Santiago de Compostela

Galicia es una de las comunidades que más está sufriendo los efectos del macrobrote de Covid-19 importado de las fiestas de fin de curso en Mallorca: actualmente hay 155 casos activos relacionados directamente con él, mientras que hay 550 contactos estrechos aislados.

Estas cifras recibieron un importante impulso este mismo miércoles, cuando se conocieron los resultados de las pruebas PCR realizadas a los 86 pasajeros -en su mayoría estudiantes de viaje de fin de curso- de un vuelo procedente de Mallorca que aterrizó el martes en el Aeropuerto de Santiago de Compostela: 49 positivos, más de la mitad del pasaje.

De acuerdo con la Consejería de Sanidad de la Xunta de Galicia, se ha podido confirmar que al menos 33 de ellos pertenecen al brote originado en las islas. Los 16 restantes se encuentran todavía en estudio. "La rápida atención nos ha permitido aislar a estas personas para que no sigan contagiado", ha celebrado su secretario general técnico, Alberto Fuentes Losada.

Todos los ocupantes del vuelo son considerados "contacto estrecho" de los positivos, por lo que tendrán que seguir en cuarentena pese a haber dado negativo en la prueba PCR a la que se sometieron voluntariamente a su llegada a la terminal. Cuestionada sobre por el hecho de que los estudiantes viajasen en un vuelo comercial junto a otros pasajeros, la directora general de Salud Pública, Carmen Durán, ha señalado que la Xunta "se limita a actuar en Galicia, donde tiene competencias".

Pontevedra

Lo cierto es que el Gobierno autonómico ya ha tenido que actuar en Galicia a causa de este brote: el área sanitaria de Pontevedra ha registrado 103 de los 155 casos importados de las islas, lo que ha supuesto un incremento sustancial en la incidencia a siete días, situándose en los 56 casos por 100.000 habitantes.

Ante la preocupante evolución de los datos, el comité clínico ha decidido elevar el nivel de restricciones tanto en Pontevedra como en otros municipios de su área sanitaria, como Poio, Vilaboa, Barro, Cambados y Vilanova de Arousa.

Así, todos ellos pasarán al nivel medio, lo que se traduce en una reducción del aforo al 30% en el interior de los locales de hostelería y al 50% en las terrazas, por debajo del 50% y el 100%, respectivamente, que se permitía hasta ahora.

Estas nuevas restricciones entrarán en vigor a las 00.00 horas del sábado, por lo que se dará una curiosa paradoja: a partir de las 00.00 horas de este jueves, 1 de julio, reabre el ocio nocturno en la comunidad, por lo que en el área de Pontevedra también podría funcionar a pleno rendimiento.

Sin embargo, el macrobrote balear traerá consecuencias económicas para el ocio nocturno de Pontevedra: muchos locales que ya habían sacado a sus trabajadores del ERTE y habían hecho compras con la esperanza de reabrir este jueves y recuperar su actividad normal han decidido dar marcha atrás.

Con estos datos en la mano, el Servicio Gallego de Salud (Sergas) volverá a intensificar sus cribados, con 11.000 personas convocadas para este fin de semana.

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