La tensión se acumulaba en las trincheras británicas. Los oficiales consultaron la hora, esperando impacientes el avance de las manecillas del reloj para dar la orden de avanzar. A las 7:20 de la mañana del primero de julio de 1916 un violento terremoto sacudió la tierra. Después llegó el ensordecedor estampido. Más de 18 toneladas de explosivos habían detonado bajo las posiciones fortificadas de la primera línea alemana del Somme.

La de Hawthorn Ridge solo fue una de las 19 minas que revolvieron la tierra aquella mañana marcando el pistoletazo de salida de la ofensiva del Somme, una de las batallas más letales de la Primera Guerra Mundial. Las cámaras del director de cine Geoffrey Malins inmortalizaron la brutal detonación que, en lugar de facilitar el avance británico, lo complicó todavía más. La explosión tuvo lugar diez minutos antes del asalto general, lo que permitió a los soldados alemanes saltar a sus líneas de tiro y esperar, impacientes, el inminente asalto.

Cuando el agudo ruido de los silbatos británicos recorrió el frente de batalla, las oscuras bocas de los fusiles y ametralladoras enemigas sembraron de muerte la tierra de nadie. Este "error colosal" se tradujo en una carnicería. Hoy, 107 años después de estos hechos, un equipo multidisciplinar de investigadores ha centrado su mirada sobre aquel enorme boquete que abrió en canal las posiciones germanas y que se ha enfrentado a su primer estudio científico serio.

De cráter a fortín

El área ha sido peinada desde el aire mediante el uso de drones con potentes cámaras que han permitido estudiar y analizar la zona como nunca antes. En el marco de sus investigaciones, el equipo compuesto por historiadores, arqueólogos y científicos de la Universidad de Keele (Reino Unido) pudieron descubrir y excavar dos secciones de la trinchera alemana. 

Estas zonas indican la habilidad de los soldados alemanes para incorporar el cráter a sus posiciones defensivas. Después del infructuoso primer asalto británico, sus bordes se habilitaron para poder albergar una serie de galerías de tiro protegidas por alambres de púas. El equipo también ha localizado los restos de cables de comunicación y un hasta ahora desconocido túnel. Este último se cree que fue excavado por los defensores para crear una posición adelantada en tierra de nadie desde la que poder vigilar más de cerca las posiciones británicas.

Fotografía del cráter en noviembre de 1916 Wikimedia Commons

"La explosión de la mina fue la primera acción de la batalla del Somme, destinada a dar ventaja a las fuerzas aliadas. Por primera vez encontramos evidencias físicas de cómo los soldados alemanes habían consolidado parte del cráter que quedó después de la explosión y, de hecho, lo utilizaron a su favor como una nueva posición defensiva", explica el doctor Jaime Pringle, geocientífico forense de la Universidad de Keele y uno de los firmantes del reciente estudio publicado en la revista Journal of Conflict Archaeology.

El 13 de noviembre, otra mina agitó el frente de batalla creando un nuevo cráter que esta vez sí permitió a los hombres de la 51 División de las Tierras Altas tomar las crestas y el pueblo de Beaumont Hamel, destacadas posiciones defensivas germanas. Entre las posiciones minadas los investigadores contabilizaron hasta 27 impactos de proyectiles de la artillería británica que buscaron desalojar a los alemanes del enorme boquete, convertido en un potente bastión que protagonizó ferocísimos combates. Uno de estos proyectiles de metralla se localizó intacto, con la mecha aún lista para hacer explosión. 

Restos de explosivos hallados en la excavación Journal of Conflict Archaeology

Investigación y estudio

"Los alemanes dominaron rápidamente el arte de capturar cráteres y lo utilizaron en su beneficio. Aunque perdieron muchos hombres en la explosión inicial, el cráter se convirtió en parte de la línea del frente alemana, lo que significa que se perdió la oportunidad de atravesar la línea aquí", afirma Peter Doyle, profesor e historiador militar de Goldsmiths, Universidad de Londres. Una caja de municiones para una ametralladora Vickers refleja que las tropas británicas ocuparon brevemente la posición y que esta cambió de manos en varias ocasiones. 

"Nuestro estudio ha proporcionado nuevas evidencias del punto fuerte que los alemanes construyeron a partir del cráter que fue capturado en medio de la tierra de nadie y que condenó al fracaso el ataque británico. Esto refuerza la idea de que volar la mina diez minutos antes, para darle tiempo a la tierra para asentarse, fue una muy mala idea. Fue solo después de un esfuerzo continuo de cuatro meses y una nueva mina que se pudo capturar el reducto de Hawthorn", continúa Doyle. 

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El equipo pudo tener acceso a dicha ubicación después de que la asociación franco británica del Cráter de Hawthorn Ridge firmase con las autoridades locales en 2018 un contrato de arrendamiento por 99 años. Dicha asociación realizó los primeros trabajos de limpieza que permitieron el primer estudio serio del sitio y su papel en la batalla.

"La tierra había sido propiedad privada durante casi 100 años, por lo que este estudio científico, el primero que se llevó a cabo en este cráter de importancia histórica, fue a la vez emocionante y significativo. Utilizando una variedad de métodos científicos, pudimos mapear los epicentros de ambas explosiones y los límites de los cráteres causados por la primera y la segunda explosión, así como las posiciones defensivas posteriores a la detonación y los cráteres de impacto de los proyectiles aliados", detalla el doctor Kris Wisniewski, profesor de Ciencias Forenses en la Universidad de Keele.

Esta última institución educativa ha sido la responsable de estudiar el lugar en conjunto con la Universidad South Bank de Londres, la Universidad de Staffordshire, la Universidad Tecnológica del Atlántico, Goldsmiths, la Universidad de Londres, el Servicio de Arqueología de Stoke-on-Trent y Arqueología de Cotswold.

"Usando drones con cámaras de imágenes, pudimos tomar imágenes de forma remota de una probable zapa o túnel poco profundo al noroeste del cráter, lo que muestra el dominio alemán de la tierra de nadie después de la detonación inicial", cierra Wisniewski.