Estas fueron algunas de las comidas más típicas de los antiguos romanos: ya no se toman actualmente

Estas fueron algunas de las comidas más típicas de los antiguos romanos: ya no se toman actualmente

Historia

Estas fueron algunas de las comidas más típicas de los antiguos romanos: ya no se toman actualmente

En el Imperio romano había algunos alimentos y platos comunes que se consumían mucho. También elaboraciones muy populares.

22 febrero, 2024 10:27

¿Cuáles eran las comidas típicas del Imperio romano? Resulta curioso saber cómo se alimentaban los antiguos romanos, al igual que otras civilizaciones pretéritas, como los egipcios.

En la actualidad conocemos los principales alimentos de los que disponían los romanos y, por lo tanto, los que incorporaban frecuentemente a su dieta. Además de las fuentes escritas y epigráficas, la arqueología también ha logrado recuperar una serie de elaboraciones que solían tomarse de forma habitual en la época. 

Las comidas típicas de los romanos

En el texto Cómo (y qué) comían los romanos, del catedrático Juan Francisco Martos Montiel y de la investigadora María Francisco Fornieles Medina, se indica que "las comidas principales del día eran tres. El desayuno (ientaculum) se tomaba a primera hora de la mañana y consistía habitualmente en pan, queso (caseus), huevos, hortalizas (olera), aceitunas (olivae) y vino, tanto puro (merum) como con miel (mulsum)". Los niños también podían comer galletas y dulces.

[Este era el alimento selecto que encantaba a los romanos: se fabricaba en Hispania]

Hacia el mediodía tenía lugar una segunda comida rápida, el prandium, que a menudo se tomaba de pie, a base de alimentos similares, preparados en frío o guisados. Porque hay que matizar que los hábitos alimentarios de los romanos no eran como los modernos. 

"La comida propiamente dicha era la cena, que comenzaba al caer la tarde y podía prolongarse durante varias horas (en algunos casos incluso durante toda la noche y hasta la mañana siguiente)", detallan los investigadores. "La cena, en la que se reunía la familia y también a menudo los amigos, era entre los romanos uno de los grandes momentos de la jornada, y representaba no solo el momento de alimentarse (como el desayuno y el prandium), sino también una importante ocasión convival y de placer".

En cualquier caso, se conoce que la dieta en el Imperio romano variaba dependiendo de la clase social, la región y el periodo de tiempo. Sin embargo, había algunos alimentos y platos comunes que se consumían ampliamente en esa época. Aquí tienes una lista de los más comunes.

Los alimentos comunes en el Imperio romano

  • Pan: El pan era un alimento básico en la dieta romana y se elaboraba con diferentes tipos de granos, como trigo, cebada o espelta.
  • Aceitunas: Las aceitunas eran una parte importante de la dieta romana y se consumían tanto frescas como en forma de aceite.
  • Vino: El vino era una bebida popular entre los romanos y se producía en muchas regiones del imperio.
  • Frutas y verduras: Se consumían una variedad de frutas y verduras, como uvas, higos, manzanas, peras, dátiles, hortalizas, lechuga, repollo o zanahorias, entre otras.
  • Legumbres: Los romanos consumían legumbres como lentejas, garbanzos y habas.
  • Carne: La carne era parte de la dieta romana, especialmente para aquellos que podían permitírselo. Se consumían carnes de cerdo, pollo, cordero y ternera, además de pescado.
  • Queso: Se producían y consumían una gran variedad de quesos en el Imperio romano.
  • Salsa de pescado: Un condimento comúnmente utilizado en la cocina romana antigua.
  • Miel: Se utilizaba para endulzar alimentos y bebidas.
  • Huevos: Los huevos eran una fuente importante de proteínas en la dieta romana.
  • Frutos secos: Almendras, avellanas y nueces eran algunos de los frutos secos consumidos en la Antigua Roma.

Las elaboraciones más comunes del Imperio romano

Para conocer mejor la alimentación del Imperio romano, es necesario saber cuáles eran, además de los alimentos en concreto que tomaban, las elaboraciones más populares. Estas son algunas que ya no forman parte de nuestro menú:

El puls

El puls (denominado como pulmentum) era una elaboración básica. Se trataba de una preparación culinaria en forma de sopas o gachas de cereales o legumbres, muy popular en todo el Imperio romano.

Panis Quadratus

Como se mencionaba anteriormente, uno de los alimentos básicos en la Antigua Roma era el pan. Y curiosamente, se conoce cómo era el pan que se tomaba gracias a restos carbonizados encontrados en Pompeya.

Un pan carbonizado hallado en la ciudad de Herculano.

Un pan carbonizado hallado en la ciudad de Herculano. Wikimedia Commons

De hecho, recientemente una arqueóloga ha logrado acercar el sabor y textura del pan que se comía en la Antigua Roma a partir de los conocimientos adquiridos en la ciudad arrasada por el Vesubio en el año 79 d.C.

En este sentido, se encontraron hornos que contenían hogazas de pan carbonizado llamadas "panis quadratus". Se trata de panes de masa fermentada grandes y redondos, segmentados en ocho piezas y con un agujero en el centro.

El gustum de praecoquis

Otro plato típico es el gustum de praecoquis, un aperitivo muy apreciado por las familias patricias. Se trata de una receta que combinaba los sabores dulces con los salados.

Esta receta se describe en el libro De Re Coquinaria de Marco Gavio Apicius y se preparaba hirviendo albaricoques. También llevaba pimienta molida y menta, salsa de pescado, vino de pasas, vino y vinagre, junto con un poco de aceite de oliva.

El dulce defrutum

En este caso no nos encontramos con una receta en sí mismo, sino con un condimento: el defrutum (denominado también caroenum), un tipo de vino reducido a mitad de su volumen. Uno de sus principales usos era el culinario y se añadía a las carnes o pescados para la elaboración de salsas diversas. 

El garum de pescado

El garum de pescado tampoco es ninguna elaboración, sino un condimento. Se trata de una salsa salada, hecha a base de vísceras fermentadas de pescado, muy extendida en la gastronomía romana y que se fabricaba principalmente en Hispania. Se empleaba por los habitantes de la Antigua Roma, principalmente, para condimentar o acompañar gran cantidad de comidas, aunque se usaba asimismo en medicina y cosmética.