El Antiguo Egipto sigue deparando interesantes hallazgos. Una misión arqueológica egipcia, alemana y austriaca ha descubierto en el sur del país del Nilo, en la ciudad de Abydos, que fue uno de los principales centros religiosos de la civilización de los faraones, varios centenares de tinajas de vino cerradas e intactas, todavía con sus tapas, que datan de hace unos 5.000 años, según ha informado el Ministerio de Turismo y Antigüedades en un comunicado.

Los hallazgos se han registrado en la tumba de la reina Merneith o Merytneit, de la Dinastía I (hacia 2925 a.C) y la que podría haber sido la primera monarca de la historia egipcia, en la zona de Umm al Qaab, en el mencionado yacimiento, ubicado en la provincia de Sohag, casi 500 kilómetros al sur de El Cairo. Los investigadores creen que los objetos recuperados pueden ayudar a verter luz sobre la figura de la enigmática soberana, "una mujer única", conocida desde principios del siglo XX.

"Las tinajas descubiertas son de gran tamaño y se encuentran en buen estado de conservación. Y los restos del vino encontrados en su interior tienen unos 5.000 años de antigüedad", ha resaltado el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Waziri.

Algunas de las tinajas de vino halladas durante la excavación. Ministerio de Antigüedades de Egipto

Una inscripción hallada en una tablilla ha desvelado que Merneith había estado a cargo la tesorería real, lo que respalda las hipótesis de que fue una mujer con una importante posición, quizá una faraona. "Los trabajos de excavación en la tumba también lograron revelar nueva información histórica sobre la vida de la reina y el período de su reinado, y el estudio de las inscripciones en una de las tablillas encontradas dentro de la tumba se demostró que la reina tenía un gran cargo, ya que era responsable de las oficinas del gobierno central", ha explicado Dietrich Rau, director del Instituto de Arqueología Alemán en El Cairo

En el comunicado del Ministerio la jefa de la misión arqueológica, Christiana Kohler, ha indicado que la meticulosa excavación del sitio y los estudios realizados muestran que la tumba de la reina Merneith puede ser la única de una mujer de la Dinastía I en la necrópolis de Abydos. "Junto a su tumba también hay un grupo de 41 sepulturas para sus cortesanos y sirvientes, lo que indica que fueron construidas durante diferentes períodos de tiempo". Ha añadido, además, que estos resultados "desafían totalmente la idea a menudo propuesta, pero no demostrada, de los sacrificios humanos de esta era".

[Descubren "el perfume de la eternidad" del Antiguo Egipto: fue aplicado a una noble en su momificación]

Aunque la bebida popular en el Antiguo Egipto era la cerveza, el vino se reservaba para estratos sociales altos, entre ellos los faraones, sacerdotes y nobles.

A lo largo del Egipto faraónico, solo un puñado de mujeres llegaron a ser faraonas y a gobernar por derecho propio. Solo cuatro lo fueron con certeza y la única que pudo acceder al trono durante un periodo de estabilidad fue Hatshepsut, durante la Dinastía XVIII. Las otras tres gobernaron al final de sus dinastías, en tiempos de incertidumbre: Nitiqret (Nitocris), en las postrimerías del Imperio Antiguo, hacia 2180 a.C.; Sobekneferu (ca. 1775 a.C.), a finales de la Dinastía XII; y Tausret, esposa principal de Seti II, que actuó como regente en los últimos compases de la Dinastía XIX.