Todo surge del proceso de transformación impulsado por gobiernos y dirigentes empresariales hacia nuevos sistemas energéticos basados en energías renovables: en el marco del Acuerdo de Paris (2015), más de 170 países se comprometieron a acelerar el impulso a las energías renovables para reducir las emisiones de CO2. Si se cumplen estos compromisos, en 2025 las energías sostenibles superarán a los combustibles fósiles y a la energía nuclear combinados.

Este nuevo sistema energético de bajas emisiones ya es técnicamente viable, económicamente rentable y está listo para ser adoptado de manera acelerada y generalizada. Y, por supuesto, se está convirtiendo prácticamente en obligatorio. Si hay algo que hemos aprendido durante los últimos meses es que la sostenibilidad debe estar presente en cada paso que demos.

A pesar de ello, ahora mismo tan solo representa una pequeña parte de la combinación energética mundial, por lo que, si se quieren cumplir los objetivos climáticos marcados, resulta necesario invertir en fuentes de energía renovables.

Tercera transición energética

Tras el paso de la madera al carbón a finales del siglo XIX y del carbón al petróleo y al gas a mediados del XX, ha llegado el momento de una nueva revolución en la generación de energía. El aumento del uso de las energías renovables y el fin de los combustibles fósiles marcan el inicio de esta nueva transición energética.

Cuando hablamos de fuentes de energía renovables, la energía solar y eólica son las que tienen mayor potencial para liderar esta transformación. Estas fuentes ya tienen un coste y rendimiento similar al de las fuentes de energía convencionales, y en muchos países todas las nuevas plantas de generación eléctrica que se instalan utilizan energías renovables por ser las más eficientes. Además, a medida que pasa el tiempo encuentran menos obstáculos para su implantación y se benefician de importantes curvas de aprendizaje, con la consecuente disminución de costes cada vez que se duplica la capacidad instalada.

La demanda de este tipo de energías crece inexorablemente, ya que responden a las tres prioridades energéticas de los consumidores: fiabilidad, asequibilidad y responsabilidad medioambiental.

Para canalizar esta nueva corriente de recursos, a continuación, se recogen las principales tendencias que conducen esta transición energética de la que hablamos: 

·  Energía eólica. Se trata de una de las fuentes de energía que más rápido crece y tiene un papel clave tanto en el cambio climático global como en el futuro suministro de energía. Cuando hablamos de capacidad instalada, esta fuente ocupa el segundo lugar entre las renovables por detrás de la hidroeléctrica, contando además con un alto potencial de crecimiento: se espera que el mercado mundial de la energía eólica alcance una capacidad instalada acumulada de 1.000 GW a finales de 2025, con Asia-Pacífico como región dominante.

·  Energía solar. Caracterizada por su abundancia, es la mejor candidata para satisfacer la creciente demanda energética. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha asegurado que ya es más barato generar electricidad capturando energía del sol que quemando carbón o gas natural.

Hace 10 años era mucho más barato construir una nueva central eléctrica basada en la utilización de combustibles fósiles que construir una nueva central solar fotovoltaica o eólica. Sin embargo, en tan solo una década, ese diferencial de costes se ha reducido en un 89% y el liderazgo en eficiencia energética se ha invertido: el precio de la electricidad proveniente de una nueva planta de carbón es ahora mucho más alto que el precio de la energía generada por una planta solar de última generación.

·   Combustible de hidrógeno: Hoy en día, la producción de combustible de hidrógeno se puede llevar a cabo a partir de fuentes de energía renovables.Sin embargo, el precio debe bajar de forma más acentuada. El sector del transporte pesado representa la mayor oportunidad de mercado para el hidrógeno, debido a la densidad energética y elevada autonomía. Un ejemplo actual de aplicación de esta energía es la pila de combustible utilizada para la carga de los SUVs 100% eléctricos de la nueva competición de todoterrenos denominada Extreme E, una competición totalmente innovadora y sostenible.

Según diferentes estudios, las renovables pueden cubrir cerca del 80% del crecimiento futuro de la generación mundial de electricidad y en 2025 podrán superar al carbón como principal medio de producción de electricidad.

En Santander Private Banking, vemos en las energías renovables una vía para capturar interesantes oportunidades de inversión, además de un medio para cuidar el planeta. A través del marco de asesoramiento Future Wealth, descubrimos qué empresas pueden protagonizar mejor el incesante avance de las energías renovables.