos parámetros aplicados a otras parcelas no monitorizadas, de manera que se controla todo el territorio, formado por 66.000 hectáreas de viñedo.

Hay dos preguntas que se antojan obligadas. Por un lado, la de si sería posible exportar este proyecto a otro territorio y a otro sector; por otro, la de si el agricultor riojano está preparado.

Otras iniciativas

A la segunda ya ha contestado sutilmente Pablo Franco unos párrafos más arriba. "En La Rioja ya hay muchas bodegas que cultivan tomando como referencia tecnología satelital; los agricultores aquí son inquietos y ya hay parcelas en las que operan tractores o vendimiadoras inteligentes", resume.

A la primera también contesta tajante: "Es difícil que este proyecto se pueda replicar en otros territorios porque no todos los territorios tienen una recopilación histórica de datos agronómicos como la nuestra, es ahí donde está la clave de esta iniciativa".

DATADOC entronca con otras iniciativas riojanas que también ha sido promovidas desde el sector público. Hace unos días, D+I avanzaba el proyecto Enodatalake, que, según el gobierno autonómico, "surge como respuesta a la demanda de todos los agentes de la cadena de valor del vino, que van a poder aportar sus datos y, al mismo tiempo, aprovecharlos como instrumento esencial en su trabajo diario".

Explican desde el gobierno autonómico que "en el caso de las empresas, mejorarán su productividad y tomarán decisiones más robustas que afianzarán su posicionamiento competitivo. En cuanto a los investigadores, dotarán de mayor fiabilidad y robustez a sus investigaciones y reforzarán su posición internacional".

A este Enodatalake se incorporarán datos públicos y privados en todos los ámbitos (desde la viña o la bodega hasta la comercialización o el enoturismo), que se estructurarán y que permitirán, por ejemplo, realizar ejercicios empíricos y modelos predictivos para anticipar la demanda de un determinado tipo de vino o de una actividad turística, conocer si es necesario aplicar un determinado tratamiento sobre las vides en una parcela o predecir la calidad del vino en función de su composición analítica.