
Cada año, cientos de miles de conductores españoles se preparan para uno de los momentos más importantes del calendario en nuestras carreteras: la Operación Salida de Semana Santa.
Son días marcados por un aumento del tráfico, la fatiga, los desplazamientos largos y, lamentablemente, también por un repunte de los accidentes respecto a las semanas predecesoras.
En este contexto, los sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS) demuestran que no solo son una innovación tecnológica más, sino que son una herramienta clave para proteger vidas.
Llevamos años desarrollando estas soluciones, que actúan como un copiloto silencioso e invisible que nunca se cansa o despista y que reacciona en milisegundos
Actualmente, gracias a la nueva normativa europea que entró el vigor en julio del año pasado, muchos de estos sistemas ya son obligatorios en todos los vehículos de nueva matriculación.
La buena noticia no es sólo que la tecnología esté lista, sino que ya está disponible en todos los coches nuevos y no solo en los más altos de gama, y, por tanto, al alcance de todos.
La frenada automática de emergencia, los sistemas de mantenimiento de carril, la detección de fatiga o el control inteligente de velocidad son solo algunos ejemplos de ADAS que pueden marcar la diferencia en un momento de distracción o cansancio, muy comunes en desplazamientos largos.
La UE estima que estas medidas podrán salvar en Europa hasta 25.000 vidas de aquí a 2038
Por eso, más allá de los atascos o del equipaje que llevemos en el maletero, esta Semana Santa deberíamos preguntarnos: ¿Lleva mi coche estos sistemas? ¿Sé cómo funcionan? ¿Puedo confiar en ellos?
Como demostró uno de los estudios incluidos dentro del proyecto VIDAS desarrollado por Bosch y Fesvial (Fundación Española por la Seguridad Vial), muchos conductores desconocen que su coche equipa estos asistentes avanzados.
Otros los desactivan por desconocimiento o por considerarlos molestos. El reto ahora no es solo tecnológico — los sistemas ya son eficaces y maduros—, sino de percepción y formación.
Desde el sector debemos hacer un esfuerzo para explicar mejor cómo funcionan los ADAS y qué beneficios ofrecen. Esto debe complementarse con el apoyo de la administración, facilitando más formación en autoescuelas y campañas de concienciación y divulgación.
Este año viviremos una Semana Santa con más coches nuevos en carretera, tras el empuje del renting o los planes de ayuda a la compra de eléctricos, y se trata de una oportunidad para comprobar cómo estos asistentes están optimizando la manera de conducir y reduciendo el riesgo de accidentes, incluso en los tramos y las condiciones más complicadas.
La implantación de los ADAS no es una tendencia, es una necesidad. Estudios independientes han estimado que, si todos los coches estuvieran equipados con estos sistemas, se podrían evitar hasta un 40% de los accidentes, un 37% de las lesiones graves y un 29% de las muertes en carretera.
Las cifras son contundentes y demuestran que la tecnología, cuando está madura y es accesible, salva vidas
Con una edad media del parque móvil en España superior a los 14 años, muchos de los vehículos que circularán esta Semana Santa no equipan ADAS.
Renovar el parque no es solo una cuestión ecológica o de confort. Es una cuestión de seguridad vial. Un vehículo nuevo, y sobre todo desde julio del año pasado, es siempre más seguro.
Desde Bosch, abogamos a favor de que todos los actores involucrados en la seguridad vial - industria automovilística, administración, aseguradoras y conductores - trabajemos juntos para facilitar el acceso a vehículos más seguros y a una mayor formación.
Los ADAS no sustituyen al conductor, pero sí pueden evitar ese segundo fatal de despiste que puede cambiarlo todo
Esta Semana Santa, igual que revisamos los neumáticos o el nivel de aceite, pensemos también en la tecnología que nos acompaña al volante. Tal vez no la veamos, pero está ahí, atenta y lista para actuar cuando más la necesitamos.
***Ricardo Olalla es vicepresidente de ventas de Bosch Mobility para España y Portugal