Núria de Gispert, presidenta del Parlamento catalán entre 2010 y 2015.

Núria de Gispert, presidenta del Parlamento catalán entre 2010 y 2015. Efe Barcelona

Política CATALUÑA

De Gispert rechaza la Cruz de San Jordi por su "maldito tuit" xenófobo del que culpa a los medios

La expresidenta del Parlament llamó "cerdos" a Girauta, Arrimadas o Millo.

6 mayo, 2019 21:29

La expresidenta del Parlamento de Cataluña Nuria de Gispert ha puesto a disposición del president Quim Torra la Cruz de San Jordi que la Generalitat iba a concederle y que un "maldito tweet", como ella misma expresa en una carta, le hace tener que rechazar. De Gispert no se culpa de la polémica -se limita a decir que su comentario fue "no afortunado"- y sí a medios de comunicación y partidos políticos críticos. Torra ha accedido a retirar el reconocimiento.

Fue el pasado jueves cuando la dirigente independentista llamó cerdos a Juan Carlos Girauta, Inés Arrimadas, Enric Millo y Dolors Montserrat, compartiendo la imagen del animal dibujado bajo el título "han aumentado las exportaciones en Cataluña" y haciendo referencia de forma burda a a las salidas de estos políticos a sus nuevos destinos como representantes públicos: "Girauta a Toledo, Arrimadas a Madriz, Millo a Andalusia, Dolors Montserrat a Europa".

 

Carta íntegra de Nuria de Gispert a Quim Torra

Queridas, queridos.

La semana pasada recibí una buena noticia: el Gobierno me otorgaba, junto con otras personas y entidades, la Cruz de San Jordi, una distinción creada en 1981 que premia una trayectoria vital al servicio de Cataluña y de su cultura, o también un hecho relevante y especial, haber destacado en un ámbito... Por supuesto, esta decisión me hizo mucha ilusión, porque he amado y amo las instituciones catalanas. He tenido el honor inmenso de ser la primera mujer en presidir nuestro Parlamento.

Dos días después, sin embargo, y como consecuencia de un maldito tweet, hubo un descalabro exagerado: política y medios de comunicación, líneas editoriales y opinadores de todo tipo iban creando un ambiente proclive a revertir la otorgamiento de la Cruz a mi persona, aunque fuera tergiversando lo que yo había escrito y silenciando mis explicaciones. Tampoco parecía importar nada que me hubiera disculpado por tweet, que he reconocido que era desafortunado, ni que lo hubiera borrado, al ver las interpretaciones que se estaban difundiendo.

El daño ya estaba hecho y los profesionales de la crispación no estaban dispuestos a desaprovechar la situación planteada. Quiero manifestar que esta campaña política hacia mi persona es profundamente preocupante, y hay que denunciarlo: no podemos permitir que se restrinja ni coarte la libertad de expresión de todos, seamos quienes seamos, si verdaderamente queremos construir una sociedad avanzada democráticamente. Se trata de un valor republicano básico, que debemos saber proteger efectivamente, porque nos jugamos mucho.

Vivimos tiempos convulsos políticamente y, además, estamos en campaña electoral. El tweet, que no era afortunado, ha sido muy oportuno para todos los que no pierden ninguna oportunidad para erosionar un Gobierno y un Parlamento vulnerables, dadas las circunstancias políticas, y para inocular nuevas dosis de crispación en la política y deteriorarse hay el debate; para los que, en definitiva, desde el cinismo, la deslealtad y la irresponsabilidad, creen en el 'todo vale' y lo practican.

Dadas estas circunstancias, por un sentido institucional y porque creo, además, que la Cruz de San Jordi, como distinción, debe estar alejada de toda polémica que puedan avivar aquellos a quienes, sobre todo, molesta cualquier forma de catalanidad expresada de manera normal, pacífica y festiva, asumo el error cometido, lamentándolo, y os anuncio que he puesto la Cruz de San Jordi, que aún no he recibido, a disposición del Presidente Quim Torra y de su Gobierno, para lo que crean más conveniente.

Para terminar, y agradeciendo al Gobierno de la Generalitat que considerara hace unos días que era merecedora de la Cruz, constato que, en estos momentos de la vida -la mía y la de nuestro país-, lo que verdaderamente valoro, me hace feliz y me da vida es el calor de tanta gente amiga, el talento de tantas mujeres y de tantos hombres que nos acompañan, y la ilusión compartida por un futuro de dignidad y de libertad colectivas.

Por ello, con Cruz o sin ella, me tendréis al lado y al servicio de este pueblo que ha sufrido tanto, que ha aguantado tanto, pero que se rebela democráticamente y pacíficamente por un futuro mejor.

¡Viva Cataluña libre!