El que no llora no mama. Pablo Iglesias está convencido de que la estrategia de choque, todo lo medida que se quiera, es la idónea para pelear sus objetivos en el seno del Gobierno de coalición. El último ejemplo lo protagonizó este sábado, cuando aprovechó una reunión con la dirección de Unidas Podemos para agitar el debate entre Monarquía o República y animar a los españoles a discutir en familia esta Navidad.

En Podemos cunde la sensación, con la experiencia de casi un año ya completo de gobierno de coalición, de que airear determinados conflictos internos ayuda. Y eso vale tanto para la transmisión de información off the record a los medios en determinados momentos como para las declaraciones públicas o, claro está, el siempre socorrido Twitter, una de las herramientras preferidas de Iglesias. 

Dos volantes y un coche Guillermo Serrano Amat

El partido morado trasladó esta semana su malestar después de que Montero hubiese dado por hecho un acuerdo, en el Consejo de Ministros del martes, sobre los cortes de suministros en los hogares vulnerables. Una medida que Podemos quiere que se aplique de nuevo, pues estaba incluida en el "escudo social" aplicado en marzo, al incio del confinamiento, que caducó el pasado septiembre.

Conflicto con Ribera 

La vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, una de las bestias negras de Unidas Podemos junto con la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, reaccionó a ese malestar convocando a los medios al día siguiente en el patio del Congreso, justo cuando se celebraba el debate sobre el Consejo Europeo entre Sánchez y los portavoces de la oposición.

María Jesús Montero y Teresa Ribera. EFE

La responsable de la cartera de Transición Ecológica afirmó que ya había mecanismos para evitar el corte de suministros en hogares con dependientes, menores o personas acogidas a ERTE. Y que existía además la "declaración responsable" como forma de evitar una burocracia excesiva para beneficiarse de esa medida.

Apenas veinticuatro horas después, Podemos replicaba firmando un manifiesto con hasta siete formaciones, incluidas ERC y Bildu, en el que se nombra a Ribera y se le exigen medidas más severas en un decreto. El escrito reclama que las compañías energéticas tengan obligación de comunicar a los servicios sociales antes de realizar cualquier corte y de abonar hasta el 100% del coste de la factura del hogar en cuestión. 

La estrategia de enmendar 

Una estrategia muy similar a la llevada a cabo para impulsar el decreto de desahucios, que siguen negociando los equipos de Iglesias y José Luis Ábalos, el ministro competente en materia de vivienda. Podemos presentó junto a ERC y Bildu una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado sin contar con el PSOE. Es decir: una autoenmienda.

El gesto enfadó mucho a los socialistas, pero gracias a él Podemos logró, retirada de la enmienda mediante, el impulso del decreto que podría ver la luz en uno de los últimos consejos de ministros del año. 

La estrategia del choque no se circunscribe únicamente a los ámbitos de competencia de los ministerios que dirige Unidas Podemos. Iglesias tuiteó a mediados de noviembre a favor de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara, justo después de la ruptura del alto el fuego entre Marruecos y el Frente Polisario.

Un pronunciamiento que entraba de lleno en el negociado de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, comprometiendo la posición internacional de España y las relaciones con el vecino del sur. Posteriormente, y como adelantó EL ESPAÑOL, Iglesias lograba ser incluido en la delegación que acudiría a la Reunión de Alto Nivel (RAN) con Marruecos, aunque posteriormente renunciaba a ello e incluso la cumbre era finalmente aplazada a febrero.

En otras ocasiones las salidas de tono del vicepresidente han intentado mediar, de manera abrupta, en algun conflicto entre uno de los ministerios de Podemos y otro socialista. Ocurrió cuando insinuó que los recelos del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, a la ley de libertad sexual que elaboraba Igualdad, la conocida como ley del "sólo sí es sí", se debían a una actitud "machista" de Campo.

Iglesias no tiene previsto levantar el freno. Sus socios de gobierno, aunque piensen que es un "cabezón", están avisados. 

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