Durante más de 300 años, el real de a ocho fue una de las monedas más valiosas en el comercio internacional del Imperio español. A mediados del siglo XVI, esta acuñación fue impulsada por los tesoros que traían los barcos procedentes de América.

Una parte de la población sigue recordando las tierras que el país conquistó en su etapa de mayor esplendor. Sin duda, España ha vivido numerosos acontecimientos que definen la historia contemporánea de nuestros días y de los que tiene un papel clave el Imperio español. 

El sueño de crear un imperio global y católico estaba integrado en una sociedad que vivía en jerarquías, cuyo estado socioeconómico dependía de su origen étnico. Mientras tanto, la Iglesia tenía un papel importante en la evangelización de los territorios anexionados tras las conquistas.

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El poder se concentraba en la monarquía y la política de expansión para anexionarse territorios que estaban sometidos a la realeza por medio de alianzas matrimoniales y acciones de conquista atlánticas.

Esta moneda se convirtió en una reserva mundial que también estaba en circulación. De hecho, la mitad del dinero internacional correspondía a esta acuñación. Después de las modificaciones de los Reyes Católicos en 1497, se introdujo el real de a ocho.

En poco tiempo, pasó a adquirir notoriedad fuera de los territorios castellanos. Durante los tres siglos siguientes, fue la primera moneda internacional que tan solo llegaría a ser reemplazada por la libra esterlina en el siglo XIX y por el dólar en 1944.

En España empezó a estar en circulación en 1490. El real de a ocho se compone del nombre 'real' que hace alusión a la realeza del Imperio español y de 'ocho' para designar el valor de la moneda en términos monetarios.

Una moneda de cambio internacional

El real de a ocho era la moneda más aceptada en todo el mundo, tanto en Europa, Asia, América y África. Esta fue acuñada en plata y tenía un peso de 27 gramos en el que se incluía una imagen de la monarquía española y el escudo de armas. Sin embargo, en 1530, la moneda se empezó a fabricar en oro en América. 

Por eso, el real de a ocho primero se conocía como 'peso' y, más tarde, como 'duro'. Paulatinamente, sus dineros fueron cambiando, aunque siempre se mantuvo el escudo de la monarquía, el de Castilla y León y las conocidas columnas de Hércules y el lema del emperador Carlos, que era PLVS VLTRA.

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También dio lugar a la inclusión de la imagen de dos hemisferios que estaban sobre unas ondas que recordaban al mar.

En esta ocasión, se pasó a utilizar el tema VTRAQUE VNUM. En América, la moneda era conocida como dólar. De hecho, el real a ocho sirvió como modelo para la propia moneda de los territorios independientes. 

El símbolo del dólar y las columnas de Hércules

El real de a ocho llegó a Estados Unidos para asumir los gastos gubernamentales y las tasas de impuestos. Hasta 1857, el dólar español era la moneda oficial de Estados Unidos. Una influencia que se puede apreciar hoy en día con la todavía moneda estadounidense que se conoce como 'dólar'. 

La estabilidad de esta moneda hizo que se mantuviese en muchos de los territorios del mundo. Sin duda, es un hecho que ha despertado algunas teorías sobre el símbolo del dólar y las columnas de Hércules.

Hay teorías que relacionan que las dos barras del símbolo del dólar tienen vinculación con las columnas del Escudo de Armas de España. En 1792, Estados Unidos tomó como modelo los reales españoles que tenían grabado el escudo de armas español en la moneda para el dólar.

Así, añadió el relieve del mundo y las Columnas de Hércules con el lema Plus Ultra. Por otra parte, las Columnas de Hércules se podían ver en el escudo de Carlos I de España en el siglo XVI.