Juanma Moreno y María Jesús Montero, en un acto en Sevilla.

Juanma Moreno y María Jesús Montero, en un acto en Sevilla. EP Sevilla

Andalucía

El PSOE-A se prepara para las urnas tras mover piezas clave de sus equipos y una oposición hiperactiva durante meses

El partido lleva al Parlamento a un estrecho colaborador de la secretaria general, María Jesús Montero.

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Fuentes del Gobierno andaluz eran claros este pasado viernes en el Parlamento: vienen urnas. Las elecciones están a la vuelta de la esquina, ya sean las andaluzas o las generales. Y el PSOE ha tomado nota. Se prepara hace tiempo para ello.

Prueba de ello es que en el próximo Pleno ordinario del Parlamento de Andalucía los socialistas estrenan nueva cara en su grupo: sale el diputado de Cádiz Rafael Márquez y entra en su lugar Fernando López Gil.

El movimiento, señalan fuentes del PSOE andaluz, no es casual ni inocente. Busca tener a personas de la confianza de Montero en los sitios clave. De hecho, apuntan las mismas fuentes, en las últimas semanas, sobre todo cuando hay cuestiones especiales como el Debate del Estado de la Comunidad, llegan al Parlamento estrechos colaboradores de la número 1 del PSOE andaluz.

No es la única pista de que algo de mueve entre los socialistas. Aunque no hay, por ahora, ningunas elecciones convocadas, no quieren que, de haberlas, les pille con la guardia baja.

Parte de esa estrategia se nota especialmente en la labor de oposición de los socialistas en la comunidad. Del letargo cuando el líder era Juan Espadas a la hiperactividad que pone el acento, sobre todo, en los servicios públicos.

Santos Cerdán

Ese empuje se ha notado incluso en las horas más complicadas de la pasada semana y la anterior, cuando saltó el caso de presunta corrupción en el corazón del PSOE tras un amplio informe de la UCO que apuntaba directamente a José Luis Ábalos y Santos Cerdán.

Aún en esos complicados días, la respuesta del PSOE andaluz se ha mostrado firme: "Vamos a seguir hablando de Andalucía", retaba la diputada socialista Ángeles Férriz. "Que Moreno Bonilla no piense que vamos a dejar de hablar de Educación o Sanidad", añadía.

Dicho y hecho. El partido se ha repartido estas dos complicadas semanas entre dos directrices: una que llegaba desde Ferraz; la otra, cosecha propia.

La primera es la línea argumental de defensa ante el caso Koldo-Cerdán-Ábalos. "No existe la corrupción cero, pero el PSOE, cuando la detecta, actúa de inmediato". Es el manera que los socialistas han repetido hasta la saciedad para distanciarse, señalan, de cómo el PP ha afrontado en el pasado casos poco decorosos en sus filas.

Miembros del PP andaluz ironizan sobre esta idea. "El caso de los ERE lo negaron durante años y aún está en juicios", recuerdan. No creen que haya esa ejemplaridad cuando se trata de la corrupción en sus filas y critican el "y tú más" que destila la estrategia.

La segunda idea, cosecha propia, es la de insistir en la campaña de desgaste. Los servicios públicos están en el centro de esta estrategia. En la sanidad, agitan la denuncia que apunta a un posible caso de irregularidad en la compra de material durante la crisis del Covid.

En Educación lo tienen más complicado por el acuerdo que la Junta acaba de cerrar con los sindicatos y que supone contratar a más de 6.500 profesores extra y reducir las patios, entre otras medidas.

Sea como fuere, el PSOE tiene la maquinaria engrasada. Los engranajes pueden fallar, sin embargo, si el macro caso Koldo acaba salpicando más a la dirección socialista andaluz. Montero, que puso "la mano en el fuego" por Santos Cerdán ya se chamuscó una vez. La segunda puede ser más grave.

A la espera de que o bien Juanma Moreno o bien Pedro Sánchez convoque elecciones, el PSOE está listo. Desde el PP también han afinado y el presidente andaluz inauguró obras la pasada semana a un ritmo que apunta, como mínimo, a precampaña.

Sin embargo, no se espera en Andalucía adelanto electoral. Con una mayoría absoluta amplia y previsión de mantenerla, tan solo la certificación de un PSOE absolutamente KO podría llevar las elecciones a finales de año. Antes llegarán los Presupuestos.

Porque si se va a la victoria, mejor hacerlo con las cuentas de 2026 aprobadas. No hay prisa, salvo novedad. Y ahí está la cuestión, que las últimas semanas son un carrusel de novedades. Ya nadie pone la mano en el fuego por nadie. Pero llegue lo que llegue, parece que las piezas ya están en las posiciones de salida electoral.