En contra de la tradición inaugurada por José Félix Tezanos desde que asumió el cargo de presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas -un mes antes de pedir la baja temporal de su militancia en el PSOE-, este martes el CIS publicará una encuesta con cocina -"digámoslo adecuadamente, una encuesta con corrección", puntualiza un sociólogo electoral consultado por EL ESPAÑOL-.

Y no será un sondeo cualquiera, sino un macrosondeo que quintuplica el número de entrevistas de todos los anteriores: más de 16.800 personas fueron consultadas el pasado marzo para elaborar la primera proyección de escaños de Tezanos.

Y a todo esto espera el PSOE de Sánchez para decidir si le interesa o no celebrar debates electorales con los candidatos de los partidos de la oposición. La cantidad e incluso el formato. Porque cada vez parece más lejos un cara a cara, dentro de la estrategia de no darle alas a la derecha. De hecho, el propio secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha llegado a justificar esta decisión en que tras las duras declaraciones de Pablo Casado: "Estamos observando una especie de primarias dentro de la derecha donde hay tres formaciones que se disputan el liderazgo y que bien convendría saber quien es el líder de las tres".

Este mismo martes Ábalos afirmaba que "está pendiente de resolver" por parte de su comité electoral la decisión sobre los debates. Advertía de que "el tono" de la oposición "parece anunciar un torrente de descalificaciones". Se refería específicamente a Casado: "No sé qué calificativo se ha podido ahorrar hasta la fecha. No sé cuál es el límite: traidor, indigno... Le quedaba amigo de los criminales que es lo que ha venido a decir en el día de ayer".

Tras anunciar nada más convocar las elecciones del 28-A que el presidente estaba totalmente predispuesto a participar en cuantos más debates, mejor, y una vez creada la expectativa, los socialistas han ido dejando que el resto se desgaste en la dialéctica de pedirlos y de obtener el silencio como respuesta.

Pero ya quedan sólo tres días para que comience la campaña electoral, y Pedro Sánchez no ha confirmado su presencia en ninguna de las citas previstas. La que convocó a cinco -incluyendo a Vox- Atresmedia para el día 23 de abril, ni el que ofreció TVE para los cuatro que ya están en el Congreso que en principio se celebraría un día antes.

"El Comité Electoral no ha abordado la cuestión del debate", dijo José Luis Ábalos, secretario de Organización socialista, este lunes en rueda de prensa, guardando las cartas por unos días más. "Esta misma semana ya les contestamos". El también ministro de Fomento acumula además el cargo de coordinador de la campaña socialista, y todo pasa por sus manos. Y será lo que salga de este primer CIS con cocina el que termine de diseñar la estrategia de campaña electoral.

La "manipulación" de Tezanos

Hasta ahora, los barómetros de Tezanos habían renunciado a la corrección para la estimación de voto. El presidente del organismo sorprendió con su primer trabajo otorgando la primera ventaja al PSOE de Pedro Sánchez -quien había nombrado a este exmiembro de la Ejecutiva socialista-, y limitándose a ofrecer datos brutos de intención directa de voto. Evitaba hacer el trabajo que se espera de un sociólogo electoral: dar "un resultado lo más ajustado a la verdad", tal como explica Gonzalo Adán, director de SocioMétrica y profesor de la UIB.

Pero dado que en esta macroencuesta el CIS sí deberá dar una proyección de reparto de escaños en el Congreso "ahora sí es imprescindible la cocina", explica otro experto electoral vinculado con la política de partidos. "El número de entrevistas es necesario para poder hacer un proyección provincial correcta", explica Adán, "pero para poder dibujar un hemiciclo hay que ajustar las horquillas con correcciones, porque si no saldría un resultado absolutamente loco", añade el otro especialista.

La explicación hay que buscarla en el recuerdo de voto. "Es que todo el trabajo de Tezanos ha sido bueno, perfecto... hasta la última página, la que depende de él, en la que hace lo que le da la gana", detalla el director de SocioMétrica. "Si hubiera aplicado la corrección por recuerdo de voto, al PSOE habría que haberle multiplicado la cifra que daba Tezanos por 0,62... es decir, quitarle un 38% del total que le daba el CIS", asegura este otro experto.

"Eso es el efecto 'caballo ganador', lo que ha hecho Tezanos es manipular, crear una realidad", añade Adán. "Ha fabricado una profecía autocumplida que se confirmará en este CIS, en el que el PSOE bajará un poco, pero ya desde una acumulación de esa ventaja de euforia que le ha sumado votantes", añade. 

La audacia de Sánchez

En todo caso, las circunstancias y la propia audacia de la campaña socialista han ayudado. La clave de esta campaña, explican los sociólogos, era decidir cuál era el tema que marcaría la agenda, "y Sánchez ha sabido desmarcarse de sus pactos con el independentismo y mostrar a Vox como una amenaza que fagocita a PP y Cs". De este modo, y alimentando la polémica de los "viernes sociales", los socialistas han logrado que la pelea contra Sánchez se centre en el gasto social, "que es su terreno".

Ahora, explica el especialista en sociología electoral, "incluso esa caída previsible del CIS de este martes le alimentará el discurso movilizador para dejar claro que, como dice, hay un riesgo real de la victoria de las derechas".

Más allá de que cuando era el aspirante, Pedro Sánchez exigía a Mariano Rajoy "dar la cara" y "no esconderse" porque sería "un desprecio enorme a los ciudadanos", todo depende de cómo salgan las cifras del CIS este martes. 

La decisión del PSOE sobre si hay debates, cuántos y cómo celebrarlos se corresponderá con lo que más convenga a un partido que, subiendo en los sondeos desde sus 84 diputados a los 130 consolidados que ya le dan los últimos publicados, puede sentarse a mirar la desesperación de sus rivales, Rivera y Casado, en la lucha por ganarse el uno al otro... pero en todo caso por el segundo puesto.