El autor de las amenazas dirigidas hace una semana a Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska y María Gámez, directora general de la Guardia Civil empleó una plantilla para ocultar su caligrafía a los investigadores.

Se trataría de una regla hueca con la que reproducir letras en varios tamaños con el fin de eliminar la posibilidad de que los agentes pudieran identificar los rasgos de su escritura. 

Según relatan a EL ESPAÑOL fuentes próximas a la investigación, la persona que envió esos tres mensajes junto a varias balas en tres sobres diferentes, los introdujo en un mismo buzón localizado en Vallecas.

Pese a las precauciones de esta persona para que los investigadores no identificaran su califrafía, los expertos en grafística de la Comisaría General de Policía Científica siguen teniendo la posibilidad de obtener gran cantidad de información de esos mensajes.

El resto de casos de amenazas que se han producido en los últimos días (las cartas con balas a Isabel Díaz Ayuso y José Luis Rodríguez Zapatero, el cuchillo dirigido a la ministra de Industria, Reyes Maroto, y dos misivas más con amenazas de muerte a Pablo Iglesias y a María Gámez) se encuentran también en manos de los mismos investigadores.

Los agentes están analizando minuciosamente todos los detalles: desde el tipo del papel empleado hasta la tinta o el producto utilizado en la escritura. Sabrán también de qué tipo era el utensilio con el que se escribió el mensaje. 

Los peritos también centran su análisis en las palabras utilizadas en los mensajes enviados por el autor de esos anónimos, conocidos hace ya una semana.

La carta amenazante que recibió Marlaska el jueves pasado decía textualmente: "Tienes 10 días para dimitir. El tiempo de reírte de nosotros se terminó. Policía Nacional. Guardia Civil. El tiempo lo tienes en contra para los taponazos". Dentro del sobre había dos cartuchos sin percutir del calibre 7,62 x 51. 

Iglesias, por su parte, recibió otro envío similar al de Marlaska y al de Gámez, que llegó a dependencias del Ministerio del Interior y que contenía cuatro balas de Cetme. En esa carta se amenazaba de muerte no sólo a Iglesias, también a su pareja, Irene Montero, y a sus padres, tal y como se ve en la imagen que él mismo adjuntó en una publicación de sus redes sociales. 

Investigación

Por ahora, según ha podido confirmar EL ESPAÑOL y publicó El Periódico, no se habrían hallado rastros de ADN en ninguno de los elementos que iban dentro de los sobres, aunque los investigadores esperan consumar en las próximas jornadas análisis todavía más exhaustivos.

Las cartas, que fueron las primeras en conocerse de la sucesión de amenazas reveladas a lo largo de la última semana, llevaban el matasellos del pasado lunes 19 de abril. Un trabajador de Correos lo recogió junto a otros envíos y llegaron al Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) de Vallecas (Madrid). 

El asunto lleva desde la semana pasada en manos de los investigadores de la Comisaría de Policía Científica de la Policía Nacional, de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. 

Por el momento, con gran discreción en sus pesquisas, han conseguido identificar el buzón desde el que se enviaron las cartas con balas, en el sur de Madrid. 

Por lo demás, continúan con el análisis y la verificación de cámaras de seguridad en la zona y de repetidores de telefonía para poder detectar quién se encontraba en los alrededores del buzón cuando se realizó el envío. Se trata de una práctica habitual entre las Fueras y Cuerpos de Seguridad del Estado durante sus pesquisas. 

Otros envíos

Los agentes de la Policía Científica analizan también minuciosamente el número de serie de las balas que iban en cada uno de los sobres. 

Por el momento ya se ha logrado localizar al autor del envío del cuchillo a la ministra de Industria, un vecino de El Escorial con problemas mentales y que llevaba años realizando esa clase de actos. 

Sobre el autor del envío del sobre con dos proyectiles a Isabel Díaz Ayuso se sabe, tal y como informó el pasado martes el Ministerio del Interior, que la carta fue detectada en la localidad de San Cugat del Vallés (Barcelona), y que la investigación la dirige el Juzgado de Instrucción 1 de Rubí.

Mientras tanto, múltiples agentes de unidades de investigación tanto en la Benemérita como en la Policía Nacional -algunos con décadas de experiencia en la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo- alertan en conversación con EL ESPAÑOL sobre el peligroso "efecto llamada" que se está generando a raíz de conocerse la sucesión de amenazas a distintos representantes políticos.

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